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Del 22 al 25 de noviembre, docentes, graduados, estudiantes universitarios, referentes de la sociedad civil, instituciones no gubernamentales y organismos de Estado de Latinoamérica y el Caribe participarán del XI Congreso Iberoamericano de Extensión Universitaria, denominado “Integración extensión, docencia e investigación para la inclusión y cohesión social”.
En este marco, estará presente Alicia Camilloni, profesora de Filosofía y Pedagogía; profesora Emérita de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y directora de la Maestría en Didáctica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y de la Carrera de Especialización en Docencia Universitaria de la Universidad Nacional de La Pampa.
En diálogo con Prensa UNL la especialista habló sobre la relación entre la extensión, la docencia y la investigación y la relación entre la universidad y la sociedad.

¿Qué significa que se pueda incluir la educación experiencial en el currículum?
En el proyecto iniciado por la Secretaría de Extensión de la UNL hay una intensión interesante que es incluir los trabajos de acción solidaria en la formación de los estudiantes. Una de las formas consagradas es la inclusión de lo que denominamos pedagógicamente la educación experiencial en el curriculum como uno de los requisitos de los componentes de ese curriculum. La acción solidaria implica responder de distintas maneras, desde el curriculum, a demandas por parte de la sociedad, ya sea con necesidades de trabajo de vinculación y articulación entre la formación teórica, académica y la formación para el trabajo profesional.
Muchas universidades del mundo aceptan como valor las formas de trabajo de voluntariado (la acción solidaria en la forma de aprendizaje y servicio), de pasantías o prácticas profesionales. En tal sentido, el aprendizaje-servicio es una de las grandes opciones de inclusión que le da vida diferente al currículum. Es un tipo de actividad que el estudiante debe cumplir como requisito curricular en su formación en respuesta a demandas que la sociedad expresa. Esto significa que todos los actores (autoridades, docentes y estudiantes) estén comprometidos en ese tipo de trabajo. Los proyectos que se realizan en ese sentido sacan a la universidad de su encierro, y la acercan a los principales ideales de la reforma universitaria de 1918. La misión de docencia, investigación y de extensión de esta manera se vinculan. Esto tiene muchísimas ventajas desde el punto de vista de la formación de los estudiantes pero también implica un compromiso social e importante de la universidad.

¿Esto ha colaborado de alguna manera con la desacralización de la universidad?
Se observa en el mundo que la universidad en estos tiempos ha salido hacia la sociedad. La primera de estas razones ha sido el desfinanciamiento, las ha obligado a buscar otros recursos. Una segunda razón es que el conocimiento universitario ha ido cambiando de carácter, de pretender ser un conocimiento desinteresado y neutral, a atender a las necesidades de la sociedad y ser una conciencia crítica de la sociedad. Las distintas misiones de la universidad quedaban separadas y la producción del conocimiento respondía a una lógica mientras la postura de la universidad frente a los problemas nacionales y sociales se daba por otro camino, estos dos caminos se han unido.
El conocimiento tiene un valor económico pero a nosotros nos interesan, más que el valor económico, los valores sociales que implica el desarrollo del conocimiento y que tienen que ver con el mejoramiento de la calidad de vida de toda la población. En ese sentido es que hay distintos valores en disputa. Cuando pensamos en lo que está sucediendo en este momento en las universidades, esas disputas se hacen cada vez mas manifiesta, más claras. ¿Qué se privilegia? ¿Lo que tiene mayor valor económico o lo que atiende mejor a los grupos poblacionales más necesitadas? No siempre las decisiones coincide. La opción por responder a demandas de unos u otros sectores es lo que finalmente define el proyecto de universidad. La universidad pertenece a la sociedad civil, entendiendo a ésta como lo que no es el Estado. El Estado tiene sus propios proyectos, actividades y acciones. La universidad representa a la sociedad civil, representa otros intereses. La universidad tiene y ha tenido desde sus orígenes esa característica de libertad y pluralidad interna que le ha permitido enfrentar distintas situaciones y sobrevivir a los cambios que se han dado durante tantos siglos. La universidad ha sobrevivido porque se ha podido adaptar y no porque haya aceptado las imposiciones. La universidad es un lugar donde las libertades son importantes.