Economía Política
Posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial?
Jueves 10 de octubre de 2013 / Actualizado el viernes 11 de octubre de 2013
En el Ciclo de debates “Hacia un desarrollo sustentable”, Martín Schorr y Esteban Ferreira presentaron un libro que analiza la estructura productiva de la Argentina contemporánea. “En la última década se profundizaron muchos de los legados críticos del neolibe
Se presentó en la Sala del Consejo Superior de la UNL, el miércoles a la tarde, el libro “Argentina en la posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial? Estudios de economía política”, que dio el título a la conferencia organizada en el marco del Ciclo de debates “Hacia un desarrollo sustentable”. La publicación, coordinada por Martín Schorr, contiene trabajos de Esteban Ferreira, María José Castells, Pablo Manzanelli, y Andrés Wainer; que son el fruto de un programa de investigación que se extendió durante seis años. “Muchos de los problemas que enfrenta hoy la economía Argentina, en términos de su inserción internacional y de su dinámica económica interna, encuentran en ciertas cuestiones del comportamiento industrial un factor explicativo importante”, señalaron en el inicio de la exposición. Esa premisa llevó a los investigadores a analizar el sector industrial en Argentina, tras la salida de la convertibilidad; y en particular a “discutir un planteo que escuchamos todo el tiempo, que supone que los últimos diez años se produjo una reindustrialización que generó un quiebre histórico respecto de la trayectoria económico industrial de los años de neoliberalismo de los 90, y más ampliamente del período 1976-2001”.
Partiendo del análisis de fuentes primarias y secundarias en materia de estadísticas, Schorr explicó que “llegamos a la conclusión de que hubo crecimiento en el sector industrial, pero no desarrollo. Preferimos hablar de una reindustrialización acotada en lo cualitativo, que tiene que ver con haber generado bases en el mercado local y en el escenario internacional para que la industria crezca; pero también la profundización, en algunos casos extrema, de muchos de los legados críticos del neoliberalismo. Una cosa es crecer y otra es generar un cambio en el perfil de desarrollo de la Argentina”.
Sobre la política industrial de la última década, Martín Schorr distinguió dos etapas: una inmediata a la salida de la convertibilidad que se extendió hasta 2008, “donde el eje del fomento a la industria pasó por el tipo de cambio alto, como una suerte de doble estímulo a exportar y sustituir importaciones; o sea que en esos años se aplicaron muy pocos instrumentos de política industrial”. En relación con la etapa que se abre en 2009, “cuando comenzó a verse el agotamiento del dólar alto, y comienzan problemas importantes en el sector externo de la economía, se implementaron ciertas medidas como las protecciones arancelarias, cupos de importación, trabas para que el capital extranjero remita utilidades al exterior, entre otras. Lo que se observa claramente es que el único objetivo es evitar la aparición de problemas en el sector externo de la economía. Las dos etapas tienen como denominador común que no hubo política industrial, y que es la macroeconomía la que sobredetermina la forma en que el gobierno argentino interviene de cara a la promoción del sector industrial”.
Como segundo denominador común, la investigación concluyó que “la ausencia de cambios en la estructura productiva, le puso un límite objetivo a la redistribución del ingreso”.
El legado de los 90
Entre otras características de la consolidación de un perfil productivo heredado del neoliberalismo, Schorr señaló el mantenimiento de un modelo sostenido a partir de las ventajas comparativas del procesamiento de recursos naturales, con baja incorporación de valor agregado para el que la declarada apuesta al sector automotriz y de electrónica no son suficientes, teniendo en cuenta que aunque dan cuenta de un crecimiento productivo, el mismo es a partir de “enclaves ensambladores, que generan mucho ruido en la balanza comercial”. El crecimiento industrial sin desarrollo –-que favorece a sectores poco o nada industrializados-- replantea entonces la discusión política y académica acerca de “cuáles son los verdaderos ganadores del modelo”.
Por su parte, Esteban Ferreira aportó a ese análisis una referencia a las dinámicas particulares de las cadenas de valor de las industrias automotriz, del cuero y textil; que no fueron comprendidas en su especificidad en las políticas macroeconómicas de la última década. A modo de ejemplo, en el sector textil describió el abandono por parte de las grandes marcas de la fase productiva que fue terciarizada en talleres, donde los salarios alcanzan solo el 50% de los acordados en los convenios del sector, y a lo que deben sumarse condiciones laborales precarias. “La no intervención del Estado ha generado un crecimiento con un sesgo definido por el mercado, donde los grandes actores son los que se apropian la renta, en detrimento de los pequeños productores y la informalidad de todos los actores se transforma en la alternativa para sobrevivir”, afirmó Ferreira.
La concentración de capitales, y la extranjerización de la estructura productiva también fueron mencionados por Schorr como características que persisten durante la última década: “En el año 2011, las 100 empresas más grandes de la Argentina implicaban el 45% o 50% de todo lo que producía la economía en el sector industrial; mientras que a fines de la convertibilidad, esa participación rondaba el 35%. O sea que los años 2000 han sido una década ganada sobre todo por el sector más concentrado de la industria”. Además, consignó que “el 70% de la estructura del poder económico de la Argentina está en manos del capital extranjero, cuando a fines de la convertibilidad esa participación se acercaba al 55%”.
Entre los marcos normativos que contribuyen a esos procesos, y que no han sido modificados, Schorr llamó la atención sobre la vigencia de la Ley de Inversiones Extranjeras de la última Dictadura Militar; y de 55 de los 58 Tratados Bilaterales de Inversión firmados durante la década de 1990.
Pensar el desarrollo
En el inicio de la actividad, el coordinador Institucional del Instituto de Investigación, Estado, Territorio y Economía (IIETE), Julio Tealdo, valoró los aportes de la obra señalando que “desde hace 30 años en nuestro país se discute sólo sobre crecimiento o se minimiza el debate acerca del desarrollo, cuando esa es la verdadera discusión que debería darse porque es un concepto mucho más amplio”. En esa línea, destacó que “la lectura del libro genera una carga conceptual importante, enriquecedora, y una gran conjunción de datos, analizados con rigor científico”.
Previamente, el director de Desarrollo Productivo de la UNL, Julio Talin, contextualizó la conferencia en el ciclo de Ciclo de debates “Hacia un desarrollo sustentable”, que organizan la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, las Facultades de Ciencias Económicas y de Jurídicas y Ciencias Sociales; y el IIETE. En tal sentido, Talin remarcó que el ciclo --que se inició en 2006-- “fue pensado desde la Universidad Nacional del Litoral con el objetivo de facilitar y fomentar espacios de discusión sobre temas relevantes que hacen al desarrollo de la región y del país, vinculados a la calidad de vida de su población y de las generaciones venideras”.
Sobre los expositores
Martín Schorr es Licenciado en Sociología (Universidad Nacional de Buenos Aires), Magister en Sociología Económica (Universidad Nacional de General San Martín); Doctor en Ciencias Sociales de FLACSO; investigador del CONICET, y del Área de Economía y Tecnología de FLACSO. Especialista en Desarrollo Industrial, y autor de diversos libros y artículos.
Esteban Ferreira es Licenciado en Economía de la Universidad Nacional de La Plata, Master en Economía de la Universidad de Londres; y docente en la Maestría Procesos de Integración Regional - Mercosur.