Agua dulce
"No estaríamos en crisis si hubiéramos tenido conciencia del recurso"
Lunes 21 de julio de 2008
La docente de FICH Ofelia Tujchneider participó de la Tribuna del Agua, que se desarrolla en la Expo Zaragoza 2008, adonde concurrió especialmente invitada por los organizadores. Fue la única investigadora argentina presente en el encuentro, que convocará dura
Ante la crisis por la escasez de agua dulce en todo el mundo, lo que primero debe hacerse es tomar conciencia, según acordaron investigadores de todo el mundo nucleados en el Primer Congreso Internacional de Irrigación, en el marco de la Tribuna del Agua en la Expo Zaragoza 2008.
En ese lugar estuvo presente "especialmente invitada" la profesora Ofelia Tujchneider, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (Fich-UNL) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet). "Lo más importante fue percibir que los actores involucrados allí reunidos tenían claro que deben comenzar a tomar conciencia de que el agua es un recurso finito, de que hay una crisis de agua dulce que no se debe negar sino enfrentar, y de que no hay otra alternativa más que proteger los recursos de agua dulce", sintetizó la experta, quien sostuvo que la solución a la crisis del agua que atraviesa actualmente el planeta debe partir justamente del reconocimiento del problema por parte de la sociedad en su conjunto.
"Cuando se reconoce el problema pueden empezar a plantearse soluciones", afirmó Tujchneider. "Todos los países del mundo muestran que no existe una única visión respecto de la utilización del agua, y lo que nosotros venimos pregonando hace muchos años desde la Universidad es que debemos conocer los sistemas de agua subterránea para gestionarlos correctamente y protegerlos. Este mensaje fue muy bien recibido en la Tribuna del Agua porque se entiende que no quedan tiempos ni para elucubraciones intelectuales que luego no puedan llevarse a la práctica, ni para improvisaciones sin el suficiente sustento del conocimiento", contó la investigadora.
El Congreso
El Primer Congreso Internacional de Irrigación se desarrolla dentro de la exposición internacional que tiene lugar en Zaragoza, España. Dentro de ese evento marco existe un espacio para fomentar la reflexión, el debate y encuentro de soluciones en relación con el agua y la sostenibilidad, llamado Tribuna del Agua. Allí, a lo largo de diez semanas, se abordarán 25 ejes temáticos específicos.
Tujchneider participó del evento tras haber sido convocada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de la Comunidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. Su disertación, titulada "El agua subterránea, esperanza del futuro: gestión y protección", tuvo lugar durante la primera semana temática.
"El evento fue muy relevante, primero por la diversidad de temas que se abordaron, y luego, por la diversidad de participantes", destacó la experta y agregó: "Hubo gente de todo el mundo y se presentaron cuestiones que abarcaron desde metodologías y tecnologías de riego hasta cómo regar de modo sustentable y proteger el agua en cantidad y calidad, de manera que no resulten antagónicos el desarrollo sostenible y la irrigación para producir alimentos".
Todos coincidieron en señalar el mismo problema: "Hay que aprender muy rápidamente de las lecciones y de los errores. Pues no estaríamos en crisis si hubiéramos tenido conciencia de que el agua dulce es un recurso finito y muy vulnerable, que afectamos con nuestras acciones y que no podemos solucionar las afectaciones que producimos no sólo en el agua, sino tampoco en el suelo y en todos los recursos naturales en general. Además, la prioridad debe ser destinar el agua dulce suficiente para bebida, alimento e higiene para todos los seres humanos", detalló.
Aguas subterráneas: la esperanza
El volumen del agua subterránea que tenemos en el planeta "sin considerar los hielos continentales que están muy acotados en su localización" es muchísimo mayor que el del agua superficial.
"Los grandes volúmenes almacenados en los acuíferos, estimados globalmente en 10 millones de kilómetros cúbicos, constituyen la esperanza del futuro. Ciertamente, aun estas grandes reservas son limitadas y están amenazadas por el desconocimiento, la explotación intensiva, el peligro de contaminación y los efectos derivados del cambio climático, que pueden tornarlas en no utilizables", contó Tujchneider.
Pese a esto, el estudio e investigación en aguas subterráneas ha sido siempre muy subestimado. "Necesitamos mucha gente capacitada en gestión y protección de agua subterránea, y esto se percibe a nivel mundial. Incluso aquellos países muy desarrollados en cuanto a tecnología del agua y muy eficientes respecto al uso del agua, como por ejemplo Israel, encuentran en este momento problemas relacionados con el uso del agua dulce en general y con la afectación de las aguas subterráneas por irrigación", comentó la especialista.
En este sentido, la científica destacó la necesidad de afrontar el problema, no sólo con la mirada centrada en la necesidad del riego para la producción, sino también desde un planteo de una economía del agua. Esto implica optimizar los procedimientos y reutilizar las aguas servidas para fines secundarios.
Finalmente, el debate entre expertos de diversos países enfatizó la necesidad de identificar y priorizar el problema. "Pero no nos engañemos: las soluciones en cada uno de los países van a depender de la voluntad de éstos, de que tengan los objetivos claros, política y técnicamente. Toda la sociedad tiene que asumir el compromiso de la gestión y protección del agua dulce. En esto no debe faltar el componente científico-técnico, ya que actuar sobre un recurso vital con omisión del conocimiento hace que después sea mucho más difícil revertir las acciones negativas, algunas de las cuales ya no son reversibles", señaló Tujchneider.