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En pocos días, más precisamente el domingo 26 de octubre, se realizará la 7º maratón consecutiva de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), esta vez en el marco del 95º Aniversario de su creación. Organizada por la Secretaría de Bienestar Universitario, a través de su Dirección de Deportes, esta carrera convoca a personas de diferentes edades y lugares, entre ellas Luis Solís colaborador de la UNL desde hace 30 años.

Solís es parte del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia (CUSEVI) perteneciente al predio UNL-ATE. Ante todo, es maratonista desde que comenzó a trabajar en la Universidad, representando a la misma en diferentes maratones y eventos deportivos. En diálogo con Luis, pudimos conocer en profundidad lo que significa para él esta maratón en particular, cómo es su vínculo con la Universidad e integrantes de la institución. 

Primeros pasos

El punto de partida de la condición de Luis como maratonista representante de la UNL en este ámbito del deporte es su “permanente predisposición de correr un poco más”. Desde que se incorporó a la Universidad, fue parte del equipo de fútbol del grupo de Rectorado, pero sus ansias de correr siempre fueron más allá. Por eso, solía entrenar con el equipo de fútbol pero siempre se quedaba entrenando tiempo extra, corriendo más, según comentó el mismo Solís.

A partir de allí, fue que nació su pasión por no dejar de correr. Comenzó a entrenar asiduamente y, en palabras de Luis, desde un principio muchas de las autoridades de la UNL vieron su empeño, su deseo de progresar en el deporte, su buena disposición y deseos de progresar. Por eso es que personas como el actual rector de la UNL, Albor Cantard, o el vigente presidente del Consejo Directivo en Obra Social de la UNL (OSUNL), Gustavo Mondejar, le brindaron apoyo desde sus comienzos.

Sostén

Solís expresó su profundo agradecimiento para con la Universidad que lo auspicia desde hace años, facilitándole la participación en diferentes competencias. Luís, destacó “por eso no me quiero olvidar de quien es hoy el rector de la UNL quien siempre me dio los medios para que yo pudiera asistir a maratones. Lo mismo ocurrió con Gustavo Mondejar, que me brindó su apoyo incondicional. Es más, gracias a ellos –y a otros tantos profesores, no recuerdo el nombre de todos porque son muchos– que gestionaron una Resolución, se formalizó mi rol de representante de la UNL en las maratones. Como siempre digo “ellos fueron mis primeros sponsors, me dieron la posibilidad de participar en estos eventos deportivos, incluso me decían ‘preparate porque de ahora en más vas a ir a competir’”.

En la misma línea, este erudito en maratones, destacó que constantemente pudo valerse del asesoramiento  de diferentes profesores que lo ayudaron a mejor día a día, le enseñaron lo necesario para progresar en este ejercicio. “En estos 30 años, los que me conocen saben que los he consultado y, ellos, me han sabido aconsejar para ir mejorando constantemente”. Además, “siempre conté con mucho apoyo, con prácticas y entrenamiento en grupo y eso es muy positivo para los que hacemos esto, porque los que corremos sabemos que no es bueno entrenar sol. Lo importante, también, más allá de entrenar es sobre todo saber que uno va a ir a competir, porque hay mucha gente entrena y, a veces, no tiene la posibilidad de presentarse en los distintos torneos, por eso agradezco tanto a la UNL por darme la oportunidad que me dan desde hace años”. 

Respecto a la maratón que se realiza el domingo 26 en el marco de los 95 años de la Universidad, destacó la novedad de la implementación de chip de control que se coloca a los participantes con el fin de monitorear el tiempo de cada uno. “Es muy importante para el corredor, que generalmente va controlando el tiempo, porque se queda tranquilo ya que sabe que no va a haber errores en las marcaciones. Igualmente, el corredor siempre va a intentar mejorar su tiempo, bajarlo tras cada maratón. La idea nunca es superar al otro sino, más bien, superarse a uno mismo y eso es lo que yo me propongo a diario”, expresó Luis. 

Huellas

Por último, este incansable trabajador y corredor, concluyó diciendo “soy un agradecido a la vida y a Dios de estar trabajando en la UNL, porque gracias a Él en estos treinta años me he cruzado con mucha gente buena –los que están y los que ya no- y mucho calor humano. Eso es lo que me han dado estas tres décadas en la Universidad y estoy muy orgulloso de pertenecer a ella. Siempre digo que Dios me iluminó y que tengo suerte, porque hasta nací un 26 de noviembre que es el día del no docente, se ve que ya estaba pautado que en la vida yo iba a tener esta dicha de trabajar en la Universidad como no docente y, eso, me hace muy feliz”.