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El lunes 22 de abril en el Salón de Actos “Mauricio Epelbaum” se realizó una sesión extraordinaria conjunta de los Consejos Directivos de la Facultad de Humanidades y Ciencias y de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. La instancia fue presidida la decana de la FHUC, Laura Tarabella, y el decano de la FADU, Sergio Cosentino.

En la ocasión se abordó la situación presupuestaria de la Universidad Nacional del Litoral. Ante una nutrida concurrencia el rector, Dr. Enrique Mammarella, y el Secretario de Administración y Gestión Presupuestaria, Mg. Germán Bonino, brindaron un pormenorizado informe.

“Este año no hubo presupuesto, sino que el mismo de 2023 (que fuera aprobado por el Congreso Nacional en 2022) fue reconducido en forma global, es decir para todo el sistema universitario y no por cada universidad nacional, como ha ocurrido en otras ocasiones. Y esto se da con una inflación interanual superior al 287%”, comentó Bonino.

Luego señaló que, “en este marco, en febrero de este año la factura de energía representó el 45% del total de lo otorgado para gastos de funcionamiento”. A lo que Mammarella agregó que “la factura de la EPE se multiplicó por cuatro de enero a abril”.

Bonino sostuvo que “el Consejo Superior, en este contexto, tomó la decisión de que la UNL no frene su funcionamiento, pero sí se avanzó en la restricción de gastos, en algunos aspectos relacionados a los bienes de uso, obra pública, viajes y viáticos, traslados internacionales, e insumos y gastos no prioritarios”.

Mes a mes

“Estamos percibiendo fondos mes a mes, no tenemos crédito ni ningún tipo de certeza presupuestaria para poder planificar”, enfatizó el rector. “Con este presupuesto, que recordemos se elaboró en 2022, tenemos que hacer frente a los salarios (con los incrementos otorgados por fuera de lo presupuestado en 2023 y 2024), y los gastos de funcionamiento (con valores presupuestados en 2023). Esto demuestra que la UNL no está funcionando solo con lo que manda el Gobierno, sino con fondos propios que se han ahorrado durante años”, remarcó.

En tal sentido, graficó que “a principio de 2023 por cada $1 que aportaba el Estado en el presupuesto, la UNL contribuía con $1,5 de fondos propios. Hoy tenemos que destinar $4,5 de los ahorros para poder funcionar”.

Mammarella reconoció que “esta situación dificulta el mantenimiento, el desarrollo y la planificación de la UNL. No queremos llegar a un momento crítico, y que la universidad deje de funcionar. Por eso, seguimos trabajando con los diferentes niveles del Estado, a quienes les explicamos que necesitamos una actualización presupuestaria acorde a la inflación”.

Al respecto, confirmó que, sin grandes precisiones, el Gobierno convocó al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), a un encuentro para el 30 de abril. En tal sentido recordó que “hubo paritarias en el sector, pero no diálogo paritario. El Gobierno decretó que aumento dar. Todos queremos dialogar y construir. Pero hoy estamos perdiendo el tiempo en atender problemas que no deberían ser problemas”, enfatizó.

Con respecto a los dichos de funcionarios nacionales sobre auditar a las universidades nacionales, el rector explicó que las mismas “son auditadas, interna y externamente. Se auditan todos los procesos, no sólo los económicos. Hay un control permanente”.

“Yo nunca pensé que se iba a discutir la democracia. Y hoy se discute. No hemos podido transmitir los valores y la importancia que tiene. Debemos involucrarnos más, defender la educación y la salud pública. Estar en el día a día de la ciudadanía, mostrando y explicando que la Universidad piensa en la necesidad de la sociedad y no en el mercado”, destacó el rector.

Luego de distintos intercambios de preguntas y respuestas entre los y las consejeras, el auditorio y los expositores, la actividad culminó con una frase de Mammarella: “a la garantía de funciones no la damos nosotros; la damos todos juntos y juntas”.