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Sin una correcta gestión de residuos, la basura puede convertirse en un problema. Para revertir esta situación, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajan en la instalación de biodigestores, que transforman los residuos orgánicos en biogás. Se trata de un combustible renovable, que contiene metano generado biológicamente.
La provincia de Entre Ríos vio con buenos ojos esta iniciativa y firmó un convenio con la casa de altos estudios para poner en marcha estos digestores en dos escuelas y establecimientos productivos. El trabajo será llevado a cabo por investigadores del Grupo de Energía No Convencional de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ).
“El proyecto tiene un componente importante: el reciclaje de residuos orgánicos. Toda la generación de residuos es un problema de posible contaminación, si no se gestiona correctamente. Cuando se trata de residuos orgánicos se puede producir biogás: una energía renovable que puede utilizarse en la misma explotación o para otro tipo de producciones”, explicó el Ing. Eduardo Groppelli, uno de los investigadores de la FIQ.
En tanto, Alberto Alcain, miembro de la Secretaría de Energía de Entre Ríos, comentó el objetivo de este convenio: “Buscamos cambiar la matriz energética para no seguir quemando recursos no renovables, y empezar a trabajar con energías alternativas”.

Convenio
A través del acuerdo, la UNL se comprometió a asistir técnicamente a la provincia vecina para poner en funcionamiento biodigestores en dos escuelas agrotécnicas y en establecimientos productivos: un feedlot (explotación intensiva de cría de ganado) y un tambo. El contrato se concretó en el marco de un convenio de servicios altamente especializados a terceros, gestionados por el CETRI-Litoral.
Los investigadores de la FIQ realizarán un análisis de factibilidad para aprovechar los residuos de la explotación ganadera para la producción de biogás. Luego, propondrán su conversión en energía térmica y/o eléctrica; y posibles usos y beneficios del abono orgánico obtenido.
De la rúbrica participaron el rector de la UNL, Albor Cantard; el director del CETRI-Litoral, Daniel Scacchi; el secretario de Energía de Entre Ríos, Eduardo Arroyo; y Alberto Alcain, entre otros.

Otras experiencias
En Santa Fe, ya se han generado algunas experiencias con biodigestores: en la vecinal “Juana Azurduy” –gracias a un proyecto de extensión de la UNL-- y en la Escuela 95 Simón de Iriondo, de Alto Verde.
Por otra parte, en Emilia --a 75 km de la capital santafesina y con 1.000 habitantes-- se instaló un digestor en la escuela agrotécnica, donde se gestionan todos los residuos de la localidad para producir biogás. “Ese biogás es utilizado por la escuela porque tiene albergue para 100 chicos, que viven ahí, y se necesita cocinar o calefaccionar las aulas. En verano, se puede usar para generar frío y conservar alimentos. El abono que se obtiene se utiliza en un monte frutal, que está al lado de la escuela”, indicó Gropelli.