Ciclo Orson Welles
El Ciudadano, en el Foro
Lunes 30 de marzo de 2009
Como todos los miércoles, el cine se apodera de la pantalla de la sala Saer, en ciclos temáticos mensuales. Esta organizado por la UNL y Cine Club Santa Fe.
Este miércoles, a partir de las 20.30, se proyectará la película “El Ciudadano” de Orson Wells.
El debut más espeluznante de un cineasta en la pantalla grande. Welles derrumbó el sentido visual predominante en la época y realizó probablemente la película más importante para el posterior desarrollo evolutivo del arte fílmico.
Afamado gracias a su realista interpretación radiofónica de la obra de H.G. Wells, "La guerra de los mundos", que provocó un pánico general entre sus oyentes, el joven Orson, que contaba en la época con 25 años, fue fichado por la RKO con un contrato impensable para un recién llegado al mundillo de Hollywood, que además le permite gozar de total libertad creativa para la producción de dos filmes.
El primero de ellos se iba a titular "American", más tarde rebautizado como "Ciudadano Kane", y contaba la historia de un magnate de nombre Charles Foster Kane, interpretado por el propio Welles, dotado de un gran parecido con el opulento hombre de negocios William Randolph Hearst, que por cierto atacaría en sus medios de comunicación al film e intentaría que la película no se distribuyese.
Se rodeó de innumerables talentos. El intrincado guión lo escribió con Herman Mankiewicz, el extraordinario trabajo de fotografía fue para Gregg Toland, que comentaría posteriormente que se sentía sorprendido y entusiasmado por las audaces ideas del genio y la música fue escrita por el gran Bernard Herrmann, asiduo colaborador de otro de los gigantes del cine, Alfred Hitchcock.
Obra maestra
Al margen de su intachable guión, que aborda temas como la futilidad vital, la nostalgia, el valor de la sencillez o la ambición, su conseguida tonalidad, dominada por una evocación melancólica, "Ciudadano Kane" deparó multitud de avances técnicos como una elaborada puesta en escena, la utilización detallada del gran angular y profundidad de campo, la fuerza de sus angulaciones y encuadres, transmisores de una enorme expresividad, un juego de luces y sombras derivado de su gusto por el expresionismo alemán, la fluida capacidad para mover la cámara más allá del encuadre, el genial uso del montaje o su innovador empleo del sonido como engranaje narrativo.
Una palabra ya mítica, Rosebud, desencadena la historia, y un hombre, el genial Orson Welles, marca con esta película el devenir del cine contemporáneo.
La entrada es de $3.