Jardín La Ronda
Exposición de juguetes en el Rectorado
Jueves 20 de noviembre de 2008
La muestra estuvo conformada por juguetes que construyeron los chicos del Jardín La Ronda y por otros que llevaron padres y abuelos. La idea es que los más chiquitos aprendan a fabricar su propio entretenimiento.
Muñecas de tela, carritos, aviones y camiones de madera, títeres y caleidoscopios son los juguetes que realizaron los chicos de todas las salitas del Jardín La Ronda de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que estuvieron expuestos la semana pasada en el hall del Rectorado. Además se pudo ver juguetes que pertenecieron a la infancia de padres, madres, tíos, tías, abuelos y abuelas. Todos participaron con mucho entusiasmo.
“Hace ya dos meses que comenzamos con este proyecto. En un primer momento trabajamos con madera, para que los chicos aprendan a reconocer los materiales. Después empezamos a construir unos camiones y carritos para que jueguen, que ahora están en exposición. Además invitamos a los padres y abuelos para que se sumen a esta propuesta, trayendo algún juguete o algo querido de su niñez, que también están expuestos en el hall del Rectorado”, explicó Mercedes Serniotti, maestra de la sala de 3 años.
“Los chicos se engancharon con la propuesta, sobre todo porque son ellos mismos los que construyeron y pintaron los juguetes. Trabajaron con madera resistente, con la idea de que los juegos puedan perdurar, no como las propuestas actuales que duran poco el material”, continuó la docente que fue la que llevó la propuesta a La Ronda, donde las autoridades y demás maestras la recibieron con entusiasmo.
Pequeños artesanos
En el marco del proyecto “Pequeños artesanos: construimos nuestros juguetes”, los más chiquitos pasaron por la experiencia de construir sus propios juguetes. Para ello contaron con la ayuda de Enrique Kovacevih, dibujante y diseñador de juguetes de madera, y visitaron los talleres de carpintería de la Escuela Industrial Superior (EIS).
Como la salita de 3 años trabajó en grupo, no se obtuvo un juguete por chico, con lo cual –una vez terminada la muestra- las piezas construidas quedan en el Jardín para que puedan jugar todos los chicos.
En tanto, los nenes y las nenas de las salitas de 4 y 5 años armaron títeres y caleidoscopios, que también fueron exhibidos.
“¿Saben cómo aprendí a hacer un caleidoscopio?”, les preguntó a los chicos Alejandra Bonfantti, profesora de Educación Plástica del jardín y continuó: “Cuando tenía diez años desarmé uno y así aprendí cómo estaba hecho. A partir de ese momento, me escondieron todos los juguetes para que no los desarmara”. Todos la miraban anonadados, como si les acabaran de confiar un secreto mágico.
“¡El mío se ve soleado, seño!”, gritó una de las nenas mientras giraba su caleidoscopio. “Tenés que rodarlo, así cambian los colores y se ven como flores”, le indicaba una amiguita. Todos estaban fascinados con los colores y figuras que podían ver a través de ese pequeño agujerito.