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La temática de la complejidad de los procesos de innovación tecnológica y cómo liderar proyectos innovadores, fue desarrollada en el curso “Creatividad y liderazgo”, dictado en el marco de la carrera de posgrado de Especialización en Vinculación y Gestión Tecnológica.
Juan Pablo Grammatico, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se dirigió durante dos jornadas a un público integrado por integrantes de los sectores académicos, científico, empresarial, financiero y comunitario.
Los principales objetivos del curso se centraron en el desarrollo de competencias para comprender la complejidad del proceso de innovación tecnológica, promover la reflexión sobre los conflictos éticos derivados de nuevas tecnologías, gestionar la incertidumbre asociada con los escenarios futuros, reconocer y diseñar posicionamientos estratégicos, liderar proyectos innovadores y delegar eficazmente. 
     
Acerca de la creatividad
En torno a la comprensión de la complejidad del proceso de innovación tecnológica, se encuentra también asociado el concepto de creatividad. “Generalmente se asocia la creatividad con la innovación y con una idea que es genial y original. Pero los contextos tecnológicos son cada vez más complejos y están referidos no sólo a una complejidad tecnológica sino con una complejidad que muchas veces es territorial, ambiental o social”, sostuvo Grammatico. En el escenario actual, “hablar de creatividad en innovación tecnológica significa, principalmente un ejercicio muy fuerte por comprender el ámbito en donde esa innovación se va a instalar. Tenemos que acercarnos a la idea de interpretar el escenario que es complejo y entonces el trabajo creativo requiere de una preparación muy importante, tanto del investigador o innovador como de aquellos que van a llevar adelante el proceso de aplicación”, manifestó el docente.

El liderazgo como competencia
Hay un modelo histórico que hace énfasis en la persona del líder. Durante años  el imaginario social sobre la figura del líder se asociaba con aquel que era carismático y podía llevar adelante los ideales de un grupo, materializar un estado futuro. Según Grammatico, “hoy, la complejidad nos demuestra que un proyecto requiere siempre de una participación interdisciplinaria y requiere que todos los integrantes del equipo estén capacitados para asumir en el momento que les toque el liderazgo que corresponde. Entonces, hablamos de un liderazgo que tiene que ser necesariamente compartido y una competencia principal del líder que es la de delegar para que el equipo crezca. Sobre esa base vamos a poder hablar de un grupo que crece con una potencialidad para hacer frente a la realidad compleja en la que hoy las innovaciones tecnológicas tienen que instalarse”.
Frente al interrogante de si líder se nace o se aprende, la certeza actual es que el liderazgo puede aprenderse y puede profesionalizarse. Según el docente: “Hoy sabemos que el liderazgo es una competencia que se aprende como cualquier otra y que la creatividad también es hoy una competencia. Históricamente se concibió al líder como alguien nacido con determinadas actitudes y por eso era líder. Pero el liderazgo está siempre relacionado con una circunstancia o un entorno crítico que hay que resolver. Hoy ocurre que una persona puede tener todas las características innatas para revolver determinadas situaciones y puede suceder que a lo largo de su vida jamás se le presenten”.
Los proyectos de innovación tecnológica se enfrentan a realidades muy complejas, a situaciones que requieren distintas estrategias de liderazgo y lo que tienen que hacer los grupos es fortalecerse aprendiendo esas competencias líderes. Para Grammatico: “El líder tiene que estar en función del proyecto y no el proyecto en función del líder. El líder tiene que estar en función del grupo y no el grupo en función del líder”.