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Estrenada recientemente en el Argentino de Artes Escénicas, “Amántica” es la nueva producción  de la Comedia UNL que comenzará su clásica temporada en la Sala Maggi del Foro Cultural el próximo domingo a las 20:30.

Con dramaturgia y dirección del rosarino Esteban Goicoechea, la historia es sobre dos científicos encargados de reparar una falla cuántica vital y una pareja de jóvenes que juega un rol fundamental. El tema que subyace es el amor, “sin puntualizar en ningún tipo de amor como puede ser el de pareja, el de padres e hijos, el fraternal o las infinitas formas de amor que existan, sino del sentimiento, la energía, el estado amor”, apuntó Goicoechea.

La cita es en 9 de julio 2150 y las entradas se venderán en la sala a $35 generales y $30 con descuento para estudiantes y jubilados. Repetirá funciones el 22, 23 y 30 de noviembre, y 6 y 7 de diciembre.

La historia

Interpretada por Eduardo Fessia, Adrián Airala, Cecilia Saucedo y Sebastián Roulet, esta obra es “sobre dos científicos que deben reparar una falla muy grande a nivel mundial en las últimas horas de una cuenta regresiva. Una pareja, allá lejos, juega un rol fundamental pero eso no lo saben. Los científicos parecen ser muy importantes, no sé sabe si es por sus capacidades intelectuales, su trayectoria académica o quizás sólo por la gran responsabilidad que tienen entre manos”.

La ficha técnica se completa con Marcela Cataldo como asistente de dirección, Mario Pascullo, en escenografía e iluminación y Ramiro Sorrequieta en vestuario. La producción es de Gladis Contreras, la voz en el tema musical es de Caren Hulten y la grabación y edición es de Juani Favre.

Texto y escena

En charla con Esteban Goicoechea, el director adelantó algunos detalles de la obra:

- ¿Cómo es esta relación entre los cuatro personajes?

-La relación entre los cuatro personajes es muy particular, nunca había trabajado un texto con esta “extrañeza” y hubo que encontrar la forma en que se encaraba o ensayaba esta obra. Son dos dúos que no interactúan entre ellos, que no se tocan, no se hablan. Los más jóvenes son una pareja muy contemporánea, urbana, que genera mucha identificación. Y los más grandes son un dúo de científicos, situados en un lugar poco cotidiano, haciendo un trabajo bastante diferente a los oficios y profesiones que estamos acostumbrados a cruzarnos.

 -La historia es pretexto para otras lecturas…

-Por supuesto que hay muchas lecturas entre líneas, es lo que más me interesa de las obras que hago o que me gusta ir a ver. La historia que sobrevuela la superficie es casi siempre una anécdota, una excusa para contar otras cosas que aparecen detrás. Para mí es tan importante la figura como el fondo, es un diálogo y a veces lo más inquietante aparece en cierto ruido, cierto corrimiento de ese fondo que viene a contar otra cosa, “la” cosa. Ahí se cuentan valores humanos, y espero universales, que no quiero develar para dejárselo a los espectadores. Prefiero que cada uno, con sus resonancias personales los disfrute o los vibre como quiera o pueda. Las obras tienen muchas capas o niveles de lectura, cada uno ve o siente las que son para cada uno y eso es lo rico del teatro.

- ¿Cómo viviste esta experiencia de ser convocado por la UNL para ser director de su comedia?

- Agradecido por la convocatoria y la confianza depositada para realizar un trabajo como este. Por un lado fue la posibilidad de cumplir una inquietud que siempre tuve: trabajar con actores de otro ámbito al que estoy acostumbrado, es decir que no sea Rosario. Y por otro lado les digo siempre a todos que me siento muy cómodo con el elenco, con el equipo, con la producción general y con el espíritu de la Comedia de la UNL: libertad para elegir el texto, la cantidad de actores y el formato de obra. Es una Comedia que propicia la experimentación teatral. No es poca cosa, quiero decir con esto algo importantísimo para mí y muchos de los que hacemos teatro en la provincia: que la experimentación, el salirse de los propios límites o buscar nuevas formas estéticas o narrativas permite hacer un trabajo más profundo y genuino para el grupo, encontrar una estética propia y lo que ese grupo de personas quiere o necesita contar. Es una diferencia vital con el teatro y cine comercial, o casi toda la televisión, que responden a lógicas de mercado y raras veces lo permiten.