Veterinaria
Carbunclo: destacan la necesidad de diagnósticos de certeza
Viernes 12 de septiembre de 2014 / Actualizado el martes 16 de septiembre de 2014
Un especialista en infectología de la UNL indicó que es preciso contar con información precisa sobre los casos que se dan en ganadería. De esa manera, se puede poner en alerta rápidamente al sistema de salud humano.
Desde la Universidad Nacional del Litoral (UNL) destacaron la importancia de contar con diagnósticos de certeza sobre el carbunclo o ántrax en animales, la enfermedad que le costó la vida en junio a un vecino de San Jerónimo del Sauce. De este modo, se puede disparar un alerta temprano al sistema de salud humano y prevenir la infección en personas que por distintas circunstancias podrían haber estado en contacto con la bacteria.
Según contó Eduardo Lucca, docente de la Cátedra de Infectología y Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL, el carbunclo se transmite por contacto directo con la fuente de infección, por lo cual los brotes son naturalmente limitados a establecimientos o zonas geográficas y grupos de riesgo. No se trata de una enfermedad generalizada en la ganadería.
“Respecto a la casuística y cantidad de brotes en nuestra provincia, la información epidemiológica es dispersa y escasamente sistematizada, por lo cual el conocimiento es parcializado, algo que dificulta o retarda la toma de decisiones, con consecuencias desagradables como el evento que costara esta vida humana”, lamentó.
Enfermedad conocida
Lucca destacó que el carbunclo o ántrax es una enfermedad muy conocida por los agentes primarios en la atención veterinaria a campo y fácilmente sospechable, porque los cadáveres poseen lesiones significativas de las que se obtienen muestras, para luego solicitar apoyo laboratorial a los fines de confirmar el problema.
“Se trata de un diagnóstico muy sensible y rápido, porque entre 8 y 18 horas es lo que se tarda en obtener evidencias suficientes para identificar un carbunclo, las que se reconfirman con ensayos de mayor complejidad. Sin embargo, con la primera información de certeza las acciones de control pueden desplegarse, ya sean veterinarias, sobre los animales convivientes, o humanas, sobre quienes estuvieron en contacto con el caso. Si bien es una enfermedad altamente letal, no todas las especies son igualmente susceptibles. Además varía la presentación inicial, tal el caso de cerdos o caninos. Por otro lado, las aves no enferman”, aseguró.
El investigador agregó también que el pronóstico es benigno cuando el tratamiento se inicia precozmente, ya que el Bacillus antrhacis es muy sensible a las penicilinas y a algunos antibióticos. De ese modo, se limita la infección con facilidad si no está avanzada. “Es una enfermedad de denuncia obligatoria, por lo cual Senasa tiene conformados protocolos, publicados en su web, en los que se explicitan los procedimientos a seguir ante la sospecha. Son procedimientos que se supone que todos los profesionales conocemos y que tradicionalmente se recomiendan en cualquier tratado de enfermedades Infecciosas”, afirmó.
Ciclo
Por otro lado, el veterinario informó que el ciclo de la enfermedad generalmente comienza por herbívoros, preferentemente rumiantes, que ingieren la bacteria en su fase de resistencia, en forma de espora, a partir de alimentos contaminados o directamente por tierra que se acumula sobre el pasto: “Cuando estos herbívoros padecen la enfermedad y mueren, con una corta evolución de 12 a 24 horas, pueden contaminar el ambiente a través de sus secreciones y excreciones. Todo el cadáver es muy rico en bacterias”.
“El cuero suele ser industrializado; la carne, ingerida por carnívoros, que pueden enfermar; la aves carroñeras, que no enferman, pueden transportar al agente a distancia. Además, por mala praxis, pueden no eliminarse los cadáveres, incumpliendo los protocolos o, en casos extremos y por fallas en los sistemas de control sanitario, ser destinados a alimentar cerdos o para preparar alimentos para otras especies, incluida la humana. Todas estas alternativas de transmisión, desconociéndose la causa real de la muerte, pueden desencadenar brotes como el que actuó como disparador en la presente circunstancia, donde posiblemente el paciente llegó a la consulta primaria en estado avanzado de enfermedad y sin antecedentes epidemiológicos que orienten el diagnóstico precoz”, puntualizó.
Campañas de vacunación
Lucca manifestó además que existen vacunas muy seguras que disminuyen los riesgos de enfermedad. Son utilizadas normalmente en herbívoros y forman parte de los planes profilácticos de algunos pocos establecimientos, pero no son de uso masivo sino que generalmente se la utiliza cuando se confirman brotes, en alguna población puntual y alrededores. “Si bien la vacuna es apatógena, requiere precauciones por parte de quienes la manipulan, ya que se trata de una cepa viva que al ser inoculada accidentalmente en el operador, produce una infección local que requiere tratamiento médico”, advirtió.
“La aparición de los presentes casos no debe alarmar, ya que son brotes esporádicos, que si bien la información es fraccionada, posiblemente la casuística no escape de las constantes históricas y si se incrementan las medidas de control, seguramente tenderán a la baja”, finalizó.