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El poeta Juan Gelman recibió el diploma de Huésped de Honor de la Universidad Nacional del Litoral, en un acto que se realizó el viernes por la tarde en la sede de la casa. El rector Albor Cantard entregó la distinción a este destacado protagonista de las letras argentinas y del mundo, un par de horas antes de que ofreciera la lectura de poemas en conjunción con la música de Rodolfo Mederos, en la presentación titulada “De amor”, que fue el cierre del séptimo Argentino de Literatura que se realizó en la UNL la semana pasada.
En el acto estuvieron presentes autoridades de la Universidad, la vicegobernadora de la provincia Griselda Tessio y el intendente electo de la ciudad, José Corral.
Con pausada parsimonia y predisposición permanente para abrir la puerta al humor en medio de sus constantes reflexiones, Juan Gelman contó cómo le asalta la obsesión por escribir:
“Es una obsesión, empiezo a escuchar un ruido en la oreja, me empiezo a poner de mal humor, mi mujer que ya lo sabe me cuida, o se cuida...  Aguanto lo más que puedo para no confundirme porque a veces uno cree que sí pero resulta que no es el momento, entonces cuando no puedo aguantar más, voy y escribo para enterarme de lo que me pasa”.
--¿Cómo fue que llegó la poesía a su vida? La poesía lo eligió a usted o usted la eligió?
--Todavía estamos conversando eso.
--¿La poesía y la política están conversando en usted todo el tiempo?
--Entre ellas, muy poco.
--¿A cuál de sus libros vuelve más recurrentemente?
--En realidad no estoy satisfecho con ninguno de mis libros. A veces me toca, no esta noche porque está la música de Mederos con quien hemos hecho otra clase de trabajo, una especie de urdimbre entre poesía y música. Pero, a veces cuando tengo que hacer una lectura pública, estoy leyendo los poemas y digo ¿quién escribió esta porquería? Esto no es broma, es en serio, creo que con suerte y con tiempo voy a llegar a escribir un libro que me guste. Cuando se escribe un poema y se termina, el poema murió. Entonces, releer o revisitar esos cadáveres es un poco...
--¿Cómo se forma un libro, cómo nace una obra?
--El libro... es el tema de la obsesión. Pero esto aparece, es una especie de coordenada y ordenada en la que la obsesión está en 100 y la expresión en 0. Entonces la obsesión busca las herramientas para expresarse y golpea el lenguaje para que eso ocurra. En la medida en que se van consiguiendo esas herramientas expresivas, la obsesión va disminuyendo y la expresión va subiendo y llega un punto en que se encuentra. Los poemas más felices se escriben después de ese encuentro. Llega un momento en que la obsesión está agonizando pero ya se han adquirido una cantidad de instrumentos que se manejan con facilidad, ahí hay que tener mucho cuidado para no confundir el manejo fácil de instrumentos adquiridos con la necesidad de expresión porque eso es incurrir en una maquinita. Yo, por lo menos, trato de cuidarme de eso.

Sobre la obra de Juan L. Ortiz
“Para mí es una gran poeta de la lengua castellana. Recuerdo que cuando le dieron el Nobel a Neruda, escribí para un diario inglés que ese Nobel tendría que haber ido a Juan L, un poeta absolutamente extraordinario. Recuerdo una vez que lo vi, estaba preocupadísimo porque tenía que usar la palabra mariposa y le parecía que manumbí volaba mucho más que mariposa. Creo que tiene razón le contesto. Voy a ver cómo me las arreglo, dijo. Bueno... si tenemos en cuenta como se dice en Alemania, no recuerdo la palabra pero dijo algo así como sshtonembule, algo así, entonces dijo: “esa palabra no vuela, está llena de grasa”. Fue uno de los grandes poetas”.

Movilización estudiantil y represión en Chile
“Los estudiantes tienen razón y por eso les dan con todo. Lo curioso de los estados es que crean los motivos para lo que ellos llaman los delitos que luego combaten. Si hicieran otra política estudiantil esto no ocurriría, a esto que castigan lo crearon ellos. En general es así”.