UNL Noticias

Para el que esté apurado y no pueda detenerse en los detalles, la información es esta: Carneviva cierra la VIII Bienal de Arte Joven 2008, organizada por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Federación Universitaria del Litoral (FUL), el próximo domingo 28 de septiembre a las 20 en el escenario principal del Predio UNL-ATE. La entrada es libre y gratuita.
Ahora bien, dado el público asistente y participante de este evento, es necesario instruir a los más jóvenes en lecciones de historia, presente, futuro, música y poesía. De qué otra forma podrán aquellos que no rondan los 30 años disfrutar, apreciar y reconocer lo que es Carneviva para el rock y para Santa Fe. De qué otra manera, los hijos de la década del ‘80 y sucesivas sabrán que Alto Verde nunca fue tan alto y tan verde como en la voz del Tavo Angelini, o que “él se acostó”, ya “curtido”, de pedir que los “consumidores de criaderos” “alimenten a los monos”, no sin hacer ante un “Stop en la colmena”…

La lección
Aunque con una discografía exigua, esta banda que se formó en un caluroso –y bien santafesino— verano de 1990, se transformó en icono de una época y de una Santa Fe que muchos llamaron “maldita”.
Antes de MTV, de VH1, de MySpace y los MP3; incluso antes de los CD; antes que todos, Carneviva. Banda under por excelencia, el grupo liderado por el cantante Gustavo Angelini sólo tiene cuatro pasos por los estudios de grabación, cuyos resultados fueron “En Carneviva” (1990), “En el límite de la piel” (1991), ambos distribuidos en cassettes (sí, cassettes de audio, esos con cinta marroncita), “Curtido” (1992) y por último, al menos por ahora, “Hígado de Bronce – Parte I” (2002).
Con casi 20 años de historia (en donde no faltan las fusiones, las fisiones y las reuniones), desde 2007 la formación de la que es –sin dudas- una de las bandas más importantes que brotaron de estas tierras fértiles y húmedas, está compuesta por Gustavo Angelini en voz, Lucio Venturini en batería, Facundo Gorostiza en guitarra y Emiliano Yellati en bajo. Ya no está José Mhering, Marcelo Cornut, ni Mario Alfageme. Tampoco el legendario “Gringo” Ferronato, aunque su herencia quedó plasmada en las letras y música de una gran parte del repertorio carnavivesco.

En el Predio UNL-ATE
La cita es, entonces, el domingo 28 a las 20. La excusa, concluir esta VIII Bienal de Arte Joven organizada por la Secretaría de Cultura de la UNL y la FUL. Para las nuevas generaciones de músicos que se formaron en los últimos diez años, es una excelente ocasión para conocer, apreciar, disfrutar y –porque no- dejarse atrapar por una de las agrupaciones más influyentes de la escena artística local. Para el resto, los “veteranos de treintipico”, es una nueva oportunidad de recuperar la mística que, como nadie, Carneviva supo imprimirle a nuestra adolescencia.