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Encabezado por el director del Programa de Enseñanza Preuniversitaria de la UNL, Héctor Odetti, y la directora de la Escuela Secundaria de la UNL, Nora Ojea, el acto de colación de la segunda promoción de la Escuela Secundaria de la UNL contó con la participación de los 60 egresados y egresadas y sus familiares, que se congregaron en el Paraninfo para celebrar el fin del periodo escolar.

Minutos antes de iniciar la ceremonia de cambio de banderas y entrega de diplomas, la directora de la Escuela Secundaria de la UNL, Nora Ojea, destacó: “Estamos emocionados porque se generan muchos vínculos con la familia y los alumnos, y contentos por sus logros. La escuela implica un desafío nuevo cada día porque el mundo cambia y la institución se tiene que ir adaptando. Hacemos hincapié en formar ciudadanos libres, pensantes, críticos y con futuro, con la mente en el nivel superior o en el mundo del trabajo. Buscamos que a través de su paso por la escuela puedan aprender distintas habilidades que les permitan ver el mundo con diferentes lenguajes”.

Por su parte, el director del Programa de Enseñanza Preuniversitaria de la UNL, Héctor Odetti, señaló que “esta promoción 2019, que se celebra en coincidencia con el año del centenario, nos llena de orgullo porque es la culminación de un ciclo de los nuevos egresados. En este acto, que es un hecho simbólico, nosotros como adultos también damos el legado reformista que tratamos de transmitir durante el trayecto de formación, referido a la igualdad de derechos, libertad y ética”.

“Construir ideas y saber sostenerlas”

Durante la ceremonia, la docente de la ESUNL Mariana Lapissonde dirigió unas palabras a los egresados y egresadas, donde afirmó: “Estamos seguros que son personas sumamente valiosas, que han construido sus propias trayectorias integrando aprendizajes diversos, con una capacidad de pensar la realidad y de actuar sobre ella que no ha dejado de sorprendernos a través de los años. Su sensibilidad, su creatividad y su autonomía hizo que sus presencias en la escuela no pasen desapercibidas”. 

“El camino que se avecina los y las transformará ampliamente, y alimentará sus identidades con nuevos deseos y nuevas formas de hacer. Ese recorrido no es solo por y para ustedes: como parte de la universidad pública deberán saber que ésta es de todos y cada uno de los habitantes de nuestro país. Ser parte es reconocer que también podemos ser capaces de transformar las desigualdades subsistentes. Por todo esto, sean justos y justas con lo que puedan realizar y no pierdan de vista el deseo, aquello que los mueve a hacer lo que hacen. Sin ese fuego es muy difícil caminar”, determinó.

En representación de los 60 egresados y egresadas, Julieta Suárez y Federico Kesseler subieron al escenario para dirigirse a los presentes. “Supimos en este tiempo unirnos y ayudarnos entre nosotros en situaciones más importantes que pasarnos los apuntes. Pasar por la Escuela Secundaria UNL fue un desafío, nos llenó de cambios, a veces con la sensación de que nunca terminábamos, pero acá estamos. Nos vamos de esta escuela siendo personas distintas a las que éramos hace cinco años, somos el resultado de haber escrito informes hasta las 4 de la mañana, de haber realizado trabajos en grupo que nos llevaron a nuevas amistades y de haber pensado la realidad en cada taller".

"Sin embargo no recorrimos este caminos solos. Nos acompañaron los profesores y preceptores que supieron ayudarnos a ser sujetos críticos, pensantes, a construir nuestras propias ideas y saber sostenerlas, que no solo nos enseñaron a armar un informe perfecto sino que nos permitieron armar vínculos más allá de la enseñanza. Gracias a su ayuda y su confianza hoy nos despedimos como mejor lo sabemos hacer”, dijeron.