De última generación
UNL tiene un súper lector de biomoléculas
Martes 15 de marzo de 2016 / Actualizado el martes 15 de marzo de 2016
Puede analizar gran cantidad de muestras en poco tiempo y abre las puertas a nuevas investigaciones. Hay sólo dos equipamientos similares en el país y uno lo posee la UNL gracias al financiamiento del Gobierno de Santa Fe.
La Universidad Nacional del Litoral (UNL) cuenta desde febrero con un equipo de espectrometría de masas con características MALDI-TOF (cuyas siglas remiten a Matrix-Assisted Laser Desorption/Ionization: desorción/ionización láser asistida por matriz) y a Time-Of-Flight (Tiempo de vuelo), que costó 550 mil dólares y que permite pensar en todo un mundo nuevo en proyectos de investigación y desarrollos tecnológicos. Fue adquirido con fondos provinciales, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en el marco del programa provincial de apoyo a la investigación científica y transferencia de tecnología al sistema socio-productivo.
La espectrometría de masas es una técnica analítica de gran alcance utilizada para la identificación de compuestos desconocidos y determinar la estructura y las propiedades químicas de las moléculas. El Maldi-Tof, según explicó Ana Clara Lorenzi, bioquímica operaria del sistema ubicado en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), cuenta además con un nano HPLC bidimensional (Cromatógrafo de Líquidos de Alta Presión, por sus siglas en inglés), que trabaja con cantidades de muestras muy reducidas que son separadas a altas presiones en columnas capilares que soportan flujos de hasta 50 microlitros por minuto, lo que lo diferencia de los HPLC tradicionales.
“Al ser bidimensional cuenta con un sistema de válvulas que nos brindan la posibilidad de separar de su matriz el analito que queremos estudiar. El nano HPLC tiene acoplado un equipo Accu Spot, que es un robot que se encarga de sembrar las muestras directamente en las placas de Maldi y que poseen pocillos donde la muestra será sembrada junto con un reactivo denominado matriz de Maldi que permitirá la ionización de la muestra”, destacó.
Una vez “sembradas” esas muestras, la placa que las contiene es transportada al equipo Maldi-Tof, el cual ioniza las moléculas presentes en la muestra. “Al mismo tiempo, desencadena un proceso de desorción, que es el paso de la muestra del estado sólido a gaseoso, lo que luego permite que dichas moléculas se aceleren a través de un campo eléctrico y sean separadas por su relación masa/carga a través de un tubo de vacío hasta llegar al detector. Finalmente, en el detector se genera una señal, que es comparada por medio de dos servidores cargados con bases de datos de proteínas y microorganismos. Esto nos permitirá reconocer nuevos marcadores para el diagnóstico y seguimiento de numerosas patologías y la identificación rápida de microorganismos en muestras clínicas con una alta exactitud y precisión”, agregó.
Más veloz
Un aspecto importante es la velocidad con que trabaja el sistema y el ahorro de tiempo que ello supone. De acuerdo con Lorenzi, “el HPLC tradicional trabaja con columnas de 5μm (micras) con un flujo de hasta 2 mililitros de solvente por minuto, mientras que el equipo de la UNL trabaja con columnas capilares y con un flujo de hasta unos 50 microlitros por minuto”, detalló.
A la vez, precisó que hay otro equipo similar en la Universidad Nacional del Buenos Aires (UBA), en el Centro de Estudios Químicos y Biológicos por Espectrometría de Masa (Cequibiem), en Buenos Aires. Sin embargo las necesidades en la prestación de este tipo de tecnología son muy grandes, por lo cual un sólo equipo en el país es claramente insuficiente. “Nuestro equipo servirá, entre otras varias prestaciones, para la identificación rápida de microorganismos en pacientes infectados. Es muy bueno saber con rapidez qué está afectando a una persona y realizar un tratamiento inmediato, ya que con una microbiología tradicional se tarda como mínimo una semana”, manifestó.
Cubrir necesidades
De acuerdo con Guillermo Ramos, del Laboratorio de Bioquímica Clínica de la FBCB y coordinador de gestión responsable de la compra del Maldi-Tof, el equipamiento, que se encuentra en etapa de calibración y funcionará a pleno a mediados de 2016, servirá para brindar un servicio a un área muy importante de la bioquímica como lo es la proteómica o la caracterización de proteínas, pero también para cubrir la necesidad de identificación de microorganismos. “Se trata de un equipo japonés de marca Shimadzu, que tiene una subsidiaria en Inglaterra llamada Kratos. Una parte del equipo viene de allí, mientras que otra es traída desde Alemania”, sostuvo.
Los usuarios del Maldi-Tof serán investigadores, ya sean pertenecientes a la UNL o externos, pero también se elaborará un plan de servicios para que lo puedan utilizar empresas de base tecnológica. “Fundamentalmente permite el análisis de polímeros, no sólo proteínas, y hay empresas instaladas en la región que están interesadas en su uso”, dijo Ramos.
Ampliar fronteras
Por su parte, el decano de FBCB, Javier Lottersberger, apuntó que la incorporación del Maldi-Tof significa la existencia en la región de una tecnología antes no disponible, ampliar la frontera de estudios para moléculas y microorganismos, lo que permitirá profundizar ese tipo de trabajos. “Este equipo también será muy útil para la industria, porque se podrán caracterizar moléculas farmacológicas y que deje de hacerse en el exterior”, contó.
El Maldi-Tof posiciona a la UNL en un lugar de liderazgo, según el Decano: “Tiene un gran significado para los investigadores y para los jóvenes doctores que se formarán con él”, continuó.
También informó que el equipamiento fue posible luego de que un consorcio formado por seis facultades de la UNL y cinco institutos de doble dependencia se presentasen a una convocatoria provincial en 2014. “Costó 550 mil dólares y la Universidad dispuso de todo lo necesario para poder tener el laboratorio donde funciona el equipo y que cuenta con condiciones especiales. Es un esfuerzo de todos, pero ese espaldarazo de la Provincia fue fundamental”, finalizó.