UNL Noticias

Con la participación de la Dra. Adriana Molina (UNL) y el Dr. Ovide Menin (UNR) se desarrolló el tercer panel de la Cátedra abierta “Domingo F. Sarmiento”, bajo el título “El encuadre sarmientino sobre la mujer”, el pasado 29 de julio en el Foro Cultural Universitario.
La actividad fue organizada por el Archivo Histórico de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Asociación civil Instituto Sarmientino de Santa Fe. En esta ocasión, el panel fue coordinado por Ma. Claudia Pettinari.

Evolución político-social de la mujer
 La primera disertación “El rol institucional de la mujer”, estuvo a cargo de la Dra. Molina. “Hablar de cambio social en nuestro siglo es hablar del universo femenino, las modificaciones en los roles institucionales y sociales respecto al hombre y la mujer“, comenzó afirmando.
 A continuación señaló los hechos históricos más importantes en relación a la evolución político-social de las mujeres en el siglo XX, como la obtención del voto femenino en 1947, las leyes vinculadas a las relaciones de familia, como patria potestad compatida, régimen de alimentos, violencia familiar y de divorcio. “El avance más notorio en la protección de los derechos de las mujeres se da con la Reforma Constitucional de 1994, ya que se reconocen tratados internacionales que implican derechos a la mujer”, sostuvo.
 “Si bien se ha avanzado en varios campos, sabemos que subsisten situaciones de desigualdad. Muchas mujeres políticas están en la base, pero son pocas las que llegan a los cargos de mayor jerarquía”, destacó Molina, al tiempo que aclaró que “estamos viviendo una situación excepcional en la que tenemos mujeres en la presidencia, la gobernación, la legislatura y la Corte Suprema de Justicia”.

Ámbito público vs. privado
 Pasando al ámbito laboral, la oradora señaló que “persisten estereotipos que consagran algunos trabajos como femeninos y otros como masculinos, por lo tanto sigue dándose esta llamada ‘división sexual’ del trabajo”. Asimismo señaló los cambios en la “estructura del hogar, ya que muchas mujeres actualmente son jefas de hogar”.
 En relación a los obstáculos que debe afrontar la mujer, Molina habló de “la tensión entre el ámbito privado –la vida doméstica- y la vida pública”: “Aparece el problema de la doble jornada que es cuando las mujeres trabajan fuera y dentro del hogar; la jornada triple es cuando, además de ser amas de casa y profesionales, participamos activamente en política o cuestiones sociales. Por último, se habla de cuádruple jornada cuando además de las otras tres actividades, queremos perfeccionarnos, capacitarnos y continuar estudiando”.
 Finalmente, Molina reflexionó: “Sería importante poder valorizar en el mundo público, aquello que las mujeres conocemos y vivimos en el ámbito privado. Es decir, ¿cómo hacer para que las relaciones de cuidado por el otro, responsabilidad y empatía sean parte del código del mundo público? Y por otra parte, que llevemos las políticas de equidad, libertad, autonomía y derechos humanos, vigentes en el ámbito público, a la vida familiar”.

Cruzar ciencia y experiencia
El Dr. Ovide Menin disertó sobre “La formación docente”. Entre sus comentarios, destacó que “Santa Fe, Córdoba y San Juan fueron innovadoras en materia de formación de maestros, porque crearon Escuelas Normales provinciales”.
Asimismo se refirió a la ley de educación que “establece que la educación de los maestros para la escuela primaria está en el mismo rango que la formación de los profesores de enseñanza media. Podemos discutir si esto tenía que ir en la ley o si debía ser reglamentado. Porque cuando la ley es tan puntual y meticulosa se oprime la creatividad de los grupos que acceden al gobierno”.
“Para mí, la formación permanente es más importante que la formación de base por eso no me entusiasmo tanto con la construcción de un excelente currículum. El currículum debe ser cruzado por la ciencia y la experiencia, es decir un juego de coordenadas. Experiencia no es sólo la que se adquiere a través de una enorme cantidad de años en la docencia, es esa videncia que uno adquiere sobre la base de reflexionar sobre su propio quehacer. La institución debe darnos ese espacio para que reflexionemos individual y colectivamente”, concluyó Menin.