IV Argentino de Literatura

Política, literatura y sus consecuencias contemporáneas

Jueves 7 de agosto de 2008

El encuentro culminó con la mesa de narrativa argentina que abordó como eje temático la literatura y la política. Las disertaciones estuvieron a cargo de los escritores Delgado, Becerra y Caparrós. Un cierre con posturas polémicas y un debate controvertido.

Durante tres días consecutivos, la literatura tuvo el espacio ideal para el debate y la reflexión sobre géneros y nuevas tendencias literarias en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). El Foro Cultural Universitario fue el escenario propicio para reunir a narradores, poetas y críticos de todo el país en el marco del IV Argentino de Literatura que se llevó a cabo desde el 4 al 6 de agosto.
Así como el encuentro se inauguró con una magistral disertación a cargo del poeta santafesino Hugo Gola, el cierre también tuvo su broche de oro con la mesa temática narrativa y política en la que disertaron los escritores Sergio Delgado, Juan Becerra y el polémico Martín Caparrós.
A partir de las 19, con un auditorio colmado y bajo la coordinación de la docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL, Silvia Calosso, los tres narradores brindaron destacadas e interesantes alocuciones.

Compromiso político literario: de Sartre a novelistas argentinos
Las disertaciones comenzaron de la mano del santafesino Sergio Delgado, quien fue profesor de cine y coordinador de la editorial de la Universidad del Litoral, hoy radicado en Francia, donde enseña arte y literatura en la universidad de Bretagne-Sud.
Delgado partió de dos ideas iniciales en relación a literatura y política. Por un lado afirmó que es un tema del que se ha escrito mucho en teoría y en crítica, pero también es un tópico casi inexistente porque, según el disertante, no hay literatura que no sea política desde algún punto de vista. Tomando como eje el texto de Sartre “¿Qué es la literatura?”, reflexionó sobre la literatura y el compromiso y su función reveladora de la realidad. “Toda literatura debe ser comprometida políticamente”, destacó el escritor. La charla continuó con la alocución del autor de “Grasa. Retratos de la vulgaridad argentina”, Juan Becerra, quien afirmó: “Se puede decir de todo, pero básicamente no callar. Cómo decir lo que no se puede callar”.
Becerra realizó un recorrido por tres obras literarias recientemente publicadas en las que, en sus propias palabras, “está muy presente la política”, pero que no sólo son monografías sobre los años ’70, sino ajustes de cuentas muy personales entre narradores que han tenido una experiencia de desacuerdo con cierta organización social de la época. Las novelas sobre las que habló son “Historia del llanto” de Alan Pauls, “Ciencias Morales” de Martín Kohan y “A quien corresponda” de Martín Caparrós. “La novela de Pauls habla sobre la emoción controlada como efecto de la política. Es la historia de un llanto personal, es la primera vez que se liga la sensibilidad a la política. En ‘Ciencias Morales’ se retoma la idea del idiota útil, es un texto que habla sobre la obediencia y la transmisión del poder; mientras que ‘A quien corresponda’, el odio es el motor de la narración, y el rencor restaura la verdad que había sido desviada hacia la práctica de la política”, afirmó el narrador al tiempo que agregó: “El llanto, la obediencia, el rencor se suceden como efectos románticos de la política que ya no es como lo fue, pero sigue siendo una máquina de producir consecuencias sociales”. Finalmente, para cerrar su disertación y preguntándose por qué a la literatura argentina se le pide política, manifestó: “A la literatura se le pide política porque se le tiene fe, hay una demanda de sentido y una confianza en el saber de la literatura”.

Política, literatura y democracia
El final de la mesa tuvo el condimento controvertido y polémico que aporta el escritor, historiador y periodista Martín Caparrós, quien comenzó sosteniendo que el término política es el gran desaparecido de la democracia. “En estos últimos años nos hemos convencido de que la política es una porquería que hacen unos señores de corbata y unas señoras con cirugías  que en rincones más o menos oscuros de edificios más o menos pomposos arreglan su ‘negocito’, se reparten sus riquezas y  sus poderes. No es para nada sorprendente entonces que la gente más o menos honesta haya querido apartarse de la política, por eso digo que es el gran desaparecido, porque se ha deslegitimado a extremos extraordinarios”, aseveró. 
Caparrós destacó que comenzó escribiendo literatura política sin querer, casi por fatalidad o por “prepotencia biográfica”, pero nunca pensó que ese tipo de trabajo tuviera a su vez una potencia política. Sin embargo, también sostuvo que aunque la literatura no puede intervenir en la cuestión política, hay muchas políticas que sí intervienen en la literatura: “La mala literatura es muy política, es una política de la cultura y de la sociedad en que vivimos. Que se priorice la articulación de ciertos textos es político, decir que la literatura ya no es política, es fuertemente político”.
El final de la noche fue para la lectura de un fragmento de su libro “El interior”, en el que articuló la relación política y literatura, con una lectura particular que supo atrapar la atención de los asistentes. “Me gusta leer lo que escribo en estas situaciones, porque creo que me convocan por lo que escribo y no porque digo pavadas” concluyó, siempre ácido, Caparrós.

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