Salud
Leptospirosis: desarrollan reactivos para facilitar el diagnóstico
Miércoles 21 de mayo de 2008
Científicos de la UNL estudian moléculas de la bacteria leptospira. El objetivo: desarrollar herramientas para un análisis bioquímico eficiente que permita un diagnóstico temprano. Los trabajos también apuntan a diseñar una vacuna.
Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajan en el desarrollo de reactivos que permitan un diagnóstico fácil y rápido de la leptospirosis, a través del estudio de la bacteria leptospira. La línea de trabajo desarrollada por profesionales de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) apunta a descubrir cuáles son las proteínas que permiten identificar a esta bacteria y, a la vez, comprender qué papel cumplen en la infección. A partir de esta información es posible desarrollar moléculas propias a través de la tecnología del ADN recombinante o la síntesis química, y así diseñar nuevos reactivos de diagnóstico. “Los reactivos que hay en forma internacional tienen algunas falencias, no todos dan buenos resultados y eso hace que el diagnóstico pueda hacerse en algunos laboratorios muy especializados. Si uno tiene una buena herramienta de diagnóstico que sea rápida, sensible y específica, puede tomar las decisiones a tiempo. Esto es algo fundamental para la salud pública”, indicó el Dr. Javier Lottersberger, docente e investigador de la FBCB de la UNL.
La leptospirosis es una enfermedad conocida por los santafesinos, que convivimos con el fantasma del mal transmitido por los roedores -y también por algunos animales domésticos- en las últimas inundaciones. El poder diagnosticar de forma temprana la infección causada por la bacteria leptospira es un factor determinante en la evolución del paciente, ya que en las primeras etapas responde al tratamiento con antibióticos. Pero esto no siempre es fácil ya que el cuadro clínico es muy similar a un estado gripal (fiebre, dolor de cabeza y muscular). Uno de los problemas fundamentales es que no hay reactivos para diagnóstico disponibles en el país.
El trabajo
“Describimos por primera vez el mapeo dentro de una proteína que se llama LipLP32; tal vez la más importante desde el punto de vista del diagnóstico y como potencial vacuna. Nosotros encontramos qué parte de la proteína es la que podía generar respuesta de anticuerpos. Eso es la primera vez que se describió a nivel internacional”, comentó el experto.
Además de la investigación básica ligada a la descripción de proteínas y la síntesis de nuevas moléculas, el equipo desarrolló reactivos que ya están siendo utilizados a nivel experimental por la Red Nacional de Leptospirosis. A su vez, se está comenzado a implementar un proyecto de cambio de escala que permite llevar los desarrollos logrados en los laboratorios a una escala mayor.
En cuanto al diseño de una posible vacuna, el grupo de investigadores está tramitando la propiedad intelectual de los resultados de un trabajo sobre una molécula particular que aparenta tener gran valor.
“Nos dimos cuenta que teníamos algo que podía servir como vacuna y, obviamente, estamos investigándolo más pero no es sencillo de trabajar porque no es nuestra área puntual. Pero esperamos tener los primeros resultados para luego buscar otro grupo con el que nos podamos asociar para seguir avanzando en pensar en alguna molécula que pueda ser usada como vacuna”, indicó Lotterberger.
La bacteria
La leptospirosis es causada por bacterias pertenecientes al género de las leptospiras. La infección de los seres humanos se da a través del contacto con la orina de los animales que actúan como reservorio (roedores, zorros y algunos animales domésticos como perros, vacas y cerdos). El patógeno, que permanece en los charcos y el agua, ingresa al organismo por cualquier lesión de la piel dando origen a la infección.
Un conjunto de 200 de estas bacterias son patógenas y tienen pequeñas diferencias entre sí y pueden ser identificadas por distintos métodos. Sin embargo, en la región de Santa Fe, sólo unas 15 a 30 variedades de bacterias (servoares) son significativas. Los investigadores de la UNL realizaron años atrás un trabajo de búsqueda de determinadas leptospiras tanto en roedores como en bovinos.
“Lo que uno trata de hacer es que el antígeno sirva para muchos serovares. En el laboratorio identificamos la homología entre las moléculas, es decir, determinar que tan iguales son. Así sabemos si ese candidato puede ser usado como antígeno para diagnóstico o como vacuna. El objetivo –explicó Lottersberger- es que cubra la respuesta por todos los serovares y que sea diferentes a otros microorganismos que pueden ser de vida silvestre o que causan patologías con síntomas clínicos similares”.
Epidemiología
Se estima que en todo el mundo hay aproximadamente un millón de personas que se infectan de leptospirosis por año; y la tasa de mortalidad, si bien no se conoce con precisión, oscila entre el 10 o 15%. En la Argentina últimamente ha habido algunos casos de muertes altamente sospechadas de leptospirosis; sin embargo carecen de diagnóstico preciso. En algunos países esa tasa es mucho más importante, como en Brasil donde hay más de 20 mil muertos por año.
La importancia de estos valores hizo que esta zoonosis vuelva a ser un tema importante para la salud pública. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) impuso como tema prioritario el estudio de la leptospirosis y el desarrollo de métodos de diagnóstico
La ciudad de Santa Fe cuenta con laboratorios capacitados para realizar diagnóstico de leptospirosis, pero el acceso es restringido. El objetivo de desarrollar nuevos reactivos es ayudar a universalizar el acceso. Esto es particularmente importante cuando se piensa que la leptospirosis es una enfermedad que afecta principalmente a los países y sectores más pobres de la población.