Censo 2022
El dinamismo poblacional y metropolización en Santa Fe
Martes 23 de julio de 2024 / Actualizado el martes 23 de julio de 2024
Gustavo Peretti y Javier Gómez, integrantes del Departamento de Geografías de la FHUC – UNL, realizaron un informe sobre lo que acontece con la dinámica poblacional en territorio santafesino, a partir de los datos del Censo 2022.
Los datos del Censo 2022 recientemente difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) muestran en términos generales la continuidad de la dinámica poblacional que se suscita desde el proceso de industrialización nacional que se inicia desde mitad del siglo XX. Sin embargo, se encuentran matices. De la mencionada publicación surge que en el último período intercenso (2010-2022) vuelve a producirse una ralentización del crecimiento poblacional en la provincia de Santa Fe, expandiéndose la población a un ritmo de 8,4 por mil anual que, si bien es inferior al incremento medio nacional (11,0), se ubica en el grupo de jurisdicciones con menor aumento poblacional, como ser: Chaco (5,7), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (6,4) y provincia de Buenos Aires (9,5).
En este contexto, y con el objeto de echar más luz sobre la dinámica poblacional actual de Santa Fe en los últimos 12 años, se torna relevante observar la situación de cada uno de los gobiernos locales que integran la provincia, de lo cual surge que, como en otros aspectos, las diferencias al interior del territorio, son ampliamente diversas. Se busca comprender el ritmo de crecimiento poblacional, es decir la cantidad de habitantes que se han incorporado por año cada 1000 habitantes y, así, avanzar en la comprensión del dinamismo de la población -crecimiento o decrecimiento- en cada uno de los territorios.
Los contrastes del dinamismo poblacional
En primer lugar, en el último periodo intercenso, de acuerdo a los nuevos datos del Censo 2022, se detecta que 153 gobiernos locales santafesinos tuvieron en 2022 menor cantidad de habitantes que en 2010, experimentando una disminución de su población. Estos gobiernos locales se observan en el Mapa 1 en color rojo. Como contracara, si bien son 210 los gobiernos locales con crecimiento demográfico positivo, sólo 47 han crecido con una elevada tasa. Estas localidades aparecen en el mapa en distintas tonalidades de verde, de acuerdo a la intensidad del crecimiento experimentado.
El mayor dinamismo y la metropolización
De las 210 localidades santafesinas que cuentan con más habitantes de los contabilizados en el censo anterior (2010) es posible realizar distintos análisis. Uno de ellos es el ritmo de crecimiento que vienen experimentando. Los datos señalan que ese crecimiento demográfico positivo es muy contrastado. Son 105 (29% del total) los gobiernos locales cuyo ritmo de crecimiento fue mayor a la media provincial (8,4 habitantes cada mil, por año). De ellos, 47 al menos duplican el ritmo provincial. Estos gobiernos locales altamente dinámicos en cuanto al crecimiento poblacional son en su mayoría comunas (39), mientras que 8 son municipios. Estas localidades más dinámicas se localizan mayoritariamente en las regiones del sur y centro santafesino, registrándose 23 y 15, respectivamente. En el sur, el dinamismo demográfico se observa en, por ejemplo: General Lagos, Álvarez, Zavalla, Soldini, Piñeiro, Villa Amelia, Funes, Pueblo Esther, Alvear e Ibarlucea (Departamento Rosario), Fray Luis Beltrán, Puerto San Martin, Luis Palacios, Tambúes, Roldán y Ricardone (Departamento San Lorenzo) y, finalmente, Oliveros y Pueblo Andino (Departamento Iriondo). En cuanto al centro de la provincia, algunos de los gobiernos locales más dinámicos poblacionalmente son Monte Vera, Recreo, San José del Rincón, Arroyo Leyes y Sauce Viejo (Departamento La Capital), San Carlos Norte, Cavour, San Carlos Sud, Felicia y Pujato Norte (Departamento Las Colonias) y, finalmente, Susana, Bella Italia y Colonia Iturraspe (Departamento Castellanos).
De estos datos surge una nítida dinamización de las localidades aledañas a los mayores aglomerados urbanos santafesinos, tales como Rosario y Santa Fe, conjuntamente con ciertas localidades próximas al entorno regional entre Rafaela y Esperanza.
Las 47 localidades más “dinámicas” aportaron 99.574 habitantes al crecimiento poblacional provincial, en el periodo 2010-2022, representando prácticamente un tercio de la expansión demográfica de la provincia. Este dato adquiere relevancia si se tiene en cuenta que el municipio de Santa Fe tuvo un incremento poblacional absoluto de 12.647 habitantes y Rosario, 81.307. Las grandes ciudades santafesinas han atenuado sus crecimientos en favor de una “corona” de localidades que las rodean.
Una muestra de este fenómeno es lo que acontece, en localidades del área metropolitana de Santa Fe, al comparar el crecimiento absoluto de la población con relación a la cantidad de habitantes contabilizados. Se denota cómo las localidades de Arroyo Leyes, Sauce Viejo, Recreo y San José del Rincón presentan un notorio incremento en relación a su tamaño demográfico, diferenciándose de lo que ocurre en el municipio de Santa Fe. Entre 2010 y 2022 de cada 10 habitantes que incrementa el área metropolitana santafesina que constituye según el INDEC el aglomerado Gran Santa Fe, solo tres pertenecen al municipio de Santa Fe y los siete restantes a los demás gobierno locales.
Cuadro 1. Incremento demográfico del aglomerado Gran Santa Fe entre 2010 y 2022
Crecimiento poblacional absoluto (2010-2022) | Población 2022 | Crecimiento/ Población 2022 (%) | |
Arroyo Leyes | 2.114 | 5.126 | 70,2 |
Sauce Viejo | 6.249 | 14.372 | 43,5 |
San José del Rincón | 4.227 | 14.405 | 29,3 |
Recreo | 5.043 | 19.248 | 26,2 |
Santo Tomé | 9.139 | 75.272 | 13,8 |
Santa Fe | 12.647 | 403.878 | 3,1 |
Total AGSF | 39.419 | 532.301 | 8,0 |
FUENTE: Elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de Población, Hogares y Viviendas 2010 y 2022
Así, las grandes ciudades desconcentran población a sus alrededores y la urbanización se dilata en conjunto con las disponibilidades materiales, necesidades y modos de vida de la sociedad. Actualmente, ciertos grupos sociales priorizan habitar en entornos amigables con la naturaleza, de mayor tranquilidad y con una mejor calidad de vida, cualidades que se buscan en áreas escasamente pobladas, rurales o naturales. En este contexto, el crecimiento urbano metropolitano adoptó la forma de ampliaciones alejadas de la localidad central y conectadas a través de vías de comunicación, intensificando la movilidad cotidiana que caracteriza a los entornos metropolitanos. Estos datos también reflejan que las grandes ciudades actúan como centros dinamizadores de sus entornos metropolitanos por medio de los procesos de suburbanización y contraurbanización. De este modo, el paisaje urbano se introduce en el rural y se recrean en él algunas de las formas urbanas.
El menor dinamismo y el decrecimiento de la población
En tanto, en el otro extremo de la dinámica poblacional, según los últimos datos censales publicados, el 42% de las localidades santafesinas ha registrado una menor cantidad de habitantes que en el año 2010. Se trata de 153 gobiernos locales y, la gran mayoría de ellos (127), son comunas que solo cuentan con población rural dispersa o bien por localidades rurales, es decir que no superan los 2000 habitantes, si se tiene en cuenta el umbral que categoriza a las localidades como “urbanas”. En el caso de los gobiernos locales con rango de municipios, tres también descienden su población, como son los casos de Florencia (Departamento Gral. Obligado) y de Frontera y San Vicente (Departamento Castellanos). Cabe aclarar que, si bien revisten la categoría de municipios, no reúnen los 10.000 habitantes, requisito constitucional provincial para alcanzar dicha categoría.
Por otra parte, 73 gobiernos locales, 20% de la totalidad, si bien incrementan su población, lo hicieron en un ritmo inferior al 5 por mil anual durante el último período intercensal, cifra que se ubica seguramente por debajo al crecimiento vegetativo, es decir la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, hecho que permite inferir la existencia de saldos migratorios negativos, es decir que, en ellos, es mayor la población que emigra que aquella que llega a vivir.
Como dato distintivo, llama la atención que dos gobiernos comunales presentan en el año 2022 la mitad de los habitantes que registraban en el año 2010. Son los casos de Santurce (Departamento San Cristóbal) y de San Eugenio (Departamento San Jerónimo). Además, 9 gobiernos locales cuentan con una exigua población: no alcanzan a reunir 100 habitantes, siendo los casos de Juan de Garay (Departamento 9 de Julio) y Santurce (Departamento San Cristóbal) los que menor cuantía han presentado, con sólo 48 y 52 habitantes, respectivamente.
Si se analizan estos datos a partir de la identificación de tres grandes áreas dentro del territorio provincial–norte, centro y sur-, la mayor merma demográfica se produce en sentido sur-norte. Mientras que, en las áreas norte y sur el 53% y 44% respectivamente de los gobiernos locales evidencian menos habitantes en el 2022 que en el 2010, en el área sur la cifra se ubica en el 28%. Poniendo el foco en las unidades departamentales, se observa que 9 de Julio y San Cristóbal son los más afectados ya que el 83% y 68% respectivamente de sus gobiernos locales han manifestado mermas en sus cuantías demográficas en los últimos 12 años. En los otros dos departamentos ubicados en el extremo norte provincial –Vera y General Obligado- la disminución se produce en la mitad de los gobiernos. En el caso de Castellanos, ubicado en el centro del territorio provincial, la pérdida se produce en el 63% de sus gobiernos.
Estos caracteres poblacionales devienen desde alrededor de 1970. En aquel momento, se produce en la región pampeana un fuerte proceso de avance del cultivo de soja que va desplazando a otros granos y a la ganadería. El desequilibrio entre la rentabilidad de la producción agrícola y la ganadera también tienen un alto impacto en la población rural: el abandono de explotaciones ganaderas, tanto de las destinadas a la producción de carne como de leche, provoca la expulsión de una enorme masa de trabajadores rurales y de mano de obra de industrias derivadas, sobre todo de las pequeñas y medianas, impactando en el despoblamiento del campo y de muchas pequeñas localidades.