A 10 años
Qué dejó el “No” al ALCA
Jueves 5 de noviembre de 2015 / Actualizado el domingo 8 de noviembre de 2015
En noviembre de 2005 los líderes que se opusieron a la IV Cumbre de las Américas, le dijeron “No” al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un docente de la FCE reflexiona sobre las consecuencias en la política de comercio exterior de Argentina.
"Vamos a decirlo: ALCA, ALCA, al carajo! ¿Quién enterró al ALCA? Los pueblos de América enterramos al ALCA, hoy, aquí en Mar del Plata". Las palabras pronunciadas por el venezolano Hugo Chávez en noviembre de 2005 pondrían en crisis la posibilidad de integración de América del Sur al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), como se denominaba a la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a la cabeza.
La contra cumbre tenía como referentes políticos al primer mandatario de Venezuela, y a sus pares de Argentina y Brasil: Néstor Kirchner e Ignacio Lula Da Silva. Miles de militantes de izquierda y del movimiento antiglobalización siguieron las alternativas de aquella cumbre paralela en tierra marplantense, hasta donde habían llegado otros referentes populares como Diego Maradona y el entonces líder cocalero boliviano, Evo Morales. La frase del venezolano entraría a la historia como un símbolo de aquella proclama contra la avanzada que pretendía el bloque compuesto por Estados Unidos, México y Canadá, que buscaba integrar al resto de los estados del continente americano, excluyendo a la Cuba de Fidel Castro. Diez años después, las opiniones sobre aquel “No” al ALCA siguen estando divididas.
En diálogo con el Programa Radio Portable, que se emite diariamente por LT10 Radio Universidad, el docente de Economía Internacional de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNL, Santiago Gastaldi, ofreció su visión sobre esta decisión que una década después “muestra la característica central de este modelo de desarrollo que se había planteado el país en aquel momento. Un modelo bastante cerrado desde el punto de vista internacional”, expresó; para agregar que “si evaluamos la performance del Mercosur en esta última década vemos que fue bastante negativa, es decir, que se cumplieron muy pocas de las expectativas que se tenían de crecimiento en el comercio internacional en el ámbito de países asociados. Creo que esto ha sido un aspecto negativo de este proceso”.
En contexto
Recordando el marco nacional en que tuvo lugar aquel posicionamiento, luego de la crisis que se había gestado como consecuencia de las políticas neoliberales, Gastaldi sostuvo que aquel pronunciamiento contra el ALCA fue fundamentalmente “un posicionamiento político a nivel internacional que negaba la posibilidad de integración de las Américas y que apostó a la relación entre países con una determinada impronta desde el punto de vista de la organización de sus economías, como es el caso de Venezuela y Bolivia, y de Argentina que en ese momento no tenía un perfil tan definido pero que lo fue marcando posteriormente”.
En esa línea, Gastaldi contextualizó la contra cumbre en la crítica a las políticas que se habían derivado del Consenso de Washington, “el abrupto quiebre de la convertibilidad y la sensibilidad de los argentinos luego de ese fracaso, fueron elementos importantes que condicionaron la toma de decisiones de aquel momento. Hubo también una propia visión del relacionamiento internacional por parte del entonces presidente Néstor Kirchner. Él se sentía mucho más cómodo pensando la integración con Venezuela, Bolivia y Cuba, en el ámbito de los países del Mercosur. El error estuvo en que lo que se mostraba claramente era que este era un modelo de desarrollo productivo pensando en espacios económicos estrechos, en el que se decidió integrar a Venezuela, una medida que no tuvo efectividad finalmente”.
“Se priorizó esa escala más chica antes que la posibilidad de tener un comercio internacional hemisférico de gran escala. Viendo lo que ocurrió en los últimos años con Argentina en el ámbito del Mercosur y a nivel internacional, evidentemente este es un país al que ese proceso de integración le ha costado”, agregó.
Hoy y mañana
En relación a qué sectores se vieron afectados por esta política, el docente refirió a que el sector agrario se vio favorecido por los precios internacionales, pero en detrimento de otros que no recibieron los mismos incentivos: “el Estado miraba fuertemente las comodities agrícolas por la capacidad de recaudación tributaria que le permitía un precio internacional en alza y la maduración de procesos de desarrollo tecnológico, que en su conjunto favorecieron a ese tipo de inserciones”. Sobre estos mercados tradicionales para la economía Argentina “había un discurso, pero en realidad el gobierno los veía bien por su capacidad de obtener rentas con las retenciones”.
“Creo que hemos perdido oportunidades. Se generaron fuertes intervenciones en el ámbito del comercio internacional, se castigaron sectores productivos por un afán de llevar a las mesas argentinas productos baratos, que han puesto en situación de retraso fuerte el ámbito del comercio de carne, por ejemplo”, señaló Gastaldi en relación al modelo de inserción internacional que tuvo Argentina en los últimos años.
“El próximo gobierno va a tener que cambiar esta mirada porque los países que han progresado son aquellos en los que ha estado presente la posibilidad de amplios intercambios. Mientras Argentina no se decida por esa vía podrá crecer pero será de un modo transitorio, que termina siendo mediocre”, concluyó.