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 A las cinco de la tarde sólo había seis chicos tomando su chocolatada caliente en el comedor de la Asociación Civil “Juntos para servir” de Santa Rosa de Lima el pasado miércoles. A medida que los minutos transcurrían iban llegando más y más niños y niñas. Es que muchos de ellos van a la escuela por la tarde. Para las 17:15 los dos tablones ya estaban llenos de caritas sonrientes.
 Cuando la mayoría terminó de merendar, se repartieron los cuadernillos con el cuento “El gato de la mancha”. Las voces y el correteo de algunos se fueron aquietando, hasta que quedaron en silencio, listos para escuchar a Gustavo Núñez, quien llegó al comedor para llevarles cuentos y actividades a los niños, actividad que se enmarca dentro de las acciones de promoción de la lectura que encara la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
 “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía alguien llamado Alfonso Quesada, pero como éste era un nombre demasiado largo para un gato, su dueño lo llamaba Manchita”, leyó en voz fuerte Gustavo. Al terminar la frase miró a una de las nenas que tenía sentada en frente para que continuara leyendo. Tímidamente Joana siguió: “Manchita no era un gato como todos los gatos”. El resto de los chicos escuchaba atento y cada uno seguía la lectura desde su librito. Así, de a turnos, algunos de ellos leyeron en voz alta, otros, más tímidos, se negaron a hacerlo.
 Después de unos minutos de lectura y algunos comentarios y correcciones que se hacían entre ellos, Gustavo los invitó a dibujar, en el espacio en blanco que tienen especialmente estos cuentos de Publicaciones UNL. Crayones, lápices, gomas y sacapuntas fueron desparramados de una punta a la otra de los tablones. “¡¡¡Seño, no sé dibujar un gato!!!”, exclamó angustiada Micaela. Entonces Ana, del Servicio de Educación Popular se acercó y le dijo: “Hagamos un trato. Yo te dibujo el contorno y las orejas y vos le hacés los ojitos, los bigotes y el resto del cuerpo”. La nena aceptó y juntas emprendieron la tarea de llenar de colores la página en blanco.  Desde la otra punta Brian gritaba orgulloso: ¡¡¡Profe, mire mi dibujo!!!

Promoción de la lectura
Verónica Heinrich, coordinadora del Centro UNL suroeste, que abarca desde Villa del Parque hasta Varadero Sarsotti, comenta que desde hace dos años se trabaja en el tema de la promoción de la lectura con la escuela Estanislao López y con la ONG Servicio de Educación Popular, en Santa Rosa de Lima.
“Decidimos continuar trabajando con la ONG, que tiene una trayectoria de más de 20 años en el barrio. Allí todos trabajan a pulmón, ofrecen apoyo escolar y cuentan con una biblioteca, entre otras actividades como taller de periodismo y de cocina. Desde Ediciones UNL se donaron algunos libros y ellos empezaron a trabajar con las familias: llevaban una canasta con libros para leer y los mismos chicos era promotores a la hora de incentivar a los padres”, relata Heinrich.
Este año el área de Promoción de la Lectura de la UNL decidió continuar trabajando en esta línea. En este sentido, durante el verano, Gustavo Núñez –titiritero, mimo, payaso y actor- recorrió las calles de Santa Fe repartiendo cuentos cortos. “Como quedaron muchas publicaciones decidimos, junto con esta ONG, trabajar con los chicos con este material durante dos meses”, asegura Verónica.

Cuentos diseñados para ser dibujados
“El Gato de la mancha” y “Patatín patatero, pirata y marinero” son los cuentos en base a textos de Gustavo Nuñez y adaptación de Adrián Martínez que se vienen trabajando en los talleres donde participan niños de entre 2 y 13 años.
“Lo interesante es que acercamos al autor, que es Gustavo, quien hace una representación con títeres la primera vez y después, durante tres miércoles seguidos, se hace la lectura del cuento y los chicos dibujan en los espacios en blanco porque los libritos están diagramados de esa manera. Los cuentos se leen y los chicos van dibujando lo que van narrando. Al terminar los encuentros, los chicos se llevan el librito a su casa con sus representaciones gráficas”, señala Heinrich.

Difundir el trabajo
Desde el Servicio de Educación Popular, Gustavo y Verónica recibieron la propuesta de trabajar con la Asociación Civil “Juntos para servir”, también de Santa Rosa de Lima, donde funciona un comedor comunitario. Allí se alimentan 90 chicos por día. Algunos almuerzan y toman la copa de leche ahí, mientras que otros llevan la vianda a su casa para sus hermanitos.
Desde hace dos miércoles las tardes se llenaron de color en el comedor. El relato de Gustavo, las lecturas de los chicos y la consigna de dibujar hacen que los chicos compartan un momento ameno e instructivo.
 La idea es poder continuar con esta labor de acercar a los chicos a la lectura y al dibujo durante los meses de agosto y septiembre en dos instituciones de Guadalupe.