Juan Andereggen
DIÁLOGO SIN FIN
Cuadros-cajas, construcciones escultóricas, ensambles, collage-relieves, objetos, son las múltiples denominaciones que pueden recibir el conjunto de creaciones artísticas que componen esta muestra y que encuentran, en sus variadas materializaciones, un canal propicio para el proceso creativo.
Todos esos apelativos encajan a la perfección con lo que realiza Juan Andereggen, y lo que cuenta, a la hora de definir sus obras, es que se trata de estructuras funcionales construidas por piezas capaces de actuar a la vez como otras nuevas estructuras.
Juan Andereggen elige, para sus producciones, renunciar casi por completo al valor emotivo-expresivo de la escala cromática, no quiere enriquecer sus obras desde el color, se vale de la absoluta austeridad, se limita al tratamiento de arrastre que dejan los blancos mezclados con otro color, transformándolos en no-color. También utiliza singulares mezclas que se instalan entre grises y verdosos, simplificando hasta límites insospechados su propia severidad colorística. Obliga al color a dejar de serlo.
Hay además una utilización especial de la materia, que es sometida a exigencias nuevas de las que su propia historia les tenía preparadas, trozos de antiguos barcos, piezas de cocina, tramos de durmientes, viejos clavos, piedras horadadas por el tiempo, son todos elementos que revelan su carácter, muestran su naturaleza, no dejan de ser lo que son, con sus cualidades intrínsecas, pero van más allá, aparecen en nuevas intenciones. Rescates de los bordes de los ríos, encuentros fortuitos de cosas olvidadas en algún camino de pueblo, restos de descartados objetos de la gran ciudad, todos estos, lugares que recorre para dar con la pieza única e irrepetible de donde partir. Integrándolos a un nuevo propósito formal-conceptual que los obliga a trascenderlos, con otras fuerzas expresivas que las contienen y desde donde adquieren otras formas y estructuras que en este artista aparecen en composiciones fuertes y simples de serenos reposos.
Juan Andereggen ha demostrado comprender las nuevas manifestaciones del arte actual, pero trata continuamente, y sin dudarlo, de tener su propia impronta, de dar una sorprendente unidad a su obra, de enriquecer sus medios expresivos, con una fidelidad absoluta a su mirada original.
Explora los espacios repetidos y se refugia en las formas reiterativas como una estrategia clara, un diálogo sin fin, que se afirma en la repetición, para comunicar cuantas veces sea necesario la desazón del hombre.
Hay una continuidad a través del tiempo, en toda su obra, que descansa fundamentalmente en la relación que este artista establece con la materia de la que están compuestas. Al mismo tiempo, la variedad y la riqueza de los materiales son los puntos de partida para llegar a la expresión plástica. Son simultáneamente, una fuente de inspiración y un producto siempre virgen, inocente, que exige nuevas maneras de tratamiento, renovados encuentros formales, que los separen de su propia esencia y los trasladen a la categoría de obra de arte. Juan Andereggen nos remite, indudablemente, a ese punto de partida: la manera en que el material empleado influye en la solución formal de la obra, determinándola, por esa especie de voluntaria sumisión por parte de este creador, a las posibilidades del material en sí. Así, humilde, ante las exigencias de su medio de trabajo, libera todas las posibilidades expresivas, se sirve a su antojo, las pone a sus órdenes, saca el mayor partido posible, transformándolas en auténtica creación.
Fue alumno de Juan Grela y se ha dejado seducir por otros maestros como Joaquín Torres García o Adolfo Nigro, pero todos los estímulos han sido sometidos a las normas de su propia concepción artística, cualquier influencia ha sido asimilada y transformada, en el constante ejercicio de su autonomía creadora. Rigor, persistencia, libertad e imaginación son las claves que encontramos en la personalidad íntima de un creador, que está haciendo continuamente el mismo camino, para contar el mismo mundo, a veces lo presenta grave, cerrado, iracundo y trágico, otras, lo abre al alegre estallido de la vida de sus criaturas en escena.
En esta doble afirmación... el puro material como instrumento y la acción creadora al servicio del mismo... por momentos puede estar encuadrada dentro del Minimalismo estructural o de un Constructivismo tardío, o los dos al unísono, para dejar en claro, que tanto recursos, como elementos, soportes y formas, son utilizados una y otra vez para dar cuenta de una fuerte apoyatura conceptual, que no lo deja vegetar en los espejismos de las modas estéticas.
“Volviendo a casa” es el título de una de sus obras, que a su vez denomina toda la selección de obras de esta muestra, recorte de una gran cantidad de otras obras, que componen la prolífica labor de Andereggen, y no es aleatorio este “volviendo a casa”, ya que este artista tiene una experiencia migratoria que ha marcado su vida, vivió en muchos y diversos lugares, actualmente no vive donde nació. Hoy el artista vuelve a Santa Fe, su provincia natal, y expone por primera vez su obra aquí, después que parte del mundo ya la conoce.
Andereggen nos reitera, desde hace tiempo, verdades contundentes desde su hacer, le interesa reflexionar una y otra vez sobre los oscuros vericuetos en que los hombres anónimos e insignificantes se encuentran inmersos. Sujetos a una pesada desilusión terrena, condenados, están parados, inmóviles sobre una verdad contenida, imposible de cambiar.
Resignados, agobiados, donde el tiempo pareciera haberse detenido, como si estos seres supieran lo inútil del grito para transformar su situación, o lo absurdo del gesto adusto para modificar su amargura, ellos, en su trágica grandeza, parecen decirnos que estamos inexorablemente en manos del destino.
Lic. Stella Arber
Directora MAC UNL