Vinculación
La UNL y el LIF desarrollarán fármacos contra la tuberculosis
Miércoles 28 de mayo de 2014 / Actualizado el lunes 2 de junio de 2014
El consorcio público- público formado por la UNL y el laboratorio provincial recibirá 23,5 millones de pesos de la Nación para desarrollar tecnologías para cinco medicamentos contra la tuberculosis.
La Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe inician la ejecución de un proyecto que busca optimizar y poner a punto la tecnología necesaria para la producción en nuestra provincia de cinco fármacos para el tratamiento de la tuberculosis. El trabajo se realizará en conjunto entre especialistas del LIF e investigadores de la UNL.
El proyecto tiene un presupuesto total superior a los 39 millones de pesos, de los cuales 23.373.000 serán financiados por el Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
“Para la presentación de este proyecto se conformó un consorcio público-público entre la UNL y el LIF. En este sentido, podemos decir que el trabajo, que durará tres años, será realizado por tres tipos de actores: Especialistas del Laboratorio Industrial Farmacéutico que cuentan con una vasta experiencia en el desarrollo y producción de medicamentos; investigadores de la UNL que se encuentran trabajando en la generación de tecnología aplicada en estos temas; y gestores del CETRI-Litoral que se ocuparán de la gestión del proyecto, la administración de los fondos y el seguimiento técnico”, explicó Daniel Scacchi, director del CETRI-Litoral.
Fortalecer el sistema de salud público
La tuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones pero que puede atacar otras partes del cuerpo. Es causada por una bacteria y se contagia por el aire (cuando los enfermos tosen o estornudan). Entre los síntomas que permiten detectarla se encuentran la tos persistente, sudoración nocturna, cansancio, pérdida de peso y falta de apetito.
Si la enfermedad es detectada en forma temprana y tratada adecuadamente puede curarse. Los tratamientos duran más de seis meses, sin embargo los síntomas suelen mejorar alrededor de las tres semanas.
En Argentina, alrededor de 11.000 habitantes se enferman de tubersulosis cada año y entre 600 y 900 fallece por su causa.
“La importancia de desarrollar estos medicamentos radica en que en la actualidad hay muchas dificultades para la provisión de los mismos, porque algunos no se producen en el país y otros sí pero tienen una oferta muy concentrada. Esto impacta en la adherencia del paciente a los tratamientos, lo que lleva a la aparición de tuberculosis multi resistentes, que son mucho mas complejas para tratar”, explicó Carlos Arqués, director del LIF. Debido a que uno de los principales problemas es la adquisición de estos medicamentos por parte de los enfermos, los principales afectados son personas de escasos recursos.
Etapas del trabajo
Juan Carlos Robles, responsable del Laboratorio de Control de Calidad de Medicamentos de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL explicó que un equipo de investigadores de esa dependencia se ocupará de “hacer todos los desarrollos necesarios para los controles de calidad de las materias primas y demás insumos que van a intervenir en los tuberculostáticos”. Asimismo, explicó que realizarán actividades relacionadas con la determinación de la fórmula y tendrán la función de “formar dos analistas que luego se van a incorporar a la planta del LIF para todo lo que es desarrollo y validación de metodologías analíticas”.
En lo que respecta a las actividades de desarrollo, puesta a punto y transferencia de técnicas de caracterización de las materias primas con las que se realizarán estos fármacos, estarán a cargo del Equipo de Caracterización de Sólidos Farmacéuticos de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL. “Analizaremos las materias primas, los componentes que forman parte de esa mezcla para formar los comprimidos, para tener una producción uniforme en el tiempo”, dijo Mirta Maximino, responsable del equipo de trabajo. Además, comentó que en este ámbito también se formarán dos analistas que se incorporarán a los equipos del LIF para la realización de esas tareas.
Por último, de las etapas vinculadas a la puesta a punto de la tecnología para la producción de los tuberculostáticos y la obtención de los lotes que serán presentados a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina (ANMAT) para su habilitación, serán responsabilidad del LIF y será acompañado en su ejecución por el Departamento de Ingeniería Industrial de la FIQ-UNL.
La ejecución del proyecto se realizará en la sede del Laboratorio Industrial Farmacéutico SE, que actualmente produce el 94% de las unidades farmacológicas que la provincia aporta para atención primaria de la salud. Sus medicamentos se utilizan también en el sistema de salud público de otras provincias y también en hospitales y programas nacionales de prevención. En este marco, se instalará una planta piloto para la producción de tuberculostáticos y se pondrá a punto un laboratorio para la realización de determinaciones analíticas.
Impacto social y académico
Con este proyecto, el consorcio se plantea el desafío de desarrollar y poner a punto a escala piloto la tecnología necesaria para luego, a partir del escalado industrial lograr dar respuesta a estas necesidades de medicamentos para la tuberculosis, en cantidades estables y suficientes y a valores razonables en función de los costos de producción, beneficiando a los sectores socialmente más desfavorecidos. “La tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas más impactantes en términos de mortalidad y nosotros vamos por salvar esas vidas”, expresó Arqués.
En este sentido, el LIF incrementará su personal capacitado, para asegurar la calidad de los productos. Esto significa también una instancia de inserción laboral para graduados de la UNL, que se formarán en el transcurso de los tres años que durará el proyecto.
Esta integración entre la Universidad y el laboratorio estatal en un consorcio público-público, es el resultado de una relación de más de 20 años en trabajos compartidos y “en el futuro nos permitirá abordar proyectos cada vez más importantes y más complejos en función de generar fármacos que curen enfermedades de nuestra población”, finalizó Arqués.