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A punto de terminar sus estudios universitarios, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral volvió a la escuela primaria, esta vez para participar en la edición municipal de la Feria de Ciencia y Tecnología, que se desarrolló en la escuela Dr. Luis María Drago de Santa Fe.

“La idea era contagiar el entusiasmo hacia la ciencia y mostrar de una manera divertida y distinta lo que hacen los científicos todos los días”, explicó Álvaro Siano, docente del curso de “Iniciación a la Investigación Científica”, materia organizada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNL en la cual se gestó esta actividad. “Creamos cajas que funcionan como llamadores, donde los chicos juegan y se encuentran con cientibecarios o ex cientibecarios que les cuentan su experiencia”.

Los estudiantes de la UNL que participaron son parte del Programa de Becas de Iniciación a la Investigación para Estudiantes de Carreras de Grado, una iniciativa que busca incentivar y promover la formación de jóvenes investigadores. Además de las actividades propias de investigación, los cientibecarios deben aprobar el curso que dicta Siano y otros docentes, en donde se hace hincapié en el valor de comunicar la ciencia.

“Se insiste mucho sobre la importancia de divulgar la ciencia y de lo vital que es hacerlo para todos los investigadores. En este caso, al tratarse de alumnos de primaria, los cientibecarios realizaron un esfuerzo muy grande porque tuvieron que adaptar su lenguaje a chicos de 7 a 12 años”, dijo Siano.

En la feria participaron veintinueve proyectos vinculados con la ciencia y la tecnología, realizados por alumnos de diferentes escuelas primarias de Santa Fe. La instancia provincial se realizará en dos semanas en la escuela Nº 6 Mariano Moreno.

Cinco sentidos abiertos a la ciencia

Las cajas realizadas por los cientibecarios eran estructuras de cartón con diferentes ventanas, en las que se presentaban juegos que estimulaban los cinco sentidos, y que servían como disparadores para presentar el trabajo que realizan los becarios en sus investigaciones.

Antonella Fuselli, cientibecaria de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) estuvo presente en la feria. “Yo trabajo con células madre hematopoyéticas, lo cual es complicado de comunicar porque hay chicos que no saben ni lo que es una célula”, indicó. Para superar ese problema, ella y otras compañeras hablaron sobre cuestiones concretas, como el tamaño de una célula o los instrumentos que usan para analizarlas. “En uno de los huecos de la caja había puntas de pipetas, que sirven para tomar volúmenes muy pequeños y ahí trabajamos el tema del tamaño. En otra ventana había gelatinas, porque la cientibecaria trabajaba con nano-geles y yo jugué con texturas para mostrarles lo difícil que es duplicar células madres a partir de una muestra compleja como es la sangre del cordón umbilical”. 

A pesar de la dificultad de transmitir su experiencia a chicos tan pequeños, Fuselli se mostró muy contenta con el resultado. “La caja fue un buen disparador, los chicos fueron muy creativos, hicieron muchas preguntas. Fue una experiencia muy positiva”, destacó.

Maria Biondi, vicedirectora de la escuela Drago también se mostró muy contenta con la participación de los estudiantes de la UNL. “Al ver el desarrollo de la feria de ciencia nos surgió la inquietud de hacer algo innovador e invitamos a la UNL y sugirieron las cajas que son disparadores de otras experiencias”, dijo. “Estamos muy satisfechos por la participación, es una manera de que los chicos aprendan y lo hagan con mucha alegría”, concluyó.