LITERATURA
Sobre la utopía del libro nunca escrito
Viernes 20 de junio de 2014 / Actualizado el viernes 20 de junio de 2014
María Moreno, Iosi Havillo y Hernán Ronsino disertaron sobre esta temática. Tres miradas distintas y complementarias para abrir el juego..
“El libro nunca escrito” desde su enunciación es una propuesta sugestiva. Pensar en todos los textos potenciales que por diversas razones nunca se han publicado, o más aún, escrito. La idea de la obra, a veces, es más interesante que su ejecución. La literatura a veces no cumple o invierte los planes.
Tres escritores han expuesto su visión en la mesa que los convoca en el 10mo Argentino de Literatura. De este modo, María Moreno, Iosi Havillo y Hernán Ronsino, muestran sus experiencias y los distintos abordajes de la premisa de esta mesa.
“El libro nunca escrito es un título utópico. ¿Existe el libro meramente ‘craneado’ sin haber perdido su saliva en un garabato apresurado sobre la clásica servilleta del escritor que se imagina incontinente?, ¿una notita pretensiosa de ser rescatada por el biógrafo detective?, ¿siquiera una ficha comenzada con letra timorata? ¿Acaso sus obstáculos insaltables, sus ambiciones derrotadas, sus versiones disgustantes no terminan por caer en una forma de escritura? Que en esta mesa tire la primera piedra quien ha imaginado largamente sin anotar”, fue el comienzo de la disertación de María Moreno.
Luego, la escritora y periodista se refirió al “subgénero más respetable del libro nunca escrito”, aquel al que se renuncia debido a la “premura de la política, los días contados por la aprieto de la muerte” y citó el ejemplo de Rodolfo Walsh.
A continuación, nombró todos los libros que no ha escrito y remató “si es verdad que las obras son como hijos, y yo hubiera sido una escritora del siglo XIX, es como si hubiera dejado a la mayoría de mis hijos en el torno de algún convento. En realidad no es que no los escriba, voy lento o trabajo a tristeza”.
Por último se refirió a las presiones de los editores y al reciclaje de las notas periodísticas que nombró como “técnica de cartonera”. “En mi caso, el libro suele estar escrito antes y desperdigado por otras partes”.
El otro libro
En tanto, Iosi Havillo redobló la apuesta y a la enunciación de que “el libro nunca escrito es una utopía”, sumó su afirmación de que “el libro nunca se escribe enteramente, sino que siempre hay algo en potencia” y agregó “le escapo al libro que pretende ser enteramente escrito, porque en general son libros aburridos, autosuficientes, que aleccionan sobre un mundo”.
Seguido se refirió a un libro nunca escrito que está esbozado en su primera novela “Opendoor”. “En cualquier libro viven muchos libros no escritos, y por descubrirlos está la acción, algunos son explícitos y otros tácitos”, destacó. En un recorrido por diferentes textos, construyó un nuevo universo a describir, un nuevo libro por escribir. “Comencé a desovillar el imaginario que empieza a prometer un libro futuro”.
Escritura imposible
A partir de un texto leído, el escritor Hernán Ronsino presentó dos variantes en relación a la temática de la mesa: la escritura imposible, ese texto que cuesta escribir, y la escritura interrumpida, por la muerte del autor. Ambas articuladas por la poesía y la relación del escritor con la escritura de un poema.
En relación a la escritura imposible, el autor narró una historia autorreferencial en relación a la imposibilidad de escribir un poema. En el caso de la escritura interrumpida, evocó como ejemplo a Leopoldo Lugones y su suicidio que dejan inconclusa la palabra la frase, y a Juan José Saer en el caso de “La Grande”, y el capítulo no escrito.