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El Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y el Programa UNL Accesible de la Dirección de Bienestar de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) han implementado un programa denominado “Monitoreo de Accesibilidad de los Espacios Públicos”. El objetivo de este programa es conocer profundamente la accesibilidad que tienen los espacios públicos de la ciudad de Santa Fe para que lo transiten las personas con discapacidad motriz transitorio-permanente, las personas ciegas y sordas.
Para lograr este objetivo se convocó a la Escuela Industrial Superior (EIS) y al Colegio Nacional Simón de Iriondo. Alumnos de estas instituciones realizaron, entre el miércoles 8 y el jueves 9 de agosto, un relevamiento en 80 lugares públicos de la ciudad, que comprendieron desde oficinas públicas, ministerios, hospitales, iglesias, la terminal de colectivos, comercios de varios rubros, shoppings y restaurantes.
“Se relevó el estado de las rampas, si es que existen, la producción del sistema braille en textos para el público y si cuentan con interpretes de señas”, explicó Stella Maris Vallejos, delegada del INADI Santa Fe y a su vez reveló que ya tienen una idea previa de lo que van a encontrar: “Sabemos que las rampas están en mal estado, sabemos que no cumplen con la reglamentación de accesibilidad, que prácticamente no hay traductores de señas y el braille no existe”. De todas maneras aclaró que “la idea no es reprocharle a la gente que hace mal las cosas, sino ver el estado en que están para poder mejorar”.
Además de Stella Vallejos, participan del programa la Lic. Indiana Vallejos, coordinadora de UNL Accesible, el Ing. Héctor Aymerich, director EIS, la Prof. Graciela Palma, directora del Colegio Nacional Simón de Iriondo, la Bioq. Mabel Kovalchuk y la Ing. Marta Heinz, vice directoras de la EIS y la Abog. Mireya Gotero, profesora de la EIS y alumnos de ambas instituciones educativas.

Ejemplo para los jóvenes
“Es muy interesante que el tema se plantee en la juventud y que se empiece a discutir y se vaya generando la conciencia de que hay que corregirlo”, expresó Aymerich, mientras que Stella Vallejos destacó que “uno de los conceptos que queremos mostrarle a los jóvenes es que todos somos potencialmente discapacitados. Por ejemplo una mujer embarazada tiene limitaciones, las personas obesas, los que sufren accidentes, los que por la edad van perdiendo sus capacidades, todos tienen limitaciones, entonces a los alumnos le enseñamos que tenemos que hacer el esfuerzo de construir una ciudad para todos”.
En este sentido es interesante resaltar el compromiso que han asumido los jóvenes en esta iniciativa y se debe destacar que “esto puede servir como efecto multiplicador a partir de el contacto con esta problemática por parte de los estudiantes. Apuntamos a construirle una visibilidad a los jóvenes de un problema viejo”, sintetizó Indiana Vallejos.

Un problema de todos
“El estado de accesibilidad de una ciudad no se expresa como sociedad. En este sentido no tenemos que tener una mirada culpabilizadora de nadie, construimos y utilizamos la ciudad de acuerdo a lo que son los valores predominantes y estos valores han excluido a las personas que de algún modo tienen una marca de diferencia en relación a la mayoría”, remarcó Indiana Vallejos y sostuvo que estos valores sociales generan barreras, tanto “en la construcción –barreras físicas- como también barreras de uso y barreras culturales. Muchas veces los modos en los que usamos los espacios excluyen a otros”.
Por esta razón el problema de la accesibilidad de los espacios públicos “deja de ser un problema de pocos, y no tan pocos, y pasa a ser un problema realmente de todos”, aseguró Indiana Vallejos y advirtió que “tenemos que estar todos involucrados en la solución porque todos estamos involucrados en el problema”.