Lingüística
"La ideología no se ve, pero nos maneja”
Viernes 12 de agosto de 2016 / Actualizado el viernes 12 de agosto de 2016
La afirmación corresponde a Annabelle Lukin, una especialista australiana que visitó la UNL en agosto. Estudiar la interacción ideología-lenguaje puede servir para entender desde las relaciones entre médicos y pacientes hasta cómo se justifica una guerra.
La ideología determina todos los aspectos de la conducta humana. Por eso es fundamental estudiarla, sobre todo su relación con el lenguaje, según entiende la investigadora australiana Annabelle Lukin, de la Maquarie University, Australia, que visitó la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
La lingüística sistémico-funcional, disciplina a la que se dedica Lukin, trata de entender cómo se utiliza el lenguaje todos los días: en la escuela, en la conversación entre un médico y un paciente, en el estudio de la Literatura, por ejemplo. “Me interesa conocer la relación entre el lenguaje y la ideología: es una lingüística funcional. Es una teoría del lenguaje general, pero se aplica a varios idiomas”, contó.
En este sentido, agregó que aunque existe mucha bibliografía que trata la relación de la Lingüística y la ideología, aún no se comprende muy bien el poder de esta última: “Casi no se ve, pero nos maneja. Nos lleva a hacer y pensar cosas increíbles y hasta ridículas. Actuamos según las creencias, porque tiene más fuerza de la que podemos imaginar. Es por eso que el lenguaje es el recurso más importante y debemos estudiarlo, entenderlo mejor”, consideró.
Según Lukin, personalmente está interesada en las ideologías relacionadas con el uso de la fuerza, como, por ejemplo, las que llevan a las guerras. “Son las ideologías que nos hacen creer que el uso de la fuerza está justificada en algunos contextos, mientras que en otros la condenamos”, apuntó.
Muchas teorías
De acuerdo con la especialista, la Lingüística es una disciplina dividida, ya que existen muchas teorías y muy diferentes. “En Australia es un área muy pequeña. Por eso se invierte poco dinero, aunque hay mucho que hacer, no sólo a nivel teoría, sino también en la práctica. Hay que coleccionar los datos, los textos, analizarlos, para lo cual se precisa gente con buen conocimiento de la Lingüística”, continuó.
“En Australia se estudia la comunicación de los médicos y los pacientes, lo que reduce el riesgo de accidentes y malos tratamientos, aunque también resulta en que los pacientes tengan una mejor experiencia. Por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto en el que tenemos un corpus de textos sobre la práctica oncológica, con pacientes con cáncer terminal. Es fascinante ver cómo los médicos hablan con los pacientes para tratarlos con terapia, pero más que nada ayudarlos a aceptar la situación con el tiempo limitado. Tenemos que estudiar para poder mejorar las prácticas”, añadió.
"El lenguaje sirve para comunicarnos, para conectarnos y para construir nuestra experiencia, para reflejar las relaciones que tenemos en nuestras vidas. Las formas tienen que ver con las cosas que queremos hacer con el lenguaje, no son cosas que se pueden disponer como en un museo, como si el lenguaje fuera algo aislado de la comunicación. Por eso tratamos de estudiarlo en el entorno social”, finalizó Lukin, que dictó el seminario "Lenguaje, lingüística e ideología: una perspectiva sistémico funcional” en las II Jornadas Nacionales y Regionales de Lingüística Sistémico-Funcional, que se realizaron el 4 y 5 de agosto en la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL.