Infraestructura
Se inauguró el Aulario Común de Ciudad Universitaria
Viernes 6 de mayo de 2016 / Actualizado el martes 10 de mayo de 2016
La obra abarca 3500 m2 cubiertos de planta baja y cuatro niveles, que albergan aulas para unos 1200 alumnos de diferentes facultades, que podrán acceder a sus clases en simultáneo. En el imponente edificio se invirtieron cerca de $34.000.000.
Este viernes por la tarde quedó formalmente inaugurado el nuevo #AularioComún de Ciudad Universitaria, un imponente complejo que da respuesta a las necesidades que plantea el crecimiento sostenido de la matrícula de la UNL. El imponente edificio abarca unos 3.500 m2 cubiertos de planta baja y cuatro niveles, con un gran rendimiento en su superficie útil, lo que permitirá a 1.200 estudiantes de las cinco unidades académicas ubicadas en el predio, tomarán sus clases en forma simultánea y con los más altos estándares de confort y seguridad.
La utilización de materiales nobles y duraderos responden a un lenguaje arquitectónico contemporáneo que le otorga unidad al complejo. Para la construcción se invirtieron $33.849.037, lo que teniendo en cuenta la superficie cubierta, arroja como resultado un promedio muy razonable de 9.671 pesos por m2.
Esta esperada infraestructura fue habilitada durante un acto, presidido por el rector Miguel Irigoyen; el secretario de Políticas Universitarias, Albor Cantard; la secretaria Académica, Laura Tarabella; y el director de Obras y Servicios Centralizados, Marcelo Saba. También estuvieron presentes decanos, funcionarios del Gabinete del Rector, directores de Centros Universitarios e Institutos, consejeros, docentes y estudiantes, entre otros.
Producto de la planificación
En declaraciones a la prensa, Miguel Irigoyen destacó que el #AularioComún “es un edificio con espacios confortables destinados solo a aulas, compartidas por diferentes unidades académicas, a partir de un criterio de ser más eficientes con los recursos públicos”. Como antecedentes del proyecto arquitectónico, indicó que se había observado en los últimos años una tendencia creciente de los espacios de Ciudad Universitaria “hacia una saturación para las actividades de enseñanza”, mientras crecían también las necesidades de infraestructura para investigación y extensión, entre otras, que “dificultaban pensar en el futuro sin una intervención en obras”. En esa línea, “se concretaron espacios como la Plaza del Bicentenario, la plaza en el acceso a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, los paradores de colectivo, el edificio del Instituto Superior de Música y éste aulario, que es el primero de dos que proyectamos”. En tal sentido adelantó que “una vez concluido el segundo proyecto, del Edificio Tira, lo presentaremos a la Nación para obtener financiamiento”. Sobre ese edificio, adelantó que “será complementario del Aulario Común, con aulas para asignaturas de menor matrícula y posgrados, y un Auditorio con el que no contamos en Ciudad Universitaria”.
Finalmente, Irigoyen destacó que el monto de la inversión “resultó ser mayor que lo previsto inicialmente porque durante el proceso de construcción tuvimos que rescindir dos veces el contrato con la empresa ejecutora, por incumplir con los plazos exigidos, lo que obligó a reprogramar y volver a licitar”. Por ese motivo, remarcó el trabajo de la Dirección de Obras y Servicios Centralizados, de Asuntos Jurídicos y la Secretaría Económica Financiera: “hubo un esfuerzo por parte de un grupo muy importante de personas que supimos sobrellevar las dificultades que se presentaron, y más allá de algunas pequeñas obras en tratamientos exteriores que vamos a licitar pronto, el aulario ya puede ser utilizado por los alumnos”.
Acompañar a las Universidades
Por su parte, el Secretario de Políticas Universitarias coincidió en destacar los esfuerzos para poder concretar la obra, “que permite resolver el problema que plantea el feliz crecimiento de todas las Facultades que están en este predio y que requerían de este aulario”.
Además, Cantard señaló que desde la cartera nacional que gestiona “hay que acompañar el crecimiento de las universidades en sus aspectos académicos, de investigación y extensión con la necesaria infraestructura edilicia, y este es un claro ejemplo de ello”. Considerando la “reinserción de Argentina en el mundo que va a facilitar la obtención de créditos externos para infraestructura” y “el crecimiento que seguramente tendrá el Plan de Infraestructura Universitaria”, aseguró que “podemos asumir el compromiso de que la segunda parte del crecimiento de aulas con el Edificio Tira tendrá financiamiento nacional”.
Edificio del Siglo XXI
Con gran flexibilidad espacial y funcional, el Aulario cuenta con aulas para 300,150 y 75 estudiantes. En planta baja se accede a hall en doble altura, que por su jerarquía permitirá la realización de eventos sociales académicos y culturales. Además, el espacio central cuenta con una cafetería, una librería, dependencias administrativas; y el sector de entrepiso con tres aulas especiales para 25 alumnos y dos salas de profesores.
A través de la incorporación de materiales de las más altas prestaciones se acondicionaron térmica y acústicamente los espacios académicos, y se destaca la presencia de luz natural, que garantiza un uso racional de la energía.
En relación con estas características, Marcelo Saba sotuvo que “desde el punto de vista de la arquitectura usamos un lenguaje contemporáneo, que trata de reflejar la capacidad de innovación que la UNL tiene y demuestra a diario”. Otro aspecto clave, fue que en los 16 procesos licitatorios que requirió la ejecución del proyecto, “la obra se pudo concretar porque optamos fielmente por el ‘compre local’. Al licitar por rubros, los proveedores fueron todos de Santa Fe y la región. Eso nos permitió un buen nivel de acabado, una robustez que implicará un bajo nivel de mantenimiento. El uso consorciado también será una clave para el aprovechamiento del edificio, que será utilizado por las distintas disciplinas, durante todo el día y a pleno”, concluyó Saba.