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El próximo viernes a partir de las 21.30, se presentará la obra “Una noche de mil”, con dramaturgia de Fernanda Yábale y Fabián Rodríguez. La cita será en la Sala Maggi del Foro Cultural UNL, 9 de julio 2150.

Con dirección de Rodríguez, este unipersonal de Yábale es un espectáculo teatral que articula distintos géneros: la narración, la danza, la actuación. En él, Moriana, su protagonista cuenta su historia: es una mujer que viene del ignoto desierto, que posee un secreto que la propia representación la empuja a revelar.

“Una noche de mil” es un intertexto y una continuidad. Como tantas otras obras de la cultura está atravesada por “Las mil y una noches”: ese libro que, como explica Borges,  surge de un modo misterioso, como la obra de miles de autores que jamás pensaron que estaban edificando un libro ilustre, quizás el más ilustre de la literatura de Occidente.

El costo de las entradas es de $35 generales y $30 con descuento.

Sumisión que se revierte

En “Una noche de mil” la sumisión se revierte en estrategia de seducción.  Por eso la escena transcurre a partir de los elementos que los amos, sin saber, han puesto al alcance de las sumisas: la palabra hecha susurro en la voz; la insinuación de los gestos – más potente que la palabra; la sensualidad de la danza.

Moriana, como la Shahrazada de las mil noches “es eterna, viene de lo profundo de los tiempos y se encamina hacia el cielo sin fondo”. Está situada en territorio mágico de fusiones: entre oriente y occidente, entre vigilia y sueño, entre narración y poesía.  Pero, a diferencia de Shahrazada, Moriana asume su voz en primera persona. Sin mediación narrativa. Es ella la que habla desde el resquicio que le permite la sujeción de una cultura, desde las concavidades femeninas, abarcando en su voz y sus gestos, la potencia contenida del mundo de las mujeres.

Moriana, es poseedora de la piedra de un secreto para revelar: está en el centro, de sí misma, de la narración y de la escena, un enigma en espiral que se desenrolla en sucesión de relatos y de des-velos. Y mientras esto sucede, como el propio Sultán Schariar o como Odiseo cautivo por la voz de Calypso, los espectadores quedan retenidos por ese hilo de voz de Moriana. Y es en el cuento que cuenta (y que se cuenta), en la fascinación que provoca (y se provoca) donde la criada, la servidora, reconoce su poder y revierte el juego de las sumisiones.

Con su voz, borda el tapiz de su vida, de su suerte de las historias que la atraviesan  y lo da vueltas para mostrar los nudos que atan la trama: los aros de piedra, la piedra de Alí, la piedra del secreto, los aprendizajes, el amor, la piedra del secreto, el café, los alimentos sin sal, la piedra del secreto…

Ficha técnica

Con dramaturgia de Fernanda Yábale y Fabián Rodríguez, también director, además de la actuación de Yábale, la ficha técnica se completa con la música original de Fabián Pínnola. En tanto, la exploradora y narradora de visibilidades es Nidia Maidana, el asesoramiento en movimiento escénico es de Fabiana Sinchi, y Sergio Robinet es el encargado de la planta de luces.

La fotografía y video es de María Sol Rodríguez, la grabación, mezcla y masterizado del sonido lo realizó Marcelo González, las voces en la música son de Cecilia Arellano y Magdalena Chávez. La coreografía en danza del sable es de Clara Portilla, la confección de vestuario es de Fernanda Parga y Karina Budassi y la colaboración en plástica es de Rocío Rodríguez.