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“El conocimiento es un capital cultural, es una riqueza que produce riqueza y por lo tanto hay que pensarlo junto a otros capitales. En el mundo actual es imposible reproducir el capital económico si no se posee capital cultural. El conocimiento es estratégico para la construcción de poder, y esta es la dimensión política profunda de la escuela contemporánea”, aseguró Emilio Tenti Fanfani al dejar inaugurado el ciclo de conferencias “25 miradas para pensar la educación”, en conmemoración del 25º aniversario de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Con un Paraninfo colmado de ávidos escuchas, autoridades universitarias, de la provincia y municipales, este jueves, Tenti Fanfani disparó debates al formular interrogantes muy sencillos en torno a la riqueza de posibilidades que aporta el capital cultural: “Si el conocimiento es riqueza, ¿cómo hacemos para distribuir la matemática? ¿alguien vio una movilización por la matemática? Sin embargo en el mundo de hoy, quien no posee estos conocimientos no puede garantizar la reproducción del capital económico”, redondeó.

La lengua y el cálculo
Durante una exposición de aproximadamente hora y media, Tenti Fanfani se explayó sobre “El conocimiento como capital: la dimensión política de la escuela contemporánea”, y fue desgranando ejemplos y referencias a situaciones de la vida diaria en todo momento.
Aseguró así que actualmente, se sobre exige a la escuela que incluya en los programas de estudio una multitud de disciplinas y saberes, como seguridad vial, ecología, odontología, tecnología, educación cívica, comunicación social y otros tantos, y no se enfatiza en primer plano la enseñanza de dos formas de conocimientos estratégicas para formar a sujetos en el conocimiento. Puntualizó así la importancia de las competencias expresivas y la capacidad de cálculo.
“La lengua y el cálculo son monopolio de la escuela, y son los dos saberes estratégicos para desenvolverse en el mundo de hoy. Las competencias expresivas --tanto lingüística, oral, por señas y con imágenes--, se constituyen hoy como el recurso político fundamental. Podemos afirmar sin equivocarnos que la maestra de lengua es la mayor formadora de ciudadanía”, enfatizó el licenciado en Ciencias Políticas y Sociales.
Dio cuenta así de otra dimensión política de la escuela al resaltar que por estas dos capacidades, la escuela puede cumplir con un rol fundamental que es “aprender a aprender” para constituir ciudadanía.
“Ese conocimiento que se apropia durante la etapa escolar es estratégico y fundamental porque no sólo va a determinar la vida de una persona en la universidad, sino para toda la vida. También determina, en buena medida, la posición de las personas en la sociedad, de los grupos sociales y también de los países en el mundo. Entonces, si el conocimiento es un capital nunca va a ser distribuido gratuitamente y fácilmente, va a ser siempre el resultado de una conquista”, remarcó Tenti Fanfani.
Con énfasis, sumó luego que “el poder nunca se distribuye, cuando se habla de empoderar a la gente sospechemos de esa frase, nadie regala poder. El poder fue siempre objeto de luchas y conquistas. Esto es lo que está en juego en la agenda de las políticas contemporáneas”, completó al situar al sistema educativo como una de las instituciones más antiguas de los Estados Nación y que pueden hoy seguir contribuyendo en la construcción de ciudadanía y democracia en el marco de la crisis de representación política que viven nuestras sociedades.