Pesar por su fallecimiento

La UNL recuerda a Jorge Reynoso Aldao

Martes 10 de julio de 2012 / Actualizado el martes 10 de julio de 2012

La comunidad de la UNL lamenta la desaparición física de Jorge Reynoso Aldao, quien fue miembro del Consejo Social, periodista y crítico cultural de destacada trayectoria en LT 10 y el diario El Litoral, y partícipe indiscutible de la vida cultural de esta cas


La noticia de la muerte de Jorge Reynoso Aldao, acaecida las últimas horas de este domingo 8 de julio, causa profundo pesar en la comunidad de la Universidad Nacional del Litoral, institución a la que estuvo vinculado estrechamente desde diferentes ámbitos durante toda su carrera. Hasta su fallecimiento, fue miembro del Consejo Social de la UNL y distinguió con su participación cada una de las sesiones de este órgano consultivo. Sus comentarios y críticas teatrales se escucharon durante años por LT 10, y fue parte de un variado espectro de producciones culturales y artísticas de esta casa.
Jorge Reynoso Aldao integró la promoción de bachilleres del Centenario del Colegio de la Inmaculada Concepción de los PP. Jesuitas, en 1937. Faltándole pocas materias para graduarse de abogado en la UNL tomó el camino del periodismo, al que se consagró por más de tres décadas, retirándose como secretario de Redacción del diario El Litoral en 1989. A la vez, mantuvo programas en tres emisoras radiales santafesinas, y especialmente fue LT 10 la emisora en la que cautivó con sus columnas “Apuntes y traspuntes” durante años. Fue delegado del Fondo Nacional de las Artes en Santa Fe por más de 50 años.

Su palabra sobre la Universidad
Debido a su activa presencia en la vida institucional, la UNL convocó a  Jorge Reynoso Aldao en más de una actividad cultural. Así, al inaugurar una muestra sobre la historia de la Universidad en el Archivo Histórico, señalaba que esta casa “fue durante muchos años el reducto y el templo de los libres pensadores, que son personas que se consideran al margen de los dogmas”. Respecto a la Reforma Universitaria, la consideró “una reacción contundente contra el fanatismo religioso y dogmático, que propuso superarlo con el principio de una universidad nueva que abarcara los territorios del Litoral argentino”.
Mientras que en 2005, su labor y trayectoria fueron reconocidas por el rector Mario Barletta quien le agradeció especialmente su trabajo en pos de conservar la rica historia del teatro en Santa Fe a través de los medios de comunicación locales. En esa oportunidad, el homenajeado comentó: “Los historiadores de la cultura santafesina están un poco en deuda con un factor que para mí ha sido fundamental en la vida cultural de la ciudad: LT 10. Ese factor es representativo en la región, la expresión real y verídica de la Universidad Nacional del Litoral. Hubo un momento en que la ciudad y la región se enteraban lo que pasaba en la universidad por la onda de LT 10”.
Sobre su profesión, Jorge Reynoso Aldao así la definía: “Yo entendía a la crítica algo más que un oficio, lo comprendía como una opinión detrás de la cual se jugaba un hombre, una opinión (equivocada o no) pero sincera. El crítico es un profesional de la opinión que cuenta con un micrófono. Es un oficio sobre un material tan fugaz como es el montaje de la obra de teatro. Dura unos instantes, se disuelve en el tiempo. Teatro es la comunicación donde el actor y la actriz se sienten compenetrados con su personaje y el público vibra. Es un magnetismo que no se puede definir”, manifestó el crítico.

Reconocimientos
En 1976 un jurado integrado por Juan Valmaggia, Adolfo Lanús y Luis Mario Lozzia le otorgó el Premio Nacional de Periodismo Adepa-Rizutto por su columna “Notas”, mantenida por más de 15 años en El Litoral. Además de su labor como delegado del FNA, fue corresponsal de la revista Letras de Buenos Aires, que dirigía Victoria Pueyrredón, y ocupó un cargo electivo en la Asociación de Prensa de Santa Fe. En varios períodos se desempeñó como vocal-secretario del Club del Orden, institución social y política fundada en 1853 en consonancia con la realización del Congreso General Constituyente que alumbraría nuestra Carta Magna.
Casado con Dora Saettone, tuvo dos hijos, Valentín y Joaquín, y nietos que amaba.
El Litoral lo recordó en su edición de este lunes de la siguiente manera: “Conversar con él era ver pintada nuestra aldea de ayer y de hoy. En la Academia de Literatura del Colegio Inmaculada se vinculó con los clásicos: Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Sarmiento y Manuel Gálvez, por citar sólo algunos. Después, con el paso del tiempo, su actualización era permanente. Leía cinco diarios todos los días: El Litoral, La Nación, Página 12, La Capital y Clarín. Los domingos agregaba el suplemento cultural de La Prensa”.

 

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