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Tres zapateros remendones ganan el protagonismo en la pantalla grande gracias a una cámara fija que accede desde una perspectiva distinta a sus historias de vida, a la calidez de su trabajo, al trato con los clientes y a cada una de las tareas que desempeñan día a día dentro de “Italia”, un mítico taller de calzados que se sitúa en la vecina localidad de San Justo, ciudad donde creció Fabrina Romagnoni, una joven estudiante universitaria, integrante de uno de los grupos que fue seleccionado para exponer su proyecto audiovisual el próximo mes de septiembre en la Bienal UNL. 

“Con Rocío decimos trabajar sobre el tema de los oficios. Acá, en San Justo, hay unos zapateros remendones que hace muchos años tienen su taller de calzados que se llama “Italia”, por eso el nombre de nuestro corto”,  relata Fabrina, encargada del guion, la producción y la edición del cortometraje y que cuenta que, con este proyecto, buscaban plasmar  “no sólo su trabajo, sino el día a día de ellos, su historia, cómo empezaron, su relación con los clientes… Básicamente es eso, queríamos darle protagonismo a ellos porque son personajes muy particulares en nuestra ciudad”.

Una cámara fija bastó para capturar esas escenas que denotan la esencia de Toto, Carmelo y Salvador Lopresti, tres hermanos -inmigrantes italianos- que hace 60 años defienden este oficio de los intempestivos cambios ocasionados por el avance de la modernidad, pero que desde su taller apenas son perceptibles.

“Filmamos el trabajo de ellos, así,  naturalmente. Capturamos planos poniendo la cámara fija para tomar imágenes de ellos en su cotidianeidad, recibiendo clientes o recibiendo amigos. Ellos trabajan de manera muy natural, así que tratábamos de no forzar la situación, tratábamos de no interceder, que sea algo natural”.

Bajo la dirección de Rocío Truchet, que además estuvo a cargo del guion y la fotografía, “Italia” fue íntegramente realizado en San Justo. Por su parte, Fabrina detalla sobre cuestiones que hicieron a la preproducción del material: “nos llevó un tiempo pensar y armar las escenas, cómo lo íbamos a filmar y en qué nos íbamos a basar. Nos tomamos algunos días para la preproducción, para componer las escenas, tomamos imágenes de la zapatería y de exteriores, también. Luego, fuimos a hacer las entrevistas, para que estos tres hermanos nos cuenten detalles sobre su trabajo”

La idea

“Nosotras, el año pasado, estábamos cursando el Taller II de Medios Audiovisuales, de la Licenciatura de Periodismo y Comunicación y teníamos que hacer un cortometraje como trabajo final, Rocío tenía este tema pensado y me invitó a participar a mí”, cuenta la realizadora y agrega: “nos dividimos las tareas, lo fuimos pensando de a poco, nos tomamos el tiempo para elaborarlo porque quisimos que el resultado sea bueno. En ese momento, no teníamos los recursos técnicos, sólo teníamos la cámara, no teníamos micrófono, por ejemplo. Hubo mucho esfuerzo. También me encargué de aprender a editar. Hicimos todo nosotras”.

El film, que puede ser clasificado en el género documental o historia de vida, se proyectará en la próxima edición de la Bienal de Arte Joven, junto con otros trabajos seleccionados.

“Haber sido elegidas para participar en la Bienal es un premio al esfuerzo, estamos muy contentas porque le pusimos muchas ganas al proyecto. Nuestro profesor también valoró mucho nuestro trabajo, le gustó nuestro corto y nos alentó a presentarlo en festivales. Así que se nos ocurrió mandarlo a la Bienal y haber sido seleccionadas es una alegría”, concluye.