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Entre los días 2 y 14 de mayo, la UNL es sede del curso teórico-práctico denominado “Promoción y gestión de spin off universitarios”, organizado por la escuela de verano - invierno ítalo argentina, en Argentina, en el que se propone reflexionar sobre la creación de empresas de base tecnológica en el ámbito de las universidades.

El curso reunió a expertos docentes de Italia y de Argentina, con 40 alumnos de todo el país, bajo modalidad presencial y virtual. La escuela de verano invierno ítalo argentina estuvo integrada por las universidades nacionales del Litoral (UNL); y de La Plata (UNLP); de Argentina y las universidades italianas de Padua; Politécnica de Le Marche (UNIVPM) de Urbino (UNIURB); y la de Camerino (UNICAM). 

En ese marco, gestores tecnológicos, personal de las áreas de vinculación y transferencia de las universidades, investigadores, emprendedores y actores de gobiernos locales tuvieron una oportunidad enriquecedora e inédita, la de reflexionar a lo largo de quince días, acerca de las condiciones para la creación de empresas tecnológicas en el ámbito de las universidades

¿Por qué fundar un spin-off?, ¿dónde encontrar recursos financieros? ¿cómo fundar una empresa de base tecnológica?, son algunas de las preguntas primarias que han dado lugar a la reflexión durante el curso. Michele Toniato, doctor de la Universidad de Padua y docente del curso, definió un spin off como “una empresa dedicada a la explotación económica de los resultados de la investigación universitaria, a favor de la cual la universidad autoriza la participación de su propio personal permanente y no permanente, incluso en el momento de su establecimiento, y también pone a disposición determinados servicios. Un spin off es, fundamentalmente, una de las herramientas para canalizar procesos de transferencia de resultados de investigación y tecnología, que se llevan adelante entre universidades y empresas. Junto a convenios y contratos de colaboración; licencia de patentes u otros derechos de propiedad intelectual y movilidad de recursos humanos, el spin off universitaria, en tanto tipología de empresas de conocimiento, se ha convertido en los últimos años en uno de los mecanismos de transferencia de referencia. Esto llevó a las instituciones de educación superior de todo el mundo a diseñar políticas de apoyo a la creación de empresas basadas en los resultados de investigación.  Por su parte, Javier Lottersberger definió “la creación de spin off es una forma de darle valor al conocimiento que se genera en el sector científico, que pueda quedar en la región, que pueda generar puestos de trabajo calificados y un potencial económico que tenga un alcance global, pero que sean recursos afines a la región. Italia tiene un gran desarrollo regional a través de las pequeñas y medianas empresas y el apoyo a la economía del conocimiento; conocer esa experiencia es muy importante para nosotros”. Dado el creciente avance que se ha tenido en los últimos tiempos resulta necesario diseñar procesos, políticas y normativas que regulen la creación y funcionamiento del spin off, como parte fundamental de la política de transferencia de conocimientos o resultados de la investigación al medio socio-productivo. Por ello, ha surgido la necesidad de conocer los mecanismos utilizados en otras universidades extranjeras, con una vasta experiencia en la temática y son referentes, a los efectos de trazar lineamientos fundamentales para la gestión de empresas basadas en el conocimiento en nuestro país. Respecto a los principales recursos financieros para poner de pie un spin off y una start up, el profesor Toniato, detalló las siguientes alternativas: self-funding, “son los fondos personales, no hay mucho que explicar: se trata de «romper la alcancía»; bootstrapping, “el término se refiere a la capacidad de la empresa emergente para autofinanciarse sin recurrir a fuentes de financiación externas, para salir adelante por sí misma, lo que incluye la sel-funding mencionada anteriormente, pero sobre todo la capacidad de encontrar clientes que paguen inmediatamente”; las 3F (friend, family & fool) “está bastante claro quiénes son las dos primeras categorías y por qué invierten en una start up, los fool son personas que se enamoran del proyecto" y dan crédito a la start up por razones totalmente personales que van más allá de los criterios objetivos. Jeff Bezos pudo crear Amazon gracias a un préstamo inicial de su padre”, destacó. Premios, grant y subvenciones públicas, “son una categoría que puede presentar diferentes ventajas en función de la fase en la que se encuentre la empresa emergente, a menudo se trata de capital no reembolsable en su totalidad o en parte. En el caso de los premios, también permiten una cierta visibilidad y validación de la idea; en el caso de las subvenciones y grant públicas, pueden ser bastante complejas y poco adecuadas para la empresa en sus primeras etapas”; incubadoras y aceleradoras de empresas, “su contribución no suele ser en cash, sino que tiene un valor económico, ya que consiste en servicios (espacio, conexión, asistencia administrativa, etc.), mentoring, formación y una network a cambio de la cesión de acciones de la empresa; a veces, el apoyo de la incubadora también incluye una pequeña cantidad de financiación de capital”. Business angels, “personas acaudaladas que invierten su propio dinero, por un sentido de filantropía, de give back o pasión por la empresa innovadora y deciden apoyar la puesta en marcha adquiriendo acciones. El business angel también proporciona a la empresa mentoring, network y habilidades de gestión”; crowdfunding, “puede ser donation, reward y equity crowdfunding. Es una forma de financiación facilitada por plataformas tecnológicas que permiten la participación de multitudes en la búsqueda de capital. Normalmente, las startups utilizan formas de recompensa (especialmente las que producen bienes tangibles, es decir, productos consumer) y equity; y, por último, el venture capital, “los fondos de venture capital riesgo suelen ser útiles en las fases de crecimiento de una empresa. Un fondo de venture capital gestiona el dinero de otras personas, por lo que también es responsable ante sus propios inversores de cómo ha utilizado el dinero. Esto le hace ser más exigente y cuidadoso en la elección de las inversiones, ya que necesita referencias objetivas (métricas) para convencerse de que está prestando un apoyo a la empresa que le permitirá recuperar el capital invertido, posiblemente con grandes plusvalías”, subrayó. 

La UNL fue sede de un curso de promoción de spin off universitarias