Honoris Causa UNL
Mario Bunge: la despedida a un hacedor de ciencia
Martes 25 de febrero de 2020 / Actualizado el miércoles 26 de febrero de 2020
El físico, epistemólogo y filósofo argentino Mario Bunge falleció el pasado martes en Montreal, Canadá. Declarado Honoris Causa por la UNL en 2001, visitó el Paraninfo de la Universidad en dos oportunidades. Tenía 100 años.
La comunidad universitaria del Litoral lamenta la pérdida física de Mario Bungue, quien fuera un destacado hombre de ciencia, reconocido por ello a nivel mundial: las crónicas señalan que se definía como “filósofo realista, cientificista y sistemista”. Fue un acérrimo defensor del realismo científico y expresaba públicamente sus críticas a lo que denominaba pseudociencias, entre las cuales incluía al psicoanálisis, el chamanismo, la homeopatía y otras medicinas alternativas.
Bunge, para leer y escuchar
El 31 de mayo de 2001, Mario Bunge arribó a la UNL para recibir el título Honoris Causa en manos del entonces rector Mario Barletta. La conferencia que brindó en aquel momento, denominada "Tres mitos de nuestro tiempo: virtualidad, globalización, igualamiento", fue publicada en formato libro por Ediciones UNL dentro de su Colección Honoris Causa.
Durante la visita en 2001, el Taller de Cine de la UNL -bajo la dirección de Marilyn Contardi- registró los pasos de Bunge y el 15 de marzo de 2002 se estrenó el documental “Nadar contra la corriente”, actualmente alojado en la Biblioteca Virtual de la UNL. Las cámaras lo acompañaron para registrar las actividades que el científico realizó en la ciudad: desde la intimidad de su habitación, a las conferencias y los seminarios dictados, desde una caminata hasta la recepción del Doctorado Honoris Causa. La producción audiovisual siguió a Mario Bunge con prudencia y respeto, pero supo captar sus frases siempre filosas, su delicado humor y sus modales de caballero.
El científico retornó a nuestra universidad el 18 de marzo de 2010 para inaugurar el ciclo lectivo, con la disertación “Ideologías: problemas e ideales”. Al día siguiente se refirió a “Gobierno de la cosa pública”. Ambas conferencias tuvieron como escenario el Paraninfo y el científico fue recibido por el ex rector Albor Cantard.
Su trayectoria
Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata y se graduó con un doctorado en ciencias físico-matemáticas en 1952. Allí, y en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de física teórica y filosofía desde 1956 hasta 1963 cuando, insatisfecho con el clima político de su país, emigró. Durante algunos años enseñó en universidades de México, Estados Unidos y Alemania.
En 1966 se instaló en Montreal (Canadá), donde enseñaba en la Universidad McGill desde entonces, en la cátedra Frothingam de lógica y metafísica. La obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente los problemas que suscita el conocimiento científico.
Sus intereses abarcaron la filosofía general (semántica, ontología, gnoseología, metodología de la investigación, praxiología y ética) así como aplicada (física, biología, psicología y ciencias sociales), sin eludir consideraciones sobre la filosofía de la lógica y la matemática como fundamento no sólo del quehacer científico sino también filosófico.
Fue fundador de la Sociedad para la Filosofía Exacta, que procura emplear solamente conceptos exactos, definidos mediante la lógica o la matemática. Intentó combatir de esa manera la ambigüedad y la imprecisión características de otros estilos filosóficos, como el fenomenológico y el hermenéutico.
Mario Bunge sumó 21 títulos Honoris Causa a lo largo de su vida junto a numerosos reconocimientos, tales como profesorados honorarios en dos continentes, el Premio Príncipe de Asturias, la Guggenheim Fellowship y dos Konex, entre otros. Fue miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia y de la Royal Society of Canada.
En una de sus últimas entrevistas, que dio al cumplir los 100 años, habló de temas que lo obsesionaban: la filosofía de la ciencia y su crítica a las pseudociencias y a las terapias alternativas. También lo alarmaban los recortes presupuestarios a la investigación.