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El ya clásico ciclo “Cine y psicoanálisis” renueva su propuesta, a partir del 13 de mayo. Los encuentros tendrán lugar en la Sala Saer del Foro Cultural (9 de julio 2150), con entrada libre y gratuita. Este ciclo lleva el título “La ley y el sujeto” y es auspiciado por Cine Club Santa Fe y Mundo Megavideo. 

Programación
El ciclo comienza el 13 de mayo con “Vincere”, de Marco Bellochio. Participarán del debate, Marcelo García (abogado) y Mónica Niel (psicoanalista). Continúa el 20 de mayo con “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella. Participan, Adrián Rocca (abogado)  y Oscar Pellegrini (psicoanalista). En tanto, el 27 de mayo se proyectará “Amor sin escalas”, de Jason Reitman, con la participación de María Laura Méndez (antropóloga y dra. en educación) y Mónica Medovoy (psicoanalista).
En 3 de junio será el turno de “Juegos de amor esquivo”, de Addellatief Kechiche, con Julio Beltzer (director de teatro) y Luciana Giusti (psicoanalista).
Finalmente, el 10 de junio se exhibirá “Hace mucho que te quiero”, de Phillipe Claudel, con Felipe Cherep (abogado) y Mariana Alimena (psicoanalista).

Representaciones
En relación al ciclo, Carlos Giusti especificó: “Cuando el mundo gira locamente, asistimos a una serie de representaciones que nos muestran la actualidad del escenario contemporáneo. Entre ellas, las consecuencias del totalitarismo del campo del Otro y del aplastamiento del sujeto, cuando se impone el discurso perverso y se reniegan los resguardos simbólicos y jurídicos (como en las películas “Vincere” y “El secreto de sus ojos”); La disolución del lazo social con sus efectos desubjetivantes, en directa relación con el discurso del capitalismo que promueve un sujeto de la apetencia, consumidor de objetos, en desmedro de ‘las cosas del amor’ (Lacan) y del sujeto del deseo (como en “Amor sin escalas”); los avatares producidos por los quiebres generacionales-raciales-sociales y los fenómenos de inclusión-marginación del sujeto en el entramado amoroso, grupal y comunitario (“Juegos de amor esquivo”); y los efectos del silenciamiento de la palabra y del estancamiento del proceso de duelo, cuando no opera la necesaria sanción de la ley del Otro, que posibilita la asunción de la culpa y la responsabilidad subjetiva, permaneciendo el sujeto apresado en la pena (“Hace mucho que te quiero” y “El secreto de sus ojos”)”.