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 El pasado viernes 24 de agosto se realizó el acto de inauguración de los laboratorios y la Planta Piloto de Alimentos de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
 En tal ocasión estuvieron presentes el decano de la FIQ Ing. Alberto Castro, el Secretario General de la UNL Dr. José Corral, el Director de Obras y Servicios Centralizados Arq. Marcelo Saba, el rector en uso de licencia Ing. Mario Barletta, autoridades, docentes, investigadores, padrinos, estudiantes y no docentes de la casa de altos estudios y de la Escuela Industrial Superior (EIS).
 El Ing. Castro comenzó su discurso expresando: “Hoy es un día muy especial para la FIQ y para la UNL en su conjunto porque estamos asistiendo a la inauguración de nuevas instalaciones y de infraestructura en el seno del edificio Gollán, como uno de los resultados directos del Plan de Obras y Mejoras Edilicias que comenzó a ejecutarse desde la UNL, en el marco del Plan de Desarrollo Institucional (PDI)”.
 A continuación, el decano de la FIQ aseguró: “Sin dudas ésta es una obra de trascendencia para nuestra institución, la cual, desde su creación, ha sostenido que toda inversión en educación es rentable, dado que sin educación el desarrollo de un país es inviable”. Y remarcó: “Quienes formamos parte de esta comunidad educativa entendemos que no hay calidad educativa sin docentes de excelencia, sin docentes investigadores, sin una educación significativa que forme personas integrales, capaces de dar respuesta a las demandas de la sociedad, y también con la infraestructura y el equipamiento necesarios”.
 En este sentido, continuó: “Hoy, una vez más, celebramos un nuevo crecimiento y modernización edilicia y de infraestructura, que constituye un aporte esencial para seguir manteniendo la excelencia que ha caracterizado a esta institución en sus casi 88 años de existencia”.  Por último Castro expresó su agradecimiento “a la universidad por haber concretado este proyecto y al esfuerzo que ha puesto el rector en uso de licencia, Mario Barletta, para llevar a cabo esta obra”.

El nuevo edificio
 Con esta obra, que requirió una inversión de 3.425.000 pesos, la FIQ ha anexado a su edificio Gollán más de 2300 metros cuadrados y se han refuncionalizado espacios existentes, configurando una estructura edilicia de más de 3600 metros cuadrados que, en cuatro pisos, albergará modernas aulas, laboratorios y oficinas de investigación -entre otros espacios- para el Instituto de Tecnología en Alimentos (ITA), el Instituto de Lactología Industrial (INLAIN), el Programa de Electroquímica Aplicada e Ingeniería Electroquímica (PRELINE), el Departamento de Ingeniería Industrial y el de Física y los laboratorios de Química Aplicada y de Seguridad Ambiental, así como una planta piloto de alimentos para áreas tales como conservación, oleaginosas, panificación y lácteos. Por otra parte, estas instalaciones estarán habilitadas para los alumnos de la EIS.
En la “caja” histórica hubo que incluir todos los servicios: tiene un sistema de aire acondicionado central frío-calor a gas natural, corriente estabilizada en todos los laboratorios, una planta piloto, sistema de seguridad y monitoreo las 24 horas.

Arquitectura industrial con la más nueva tecnología
 Al ser consultado por las obras de la FIQ, el Director de Obras y Servicios Centralizados de la UNL, Arq. Marcelo Saba explicó: “En términos generales el desafío principal de la obra de la FIQ es que se trata de una de las más complejas que ha construido la universidad en el último tiempo: combina por un lado una envolvente que es de interés patrimonial que tuvimos el desafío de conservar, como los galpones de la Escuela Industrial que dan sobre calle 1º de mayo, y por otro lado agregarles tecnología de última generación”.
Asimismo, Saba consideró que el proceso completo tiene dos años y medio de trabajo silencioso. “Va a generar en la comunidad de Santa Fe una referencia –aseguró-. Por lo menos en los antecedentes que conocemos del estado o de los emprendimientos privados no ha habido una construcción de laboratorios de este nivel de tecnología y menos con semejante superficie”.
 “Hubo una primera etapa de obra gruesa, en donde se hizo todo el sistema de entrepisos, las instalaciones básicas, el sistema va a tener una planta de tratamiento de residuos, adecuado a todas las exigencias y a todas las normas para el funcionamiento de laboratorios para servicios altamente especializados”, añadió Saba. Es importante destacar el aporte de la experiencia de los investigadores que utilizarán el lugar, en las definiciones de su organización e instalaciones.
Toda la comunicación vertical es completamente modernizada, y uno de los desafíos de los proyectistas fue “cumplir todas las normas de seguridad sin dañar el esquema de la envolvente en esta intervención que permite la lectura de ese gran volumen construido”, indicó el responsable del Programa de Planificación Edilicia, Arq. Rodolfo Bravi. Además, la parte nueva tiene acceso independiente por calle 1º de Mayo, lo que la integra a la manzana, pero a su vez tiene autonomía de funcionamiento.
 “Fue un desafío que todo este sistema complejo interactúe piso a piso con la facultad –aseguró Bravi-, es decir que todos los niveles del proyecto están conectados en vertical y en horizontal con el edificio Gollán. Con la colaboración del Programa UNL Accesible también trabajamos en mejorar la accesibilidad del edificio, no sólo de este sector, sino que también permite un mejor acceso al edificio que por su antigüedad no lo tenía resuelto”.
Sobre el proceso de licitación, Saba dejó en claro que se hicieron cinco etapas de obra pública: “Consideramos que una empresa constructora no estaba en condiciones de hacer todas las especialidades, y de este modo además la universidad genera un ahorro importante y los proveedores son de Santa Fe y la región”.