Agenda pos-pandemia

Pérez Llana: “Debemos pensar en el Mercosur. La región es clave”

Martes 26 de mayo de 2020 / Actualizado el miércoles 27 de mayo de 2020

Toda crisis implica cambios. Para el analista internacional y docente, muchos de éstos se centran en el manejo de información, en los nuevos perfiles de trabajo, en la importancia de cuestiones ambientales y en repensar el mundo desde la desglobalización.

“Una agenda internacional tentativa de la pos-pandemia” fue el título de la conferencia virtual que brindó Carlos Pérez Llana, Doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, ex Subsecretario de Interior, Vicerrector de la Universidad Siglo 21 y Embajador en Francia y actual profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y columnista de diario Clarín.

Ante la emergencia sanitaria y los planes de contingencias, aparece el desafío de pensar más allá de la crisis para analizar los cambios y la reconfiguración de poder en las sociedades y en el mundo. Fortalecer las alianzas regionales, poniendo en valor el Mercosur, resulta una de las claves para Pérez Llana quien además remarcó que, en este escenario dinámico, debemos estar bien informados y no perdernos en comparar o seguir modelos.

La videoconferencia, realizada el jueves 14 de mayo, contó con 113 participantes de diversas disciplinas y edades. La actividad fue organizada por el Instituto de Estudios Avanzados del Litoral (IEA Litoral), la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.

“Estamos viviendo tiempos diferentes que exigen reflexiones diferentes. Esto nos obligó a todos a cambiar el paradigma de nuestras relaciones, con medidas de distanciamiento y aislamiento. La UNL no es excepción. Debimos adaptarnos y readecuar la agenda; porque de esto se trata, de convertir la crisis en una oportunidad, de trabajar con este ciclo que comienza hoy para hacer una reflexión social de la pos-pandemia”, expresó el rector de la UNL, Enrique Mammarella, en el inicio de la Conferencia.

Al comenzar su exposición, Pérez Llana compartió algunas conclusiones preliminares: “Partiendo de la base de que no se pueden imaginar las consecuencias de esta crisis, lo que sí se puede es reflexionar acerca de algo de lo que sucede en las sociedades y en el mundo. En primer lugar, decir que todo fluye; en segundo lugar, que hay que estar bien informado y no preocuparse mucho en comparar, en decir ‘este es el modelo, hay que ir por acá’ y, por último, desde Argentina tenemos que tratar de ver dónde están los intereses globales y dónde está la agenda local”.

¿Un virus previsto?

Ante las voces que indican que la pandemia del Coronavirus resultó ser un “cisne negro”, es decir, un suceso sorpresivo, Pérez Llana afirmó que “esto estaba previsto, de alguna u otra manera, en el 2015 Bill Gates habló acerca de un escenario muy semejante al que tenemos y en un informe de 2008 del Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos que se llama Tendencias globales previstas para el 2025, para ese año se pensaba que algo muy similar a esto iba a ocurrir, es decir, el traspaso de virus o enfermedades del mundo animal al ser humano”.

“No hubo planificación”, recalcó el investigador. “En verdad, muy pocos le prestaron atención, creo que porque en la globalización que vivimos la lógica es una lógica de flujos y no una de stocks. Con esto quiero decir que para abaratar costos no se cumplió con el precepto que la política tiene que cumplimentar que es proteger y, consecuentemente, se buscó el precio más barato. Esta búsqueda benefició a las grandes empresas. Además, si uno toma un factor vital que es la salud, es vox populi el 80% de los remedios que uno utiliza a diario tienen un nacimiento o fabricación en China y en menor medida en la India. Las implicancias de este sistema de producción dejan a nuestras sociedades en una situación de gran desprotección”, expuso.

Libertades, desigualdad y ambientalismo

Con respecto a los cambios sociales, el investigador destacó su interés en el manejo de la información que, ante la pandemia, moviliza los debates acerca de la privacidad: “Me parece que estamos entrando en una sociedad que quienes mejores lo pintaron son los escritores Aldous Huxley con el libro Un mundo feliz y George Orwell con su obra 1984. En ambos casos, tenemos un individuo que pierde la libertad y, de alguna u otra manera, que la entrega a una lógica muy vinculada al mercado o muy vinculada al Estado. También recomiendo leerlo a Yuval Harari. Esta preocupación va creciendo y ahora explota frente a nuestra realidad”.

A modo de ejemplo, el docente contó: “Hoy también leemos en los diarios europeos el gran debate que se está armando acerca de los datos para controlar quién está al lado mío y saber si está infectado con el virus. Hay dos métodos, ambos traen problemas, temores y dudas. En general, se coincidía en que los datos iban a estar centralizados, con gran control del Estado. Hay algunos países que han aceptado, de igual forma, la ayuda de Google y Apple en donde la información va a estar en los celulares, con todo lo que ello implica”.

Para elaborar una agenda futura en el campo laboral, Pérez Llana planteó que las modificaciones se han dado muy rápido y que en este ámbito todo será distinto. “Hoy tenemos 30 millones de desocupados en Estados Unidos. El perfil del trabajo va a ser muy modificado y no me cabe duda que los más perjudicados serán aquellos que menos educación tienen. Es un asunto que no debemos soslayar”, resaltó.

Desde la óptica de este analista, los temas ambientales serán protagonistas. Sin embargo, opinó: “para que haya una preocupación ambientalista genuina tiene que haber un sistema internacional basado en la cooperación, sino es una utopía más. La preocupación por el modo de vida, por la ocupación del territorio, por la preservación del planeta ha incrementado su valor en la sociedad y esto es positivo, pero no están dadas las condiciones para poder administrar ese valor”.

Desglobalización

¿Estamos o no estamos entrando a una nueva etapa de la globalización?, planteó como pregunta este investigador para hablar de la desglobalización. “El nervio de la globalización fueron las cadenas productivas y éstas van a cambiar porque muchos países han visto que la dependencia respecto de las cadenas no puede mantenerse. Esto va a ocurrir en el sector de la salud. Está claro también que la desglobalización va a implicar la retirada de muchas inversiones de muchas geografías”, puntualizó.

“Sin embargo, no soy de los que piensan que se volverá a la autarquía. Al contrario, creo que en la nueva etapa de la globalización vamos a tener una cierta relevancia por el lado de las regiones. Es decir, no es que todo va a volver a un territorio o a instalarse alrededor de un único lugar, sino que habrá una diversificación y se instalará en torno a una región. Esto es importante porque en Argentina al no ver bien los problemas que están ocurriendo en el mundo, no estamos protegiendo de manera suficiente al Mercosur. La región es clave”, expresó Pérez Llana con énfasis.  

A su vez, detalló que “en el mundo que se viene hay tres geografías para la producción de alimentos: la americana, la brasileña y la argentina. Cualquier intento de dividir o debilitar el Mercosur es una manera de incrementar la dependencia de uno o de otro país. La desglobalización va a ser una deslocalización y van a importar mucho las regiones. Esto se ve en Europa, cuando el eje es preservar lo logrado con la Unión Europea”.

“Esta es la primera crisis en que es evidente la existencia de un mundo pos-americano. En las últimas crisis (de las Torres gemelas y la financiera del 2008) los Estados Unidos fueron los que, de alguna u otra manera, condujeron la agenda y se hicieron cargo de las mayores responsabilidades. La ventaja es que hoy no hay hegemonía, pero la desventaja es que ningún país ni ninguna estructura multilateral lo ha reemplazado. Si hay algo que se nota es que la arquitectura internacional que nació cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, está bastante averiada”, consideró el docente.

No existe modelo “ganador”

Asimismo, Pérez Llana se refirió a la relación Estados Unidos-China: “Estamos viviendo un agravamiento del conflicto. En la globalización China fue un país que absorbió y gozó de todas las ventajas del sistema multilateral, en particular del comercio, pero no cumplió con todas las reglas. La China actual ha instalado la idea de que éste es su momento y que el mundo capitalista y la democracia ha llegado a un punto de saturación. Creo que en la pulseada entre EE.UU. y China ninguno va a salir fortalecido”.

“De ninguna manera podemos decir que vamos a entrar en un mundo bipolar y sería un gran error repetir el esquema de los alineamientos automáticos. A la Argentina y al mundo en desarrollo no le interesa ese esquema. Cuando se habla de que se ha iniciado una nueva Guerra fría me preocupa, porque todos sabemos cuál fue la realidad de los débiles allí”, reveló.

En este contexto, Pérez Llana sostuvo que se ha instalado “un debate respecto de a quién le ha ido mejor con esta crisis y quiénes son los modelos que han ganado. Apenas arrancó la crisis la idea fue que los modelos autoritarios tenían ventajas porque estaban centralizados, pero hay que tener cuidado con decir que algunos ganan y otros pierden”.

“Acá nadie se salva, no se puede comparar para hacer generalizaciones. No puede haber cegueras por cuestiones ideológicas, hay que observar y analizar lo que está pasando en cada lugar, con la mente despejada, no con tantos libros, pero sí con mucha información”, ratificó.

Repensar el mundo, revalorizar el Mercosur

“Estas crisis obligan a repensar muchas cosas. Desde el punto de vista de la Argentina, me parece muy triste creer en que nosotros tenemos que optar por una alianza americana o china, no es obligatorio. Debemos pensar en el Mercosur, en nuestras geografías y prioridades y en Brasil, más allá de Bolsonaro”, señaló.

Este intelectual recordó que Argentina, como país productor de alimentos, tiene una alianza con Brasil que permite la proyección al mundo en conjunto. “Tenemos que recuperar el valor del Mercosur, que fue creado como una plataforma de producción en un mundo muy complejo”, manifestó.

“Creo que tiene que haber un diagnóstico común de cuáles son los problemas de nuestra región y esto tiene que significar un compromiso político y económico, un Mercosur tecnológico y estratégico. No tirar por la ventana un capital construido que implica mucho empleo en nuestro país y nos permite negociar con un paquete general. A China le conviene que Argentina y Brasil estén divididos y así la capacidad de negociación es diferente con cada uno”.

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