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El Papanicolaou o PAP es una técnica de citología, es decir, busca células en el cuello del útero para estudiar si hay algún cambio o transformación —explica Victoria Marengo, Médica Generalista del Centro de Salud UNL, dependiente de la Secretaría de Bienestar Universitario—. Sobre todo, se buscan células precursoras de algún cáncer, como el cáncer de cuello de útero que es común y frecuente en mujeres sexualmente activas.

No hace falta que una mujer tenga un motivo específico para visitar a su ginecólogo. Si bien puede suceder que exista un problema que quiera resolver, se intenta promover que al menos, una vez al año, toda mujer se realice un examen de rutina con la intención de controlar y/o prevenir posibles afecciones. Se aconseja que la paciente asista a su primera consulta ginecológica a partir de los 18 años, y además, la doctora Marengo recomienda la realización del PAP a toda mujer, a partir del año siguiente de haber iniciado sus relaciones sexuales y durante toda su vida sexual activa.

"Muchas veces, mujeres de 60 años preguntan si se lo tienen que hacer", explica la profesional del Centro de Salud UNL; si todavía tienen relaciones sexuales sí tienen que hacérselo. Igualmente se sabe que ya para esa edad, la campana de riesgo para un cáncer de cuello de útero está disminuida. Pero igualmente se sigue indicando.

La mayoría de los médicos ginecólogos o generalistas recomiendan realizarse el PAP una vez al año. Pero hay diferentes Programas (como el Nacional o el Provincial) que indican que una vez que se han obtenido dos o tres resultados negativos consecutivamente, es decir, normales, el profesional puede espaciar el término de realización entre tres y cinco años. De todas  maneras, eso se evalúa con cada paciente y es el médico quien determina el intervalo con el cual seguirá tomando las muestras.

"Acá en el Centro de Salud UNL se trabaja a demanda espontánea, ya que la cantidad de PAPs que se hacen no amerita que empecemos a dar turnos", comenta la médica generalista. Igualmente, no durante todo el ciclo femenino se puede tomar una muestra de Papanicolaou. Hay que tener en cuenta que la mujer no esté menstruando, indicarle que al menos durante las 24 horas previas al test no tenga relaciones sexuales, más que nada para que la muestra no tenga algún otro tipo de secreción o algo que no permita evaluar las células.

Por otra parte, la doctora Marengo subraya que el Papanicolaou es un test de prevención secundario, es decir que lo que detecta, es si ya hay alguna lesión o algún cambio celular a partir del cual se comenzará un tratamiento.

Desde el Centro de Salud UNL se intenta que ninguna mujer pierda la oportunidad de realizarse el test, por lo que quien esté en condiciones de hacerlo, puede acercarse durante todo el año, de lunes a viernes de 9 a 16 horas. Los resultados se retiran ahí mismo y si es normal, el médico planteará la frecuencia en que se recomienda continuar haciendo el test. Cuando un resultado sale alterado, se deriva a la paciente al Servicio de Patología Cervical del Hospital Iturraspe o del Hospital Cullen, quienes realizan los estudios en profundidad y los seguimientos en el caso de que haya algún tipo de lesión, según el grado y la característica de la misma.

Se recuerda a toda la comunidad universitaria y en especial a las mujeres, que ante cualquier duda, es fundamental la consulta médica con un profesional. La atención es gratuita en el Centro de Salud de la UNL. En Santa Fe, pueden dirigirse al Predio UNL-ATE, ubicado en Alicia Moreau de Justo s/n, llamar a los teléfonos (0342) 4571216 o 4571217 o por correo electrónico a salud@unl.edu.ar. En Esperanza, el Campus FAVE se encuentra en Padre Luis Kreder 2805, teléfono (03496) 426400 interno 327.