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Expertos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y México, entre otros países, se reunieron durante esta semana en Santa Fe en el décimo encuentro del Observatorio del Crimen Organizado en América Latina y el Caribe. Dicho espacio fue creado en 2008 por la Fundación Friedrich Ebert (FES) con el propósito de analizar la dinámica del crimen organizado en la región y plantear propuestas tendientes a combatirlo.
Este jueves, la Sala del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la UNL fue sede de la jornada “Crimen organizado como cuestión de Estado”, que contó con la presencia de funcionarios provinciales, y municipales, y destacados expositores. Entre otros estuvieron el decano electo de la FCJS, Javier Aga; el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana del Municipio, Sebastián Montenotte; la directora de Proyectos de la FES en Argentina, María Rigat-Pflaum; la directora del Programa de Cooperación en Seguridad Regional de la FES en Colombia, Catalina Niño; el secretario de Seguridad, Matías Drivet; la secretaria de Prevención e Investigación de Delitos Complejos Ana Viglione; y la diputada provincial, Griselda Tessio.

Soluciones a partir del conocimiento
La apertura de la actividad estuvo a cargo de Javier Aga, quien felicitó a las instituciones organizadoras y les agradeció “haber elegido el ámbito propicio para el debate y la reflexión, que es la Universidad pública, y en particular este Consejo Directivo que para los que transitamos a diario esta Facultad tiene la impronta especial de ser el órgano de gobierno”. Además, el decano electo de la FCJS, manifestó su sensibilidad frente a la temática de la jornada y ratificó el apoyo institucional “en lo que sea necesario y posible para que estos encuentros, y las soluciones posibles a este flagelo, estén a disposición de los expertos”.

Problemática transnacional
El primer panel, denominado “La situación actual del crimen organizado y del narcotráfico en la región” estuvo a cargo de Jorge Chabat, de México; y José Carlos Campero, de Bolivia; y fue moderado por la directora del Programa de Cooperación en Seguridad Regional de la FES en Colombia.
El especialista mexicano se refirió a las conexiones entre el sistema político y el tráfico de drogas ilegales en su país desde comienzos del siglo XX, y la consolidación de esos vínculos especialmente a partir de la década de 1980. En esa línea conceptualizó la evolución del crimen organizado en tres etapas (predatoria, parasitaria, simbiótica), considerando su relación y grado de complicidad con el poder estatal. En la década de 1990, Chabat situó el surgimiento de los carteles de Sinaloa, Tijuana, Juarez y del Golfo; y la irrupción en esa escena del grupo de sicarios “Los Zetas” a finales de ese período, abriendo una espiral de violencia que llevó a un incremento de los homicidios dolosos. A la hora de plantear soluciones de fondo a esa problemática, Chabat llamó la atención sobre la “debilidad histórica del Estado de México”, y consideró al fortalecimiento de la institucionalidad democrática como el punto de partida para combatir la capacidad de corromper que ostentan las organizaciones criminales.
Por su parte, José Carlos Campero ofreció una descripción de la lógica de funcionamiento del crimen organizado que caracterizó como un poder que opera de manera transnacional, acoplándose en cada territorio a organizaciones de menor tamaño. En su exposición se refirió a la amplitud de recursos con que cuentan esas organizaciones (dinero, conocimiento empresarial e información), a una estructuración híbrida para tomar decisiones, a la dinámica de distribución que desconoce las fronteras; y en particular a lo que definió como un “desequilibrio estructural entre la forma de operar de las organizaciones y las fuerzas de seguridad de los Estados”.
La segunda charla y posterior debate, refirieron a “La acción del Estado para enfrentar el crimen organizado en América Latina: control de armas y combate al narcotráfico”, en la que expusieron Getulio Becerra y Antonio Rangel.