Vinculación
UNL y La Lehmann impulsan un futuro sostenible
Jueves 27 de febrero de 2025 / Actualizado hace 1 día, 6 horas
Una iniciativa colaborativa entre la Universidad y la Cooperativa busca la implementación de proyectos sustentables sin descuidar el impacto económico y social, con el establecimiento de reservas forestales asociadas a espacios productivos agropecuarios.
En el corazón de la provincia de Santa Fe, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Cooperativa Guillermo Lehmann han unido sus capacidades para trabajar en un proyecto que no solo busca mejorar la productividad agropecuaria, sino también contribuir significativamente al cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Esta colaboración es un ejemplo de cómo la ciencia y la comunidad pueden aliarse para construir un futuro sostenible.
Jonicélia Araujo, docente, investigadora y extensionista de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, es quien lidera el equipo de trabajo de 12 docentes, graduados y estudiantes, encargado de llevar adelante este servicio altamente especializado, basado en la evaluación de proyectos de alto impacto, tanto de índole productivo como sostenible para la región, proveyendo a los productores y empresas, nuevas formas de seguir produciendo, tanto en ganadería como granos, de una manera más sustentable, amigable con el medio ambiente y rentable para el productor.
Forestación: una solución clave contra el cambio climático
La forestación integrada se presenta como una de las herramientas más efectivas para capturar carbono y mitigar los efectos del cambio climático: “cuando hablamos de cambio climático y de los impactos que puedan favorecer las mejores condiciones para ser más resilientes globalmente, sabemos que un factor de alto impacto son las nuevas forestaciones”, explicó la investigadora. En este marco, el equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL está llevando adelante evaluaciones de especies forestales, con el objetivo de identificar aquellas que mejor se adapten a las condiciones locales y que poseen un alto potencial de secuestro de carbono. En palabras de Araujo “el objetivo es descarbonizar nuestro sistema productivo y, en pro de eso, venimos trabajando con soluciones para los productores y para las empresas que quieren disminuir su huella de carbono o tener un buen balance de carbono”. Una de las principales soluciones a esto, implica integrar la forestación con especies implantadas y a su vez promover la conservación de los bosques nativos. En el caso del trabajo con la Cooperativa Guillermo Lehmann incluye ensayos experimentales en dos de sus predios donde se estudian diversas combinaciones de manejo silvícola, incluyendo el uso de subsoladores y fertilizantes, para maximizar la supervivencia y el rendimiento de las plantaciones. Los resultados preliminares muestran un impacto positivo de estas prácticas en la captura de carbono y la productividad. “Tenemos diversos materiales genéticos de alta capacidad de captura y secuestro de carbono, muy productivos y que se establecen muy bien en suelos con diferentes limitantes agrícolas y ganaderos, por ejemplo, inundables, con baja fertilidad, con alta compactación y también sódicos y salinos. En áreas que eran improductivas, nosotros podemos tener producciones de diferentes materiales, maderables y no maderables, para distintas cadenas de producción forestal, con la posibilidad de diversificar la producción, además de colaborar con el medio ambiente”, explicó Araújo
Comprometida con el triple impacto
Con casi 75 años de historia, la Cooperativa Guillermo Lehmann se ha destacado por su compromiso con el desarrollo sostenible y el triple impacto: económico, social y ambiental. Esta empresa, con sede en Pilar, provincia de Santa Fe, y con 9 sucursales más, apoya a sus más de 2.500 socios, radicados en 13 provincias de la República Argentina, trabajando activamente para fomentar prácticas responsables y sostenibles en la región.
Gonzalo Turri, Director Ejecutivo de La Lehmann, explica que ser empresa cooperativa los lleva a asumir el compromiso de ser eficientes, pero a su vez de decidir qué destino le dan a los beneficios o utilidades, y ahí es donde los conecta con la oportunidad de nuevas inversiones que generen empleo de calidad y con mejores prestaciones para los socios que son los que le dieron forma a esas utilidades.
Uno de sus proyectos más destacados es el establecimiento de reservas forestales, que tienen un importante componente educativo y de sensibilización. Esta iniciativa no solo mejora la calidad ambiental sino que también fortalece el tejido social y económico de la comunidad, promoviendo un modelo de desarrollo sostenible que podría replicarse en otras regiones del país. “La primera reserva forestal se estableció en San Agustín, hace algo más de 4 años, en un predio de cinco hectáreas y media, donde estamos probando cinco especies distintas de eucaliptus, para evaluar la capacidad de adaptabilidad a las características del suelo y al mismo tiempo, la eficiencia respecto a el secuestro de carbono. Con la segunda reserva forestal, más reciente, ubicada en la localidad de Pilar, quisimos conmemorar los 25 años del grupo juvenil de la Cooperativa, que busca incentivar a productores de municipios a que implanten más árboles en todo el espacio disponible. Estamos muy contentos con esa iniciativa, por cuanto en estos primeros 16 años, 70.000 nuevos ejemplares están en los territorios en los que los productores desarrollan sus actividades. Esto nos ha ayudado a entender mejor la importancia de las reservas forestales, hemos realizado actividades de docencia y de capacitación y fundamentalmente, desde ese lugar, la cooperativa asume el rol de promotor en este sentido”, explicó el director de la empresa.
La Cooperativa viene trabajando en la obtención de la licencia social, un permiso no escrito que las comunidades otorgan a las empresas y cooperativas para desarrollar su actividad: “en La Lehmann entendemos que es importante cuidar el triple impacto y ahí es donde nosotros estamos buscando licencia social”, destacó Turri en ese sentido. “Nos vinculamos con distintas casas de estudio, para que, a través de los proyectos de reserva forestal, seamos un vehículo para hablar de modo más armónico con las comunidades”, agregó.
Vinculación Tecnológica, transformando el conocimiento en acción
La Universidad Nacional del Litoral tiene una larga trayectoria en proyectos cocreados y sostenidos con empresas. En el caso de la vinculación tecnológica con esta empresa, la historia tiene varios capítulos, tal como cuenta el Director Ejecutivo: “hace muchos años que estamos vinculados a la UNL y hoy entre el staff de funcionarios de la cooperativa tenemos más de 40 egresados de sus aulas, en distintas profesiones y, fundamentalmente, tenemos un vínculo muy cercano con las Facultades de Ciencias Agrarias y de Ciencias Veterinarias. Somos Padrinos desde hace más de 20 años y hemos articulado distintas actividades: programas para jóvenes profesionales, pasantías, convenios a lo largo del tiempo, desarrollo de productos, proyectos de investigación”. Este enfoque busca que el conocimiento generado en la Universidad se transforme en soluciones concretas para los desafíos del territorio. Desde capacitaciones y asesoramientos hasta la implementación de proyectos de impacto social y ambiental.
Para Turri trabajar con la Universidad implica un valor agregado ya que, según su experiencia, todo desarrollo que genere interacción público - privada tiene la oportunidad de potenciar los resultados, al mismo tiempo que permite conectar el conocimiento que hay dentro de una casa de estudios con el territorio, “La Lehmann, en este caso, es el vehículo que transforma el conocimiento académico en conocimiento aplicado y tiene la oportunidad de plantear preguntas y encontrar respuestas. Todo lo que pueda hacer la Universidad y la Facultad, a través de los proyectos, la Cooperativa colabora en irradiar a la sociedad y nosotros, por nuestra parte, tenemos la oportunidad de encontrar jóvenes profesionales destacados de esta casa de estudio. La empresa es lugar donde canalizar y aplicar todos esos conocimientos, se trata de un enriquecimiento recíproco.
Francisco Miguel Fernández es graduado reciente de la Facultad de Ciencias Agrarias, y participó en calidad de estudiante en el equipo de universitarios que lleva adelante estos proyectos y además hoy se encuentra trabajando en la empresa. Desde su experiencia dijo que “actores públicos y privados del sector se encuentran y construyen relación para proyectos de un alto impacto, como es el caso de la reserva forestal que se realizó en Pilar recientemente, o la que se hizo en San Agustín hace 4 años; todo eso lleva a un manejo y una concientización de los alumnos, de los productores y de toda la sociedad, acerca del triple impacto. Esta vinculación me posibilitó estar en contacto con productores, con profesionales, los mismos profesores de la cátedra, donde se generan intercambios y vas aprendiendo cómo son las cuestiones de logística a la hora de realizar una plantación. Hoy en día me tocó ser partícipe y encargado técnico de la reserva forestal, una experiencia de mucho aprendizaje que celebro”, destacó.
Acerca del equipo de trabajo de la UNL involucrado en estos proyectos, Araujo explicó que “es amplio y está conformado por diversas áreas de trabajo dentro de la Universidad, como Recursos Forestales; Bioeconomía; Administración; y Economía y Estadística. Juntos, estudiamos, hacemos ensayos, evaluamos propuestas, vemos modelos de negocios más rentables para el productor. También vemos cuál es el impacto regional en sí, para esa comunidad que adopta esa nueva tecnología y para el medio ambiente”. Asimismo, han llevado adelante proyectos similares con otras empresas.
La política de transferencia y vinculación tecnológica de la UNL implica el sentido académico de forjar las competencias en los estudiantes, “queremos que nuestros egresados tengan en mente la productividad, pero también el compromiso social y con el medio ambiente, que ellos sean egresados y embajadores de esas propuestas, que vean la transferencia como una herramienta a través de la cual, el conocimiento transforma las realidades y mejora nuestro medio ambiente y la sociedad. Por ello, apostamos a la formación desde la vinculación y la extensión”, afirmó la investigadora.
La asociación entre la UNL y la Cooperativa Guillermo Lehmann es, sin duda, un claro ejemplo de cómo la unión entre la academia y la sociedad puede generar impactos positivos en el medio ambiente y en la vida de las personas. A medida que este proyecto avanza, no solo se espera contribuir al conocimiento científico y a la mitigación del cambio climático, sino también inspirar a otras comunidades a seguir el mismo camino hacia la sostenibilidad.
Para trabajar en proyectos colaborativos de innovación junto a la UNL las empresas pueden comunicarse a vinculacion@unl.edu.ar