Graduados
Una promesa de infancia que se convirtió en vocación científica
Miércoles 23 de abril de 2025 / Actualizado hace 1 día
Ivana Reidel, transformó una promesa personal en una carrera dedicada al estudio de virus oncogénicos. Hoy, trabaja en una de las instituciones de investigación y tratamiento del cáncer más grandes y avanzadas de los Estados Unidos.
En el marco del Día de la Graduada y del Graduado de la Universidad Nacional del Litoral, la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL) recibió la visita de Ivana Reidel, egresada de la carrera de la Licenciatura en Biotecnología, quien compartió con la comunidad educativa su inspiradora trayectoria académica y profesional, marcada por un compromiso tempranamente asumido: contribuir a la cura del cáncer.
La motivación de Reidel por investigar esta enfermedad surgió a partir de una experiencia profundamente personal. “Tenía ocho o diez años y estaba haciendo el catecismo. Mi abuelo fue diagnosticado con cáncer con un pronóstico muy poco alentador. En una clase, la catequista dijo que a Dios hay que pedirle ofreciendo nuestros dones a cambio. Entonces fui sola a la iglesia y le prometí: ‘Si salvás a mi abuelo, me voy a dedicar a curar gente con cáncer’. Con un poco de ciencia y un poco de milagro, mi abuelo se salvó. Vivió muchos años más, llegó a verme recibida y casada”, relató emocionada.
Desde ese momento, su vocación se fue construyendo paso a paso, con momentos de incertidumbre, pero también con convicciones claras. “Yo sabía que mi vocación no era la medicina, que iba por el lado de la investigación, pero no conocía a nadie que se dedique a eso y no estaba segura de cómo alcanzarlo. Cuando fui a una edición de la Expocarreras de la UNL vi el stand de Biotecnología, no sabía bien de qué se trataba, pero el nombre me decía que era por ahí y me inscribí. Durante los primeros años, con materias básicas como Matemática y Química, sentía que me alejaba de mi objetivo. Llegué a abandonar la carrera por un tiempo. Me llevó diez años recibirme”, recordó. El punto de inflexión llegó al cursar Inmunología: “Ahí me enamoré de la Biotecnología”.
Gracias al acompañamiento de docentes y oportunidades de formación en investigación, realizó su tesina sobre adyuvantes liposomales para vacunas. Más adelante, con una beca PICT, comenzó su doctorado en Ciencias Biológicas, que concluyó en cotutela entre la UNL y la Universidad de Poitiers (Francia).
A lo largo de su formación, Reidel transitó un camino desafiante: “Postulé a un doctorado en Francia pero no fui seleccionada. Tenía un promedio bajo y pocos antecedentes. Fue Carolina Veaute, mi directora, quien me ofreció sumarme a un proyecto con financiamiento con el cual hice mi doctorado. Y como la vida obra de maneras misteriosas, tuve la posibilidad de hacer estancias de investigación en Francia a través de un proyecto ECOS-Sud, incluso me gradué también por la Universidad de Poitiers”.
Virus oncogénicos: enemigos silenciosos
Reidel terminó su doctorado durante la pandemia y convencida de que durante el post-doctorado debía hacer la transición del desarrollo de adyuvantes vacunales al desarrollo de tratamientos para el cáncer realizó un curso sobre terapias oncológicas y descubrió el vínculo entre ciertos virus y el desarrollo de tumores. Así conoció el trabajo de Javier Gordon Ogembo, quien investiga los virus Epstein-Barr (EBV) y herpesvirus asociado al sarcoma de Kaposi (KSHV). “Le escribí un domingo, le conté que era argentina y le pregunté si podía postularme a una posición post-doctoral que estaba abierta en su laboratorio. Me respondió que sí. A los tres días me entrevistaron. Me había leído todos sus trabajos en el tema y durante la entrevista cuando me preguntó si tenía una pregunta para él, no se me ocurrió mejor idea que cuestionarle su trabajo y preguntarle por qué habían dejado de estudiar la respuesta celular en sus vacunas. Se rió y me respondió que por cuestiones de financiamiento. Creo que ahí entendió cómo pensaba yo como inmunóloga. Me ofreció incorporarme de inmediato”, recordó.
Hoy Reidel es investigadora estable del laboratorio, donde se diseñan estrategias diagnósticas, terapéuticas y profilácticas contra los virus mencionados. “El 90 % de la población mundial está infectada con EBV, que puede permanecer latente toda la vida. En pacientes inmunocomprometidos, como quienes reciben trasplantes o viven con VIH, puede desencadenar linfomas y carcinomas. Uno de nuestros objetivos principales es desarrollar una vacuna profiláctica para prevenir la infección antes de que ocurra”, explicó.
Además de participar en múltiples líneas de investigación, Reidel coordina equipos, planifica estrategias y forma a nuevas generaciones de científicos y científicas. “Al principio llegué con miedo, pensando que no estaba a la altura. Pero me di cuenta de que la formación en Argentina me dio una comprensión profunda de las bases de cada técnica, lo que es fundamental para resolver problemas en el laboratorio. Esa capacidad para pensar cómo y por qué hacemos las cosas es una gran fortaleza que valoro y transmito”.
Una voz inspiradora para futuras científicas y científicos
Con un mensaje motivador para estudiantes y jóvenes investigadores, concluyó: “La investigación científica es un camino con altibajos, pero vale la pena. La clave es tener claro tu objetivo y después no quedarte quieto hasta conseguirlo. Las cosas seguro no salgan ciento por ciento como las planeaste, pero no hay que parar de preguntarse qué más se puede hacer para alcanzar esa meta, siempre hay opciones que te acercan. Y no hay que tener miedo a soñar en grande porque el conocimiento que construimos acá, en la Universidad Pública, está al mismo nivel que los países más avanzados del mundo”.