Verónica Streiger
ERIZO. PUESTA EN ARTE DE LA EXPERIENCIA DE UN PSICOANÁLISIS
La muestra Erizo que se presenta en el MAC de la artista Verónica Streiger, está planteada desde distintos soportes: fotografía, collage, video, música, sonidos, instalación, máquinas kinésicas y máquinas psicoanalíticas de escucha que conviven en un sólo espacio de acción. Se transita por momentos en la ausencia de luz, una oscuridad producida a fin de crear una atmósfera de naturaleza física, que predispone a una expresividad visual sin valores descriptivos, sin conexión con el contexto permanente al que están sujetas las personas, sino que se insertan en un “nimbo” sin vínculo con objetos visiblemente sostenidos.
Inmediatamente aparece lo simbólico, hay rodeos para entrar a la realidad, hay un clima que predispone sin aludir directamente con la variable de instrumentos elegidos. De este modo Streiger trasciende lo representable, para dejar previsto un sistema de signos de naturaleza diversa: física, cultural o psicológica. No hay orden de prioridades, aparece lo más simple de percibir como lo complejo de discernir, en una misma línea conducente.
Hay que mencionar entonces que en esta puesta hay objetos y conceptos a los que se quiere atender que no son directamente exhibidos. ¿Cómo hemos de decir o intensionar lo uno si queremos presentar lo otro?
Así es como se produce lo simbólico, con referencias, alusiones, merodeos, indefiniciones, con las que enfrentamos la realidad para no verla cara a cara y tan directamente.
Por eso aparece el erizo iluminado, con su agudeza, su naturaleza espinosa y punzante. Sin delicadeza se presenta desde su ríspida estructura y por más que esquivemos sus estocadas, allí está. Se hace presente, elimina las anunciaciones anticipadas para presentar su propio rigor, sus propias reglas y tener presencia fundamental, aguda y un espacio cómodo, abriéndose lugar, connotando con su mensaje contundente, oscuro, brutal y a la vez genuino y atendible.
No en vano la artista pivotea en el borde difuso que va de la sombra a la luz y trae a escena instantes expulsados de los propios tránsitos, de las propias experiencias.
Casi como una exposición de contenidos de su conciencia y de su sensibilidad, domina el todo con sus contrastes, claroscuros brutales con los que va enfrentando a través de soportes estéticos, innumerables giros reflexivos que, por momentos se estabilizan y por otros se sustituyen y representan con objetos que se le hacen indispensables para la comunicación, para la llegada a ese receptor que recorrerá tratando de ver, percibir y dejarse atrapar por las zonas de dominación de este erizo, tan atroz y significativo al mismo tiempo.
El arte en este caso marcha en la misma dirección que las demás actividades de reconstrucción del medio humano, aunque en una necesaria y saludable tensión con ella, recreando y transformando en artístico los objetos de su medio físico y psicológico.
De este modo la artista plantea varias áreas de acción para sus espectadores, dejando que cada uno asuma su rol y pueda inmiscuirse aunque sea un poco en su críptico mundo visual.
Lic. Stella Arber
Directora MAC UNL