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“Edificio Profesor Jorge Alberto Sábato. La ciencia y la tecnología son promotores catalíticos del cambio social”. Con esas palabras, se cerró anoche el acto de inauguración del flamante edificio de la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), y al mismo tiempo se abrió un nuevo capítulo en la relación que desde hace años la institución comenzó a desandar con empresas y organismos del sector científico y de la producción.
“Desde hace ya casi dos décadas nuestra universidad lleva adelante esta política de acercamiento al entorno socio productivo y estatal, primero bajo distintas formas de sensibilización; luego desarrollando y consolidando líneas y programas de acción adecuados a las condiciones del contexto y creando entornos propicios para la innovación científica y el desarrollo sustentable de la región”, dijo el rector de la casa de estudios, Albor Cantard, en un fragmento de un discurso que no sólo rescató la historia sino que también hizo especial hincapié en recordar la figura de Jorge Sábato, cuyo nombre fue impuesto al edificio.
“Pensar en Jorge Sábato es hacer referencia a la inauguración de un nuevo modo de reciprocidad entre el pensamiento y la acción, en el marco del cual concibió la ciencia y la tecnología en una relación dialéctica. La actividad intelectual de Sábato trascendió el ámbito nacional y orientó desde fines de la década del sesenta a los investigadores, tecnólogos y cientistas sociales latinoamericanos sobre la problemática del desarrollo científico y tecnológico, siendo uno de los forjadores del pensamiento latinoamericano en la problemática ciencia-tecnología-desarrollo-dependencia”, agregó el rector.
Fue justamente después de sus palabras que las autoridades presentes –Cantard; el intendente de la ciudad, Mario Barletta; el secretario de Vinculación Tecnológica, Eduardo Matozo; y el director de Obras y Servicios Centralizados, Marcelo Saba- develaron la placa que da nombre al edificio.
La obra, que demandó una inversión de 1,4 millones de pesos, está ubicada en Pasaje Martínez 2626, sede que otrora perteneció al edificio del Centro para la Transferencia de Resultados de la Investigación (CETRI).

Quién fue Sábato
El investigador Jorge Sábato falleció en 1983. Precursor del gerenciamiento de innovación y desarrollo en nuestro país, realizó aportes reconocidos en todo el mundo en relación con el modo de entender a la tecnología ligada al ámbito socio-productivo. Este metalúrgico y profesor de Física se animó a pensar la ciencia y la tecnología desde una mirada integradora, como “promotores catalíticos del cambio social”, según escribió en uno de sus textos.
En 1968 fue autor, junto a Natalio Botana, de uno de los modelos conceptuales más difundidos para la planificación científica y tecnológica en América Latina: el triángulo de Sábato. En dicho modelo, analizó haciendo la analogía con los vértices del triángulo, las interrelaciones entre el gobierno, la estructura productiva y la infraestructura científico-tecnológica, donde cada uno de ellos tiene como objetivo asumir el rol de centros capaces de generar, incorporar y transformar demandas en un producto final: la innovación científico tecnológica. El modelo del triángulo rápidamente se difundió en toda América Latina, funcionando como un detonador de la producción intelectual de ese pensamiento latinoamericano en ciencia y tecnología que se estaba gestando de forma paulatina.
En el acto, estuvieron presentes Lydia de Sábato, viuda de Jorge, y Alicia, una de las hijas del memorable investigador, quienes recibieron de manos de Cantard una copia de la resolución en la que el Honorable Consejo Superior de la casa de estudios decide el nombre del edificio. Asimismo, acompañaron la celebración autoridades de esta casa de estudios y de otras Universidades Nacionales, funcionarios municipales y provinciales, empresarios y referentes en materia de vinculación y transferencia de tecnología de entidades e institutos de reconocida trayectoria.