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La Universidad Nacional del Litoral (UNL) dio un paso más en materia de Articulación entre la escuela secundaria y los estudios superiores. Con la creación de la Escuela de Tutores se pretende formar a cerca de 250 estudiantes avanzados —de todas las carreras— para que acompañen a los ingresantes en esa transición entre el secundario y la universidad.
“Las tutorías son uno de los dispositivos que se utilizan para acompañar, en sus primeros pasos, a los alumnos que ingresan a una carrera universitaria. El tutor es un estudiante avanzado y su principal fortaleza proviene de su propia trayectoria. Pero, más allá de sus conocimientos, necesita incorporar herramientas para abordar la problemática de la deserción”, explicó Darío Mejías, director de Articulación de Niveles de la UNL.
En este sentido, la Escuela de Tutores aspira a formar a los estudiantes avanzados —que ya son tutores— para que adquieran herramientas pedagógicas. Para ello se realizarán ocho encuentros quincenales, durante el primer cuatrimestre de este año. Se calcula que, a los 150 tutores que forman parte del programa de Articulación, se sumarán otros 100, dependientes de otros programas de la Universidad.

Conferencia inaugural
La creación de la Escuela de Tutores contó con una conferencia inaugural, a cargo de Sergio Rascovan, especialista en orientación pedagógica en diversas casas de estudio del país. Además, es autor de los libros “Orientación Vocacional. Una perspectiva crítica” y “Los jóvenes y el futuro. ¿Y después de la escuela ... Qué?”. 
Del acto participaron el rector de la UNL, Albor Cantard; el secretario académico, Hugo Erbetta; y Darío Mejías.
Con el auditorio del Foro Cultural colmado de estudiantes y docentes, Rascovan contextualizó las prácticas tutoriales en las universidades argentinas. “La problemática de la transición de los jóvenes a los estudios superiores y al mundo del trabajo es una preocupación de los últimos años, ya que los procesos de exclusión están a la orden del día. A partir de 2001, se han deteriorado todos los procesos de inclusión, por lo que se requieren políticas activas y de estado para fomentar la inclusión social. Entonces se trata de pensar dispositivos o recursos que faciliten que el proceso de ingreso y retención se haga acompañado”, señaló.
En este sentido, remarcó la importancia del factor económico, aunque también reconoció que intervienen otras causas “académicas, emocionales o de adaptación a la institución universitaria”.