Por su labor en la Física

Investigador de la UNL integra Academia Nacional de Ciencias

Lunes 10 de noviembre de 2008

El 14 de noviembre el Dr. Rafael Calvo fue formalmente admitido como miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, que tuvo como miembros a Sarmiento, Darwin, Houssay y Leloir. Es un nuevo reconocimiento para el investigador de la FBCB que ya recibió

Hace 50 años que un santafesino no ocupaba un lugar en la prestigiosa Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, cuya lista de miembros incluye, además de Sarmiento, nombres tales como Charles Darwin, Francisco P. Moreno, Luis Huergo, Bernardo Houssay y Luis Leloir. Esto fue así hasta el 14 de noviembre, cuando el Dr. Rafael Calvo –Profesor Titular de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) e Investigador Superior del CONICET– fue formalmente admitido como miembro de la prestigiosa institución.
Promovida hacia 1869 por Domingo Faustino Sarmiento, la de Córdoba es la primera academia de su tipo en el país, y tuvo sin dudas un gran protagonismo en el impulso de las ciencias en estas tierras. Tres santafesinos fueron designados con anterioridad a Calvo: en 1922, Joaquin Frenguelli; en 1940, Josué S. Gollan y en 1958, Gustavo Fester.
El Dr. Calvo fue nombrado Académico “en reconocimiento a quien dedica su vida a la ciencia, tanto por el mérito de sus antecedentes científicos y personales como por lo que ha hecho por el desarrollo de su especialidad en la Argentina”. En sus 45 años de carrera en la Física, el investigador recibió los premios “Enrique Gaviola” en Física Experimental (1993) y Bernardo Houssay" (2007).
La principal característica de las investigaciones de Calvo es la interdisciplinariedad, con producción sostenida en revistas internacionales de primera línea, creación de nuevas líneas de investigación, formación de discípulos y trabajo docente de grado y posgrado.

Una vida dedicada a la Física
Nacido en Buenos Aires en 1939, Calvo estudió Física en el Instituto Balseiro de San Carlos de Bariloche, donde se licenció en 1963. Entre el ‘64 y el ‘66 fue becario del CONICET y docente auxiliar en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Luego emigró en EEUU, donde estudió la relajación magnética de iones de transición, en aquel momento un tema de mucho interés para el desarrollo de láseres.
A fines de 1968 regresó a la Argentina para trabajar en el Centro Atómico Bariloche (CAB). En 1972 volvió a la UBA, donde se puso en marcha el Laboratorio de resonancia paramagnética electrónica (RPE). A comienzos del ‘75 Calvo emigró nuevamente, esta vez a Venezuela, y el trabajo científico que realizó entre 1975 y 1984 allí y en los EEUU orientó sus investigaciones hacia la aplicación de técnicas físicas en el estudio de moléculas biológicas.
Luego del retorno a la democracia decidió volver, y en diciembre del ‘84 comenzó a trabajar nuevamente para el CONICET. “No tenía mayor relación con Santa Fe pero no quería radicarme en Buenos Aires –indicó el investigador–. En la época de Bariloche había trabado amistad con Mario Passegi y Jaime Moragues, habíamos trabajado en temas muy parecidos. Mario es quien me invita, él había comprado instrumental y establecimos un grupo de investigación en el INTEC”. En 1989 comenzó a trabajar en la FBCB.
Establecido en Santa Fe, el Dr. Calvo continuó la relación iniciada en los ’60 con los colegas de la Jolla, California: a lo largo de diez años viajó a San Diego todos los veranos para trabajar con el grupo del Dr. George Feher, en la actualidad ya disuelto.

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