Juan Mannarino
Juan Mannarino es un artista multifacético que puede componer e interpretar música, realizar una puesta teatral, actuar y concebir obras plásticas con la misma intensidad, pasión y entrega, y nosotros disfrutamos de los resultados de cada una de sus obras.
Esta vez estamos frente a dibujos de pequeño y mediano formato, donde la línea es protagonista absoluta y el recurso técnico, la tinta, o la carbonilla en algunos casos.
En sus dibujos podemos observar, en cada paso de su gestación, ir rápido de un lado a otro, volver sobre lo hecho, rescatar, configurar y componer con cuidadoso oficio.
Estamos en presencia de una serie completa de trabajos, donde no se puede distinguir el plano de la expresión del plano del contenido, esa simbiosis es materialmente expresada en las estructuras cambiantes e inasibles, que preceden al intento de comprender su obra.
De este modo, la forma permite su reelaboración permanente y no se puede ver de una sola vez, hay que detenerse, volver y entrar en el universo de Mannarino, sabiendo que ingresa uno en otra dimensión, el universo de otro estado posible, donde lo sustancial se hace carne, se deja ver y aparece una nueva pertinencia de la materia expresiva, que renueva los códigos de la originalidad y la inventiva en artes visuales. Se configura así una producción de signos estimulantes, de unidades expresivas que establecen juegos recíprocos de ajustes entre el artista y el espectador.
Juan Mannarino da especial atención a los sutiles cambios de luz, a sus alcances, a sus variaciones y a cómo las relaciones de casualidad y las preconcebidas, podrían ser combinadas no sólo por él, sino por el espectador. Así va revelando gradualmente una espacialidad, cuyos límites se van definiendo en cada mirada, de manera que quedan estructuradas en una especie de “clima” que incluye a sus espíritus rondando, moviéndose más allá de las contingencias. Su obra es una visión de inequívocas ligazones, familias, grupos humanos, personajes, historias propias y ajenas, todo se entremezcla en la textura constructiva de su mundo imaginario.
De fuerte instinto creador, este profesional del arte en todas sus formas, siempre encuentra la solución para que sus embrionarias figuras que parecen en caos, alcancen su justo punto de estabilidad y armonía, posibilitando la lectura de su obra.
Obras de incomparable riqueza, plagadas de contrastes de un altísimo grado de conciencia artística a modo de actitud existencial, terminan dejándonos la poesía laberíntica de su “manera única” y fresca de crear.
Lic. Stella Arber
Directora MAC UNL