Nanzi Vallejo
Nanzi Vallejo nos muestra su última producción, obras sutiles, profundamente equilibradas, de una contundencia notoria en su planteo dibujístico, con un sentido integrador de la imagen, parece que apenas se insinúan, que están como en un constante descubrimiento de un delicado velo que las oculta, tan riguroso como sensible en su acabado constructivo.
Énfasis en el claroscuro, sinuosidad sensual en el dibujo, clima voluptuoso de luces y sombras, ofician como resonancia en ese repertorio de intenso realismo, que otorga a los objetos la función de signos sutiles que de algún modo adquieren dimensiones psicológicas.
Esta artista dibuja sin estridencias, trabaja con precisión y limpieza hasta límites inusuales de prolijidad expresiva, con una técnica meticulosa en que la luz, absoluta protagonista de sus obras, es graduada con tal sensibilidad, que da a sus composiciones ese aire de misterio tan propio de Nanzi Vallejo. Misterio, también fantasía, atmósfera sensorial, vibración expresiva, en definitiva, una oleada de poesía que despierta extrañas sonoridades visuales, desde el espíritu de estas nuevas obras. Un ejemplo de ello son sus cadenas montañosas, con accidentes entelados, que cobran una dimensión alegórica y desde luego simbólica.
En resumen, estamos frente a un “clásico”, en el sentido de lo perdurable en el tiempo, condición poderosamente sostenida al servicio de retinas exigentes en extremo.
Celebramos desde el MAC las novedades en la obra de esta artista que no escatima tiempo, ni esfuerzo, ni nuevos recursos para integrar a sus obras. Blancos, grises, pardos, ahumados… se comprende inmediatamente una mano segura, que la lleva a dar valores inéditos de visualidad estética.
Leves, sutiles y a la vez fuertes y sólidas, las obras que componen la muestra “Tocar lo inasible” construyen un universo visual único, desde el trazo dibujístico análogo que re-crea desde la intervención digital, sin que en ese proceso haya saltos bruscos ni resultados artificiosos. Imágenes inquietantes y sugestivas que, desde su armonía cautivante, nos embargan el ánimo sin salida posible.
Lic. Stella Arber
Directora del MAC