Sociedad
La extensión universitaria en emergencia(s)
Viernes 17 de abril de 2020 / Actualizado el lunes 20 de abril de 2020
En tiempos de pandemia y aislamiento social, se presenta el desafío de repensar estrategias y resignificar el trabajo con la comunidad. Desde Extensión de la UNL se reflexiona sobre la misión social de la universidad en momentos de emergencia.
Intervenir ante una situación de emergencia (en el sentido de “asunto o situación imprevistos que requieren una especial atención y deben solucionarse lo antes posible”) no es nuevo para la UNL. Suspender “la normalidad” de sus tres funciones sustantivas durante un período breve, adecuar dispositivos que están para otro propósito o activar nuevos ante una situación compleja, está en un horizonte cercano y aun muy sensible para los que vivimos las inundaciones que afectaron a gran parte de la ciudad de Santa Fe en el 2003 y 2007.
Fueron situaciones de emergencia donde la UNL proporcionó información científica confiable que permitió tomar decisiones rápidamente, puso a disposición recursos humanos, infraestructura, centralizó información sobre las personas afectadas, participó con organizaciones sociales en la logística y colaboró en la atención sanitaria, entre otras tantas cuestiones. De esas experiencias, nació el voluntariado universitario, la planta de alimentos nutritivos, se desarrollaron proyectos de extensión y se abrieron nuevas líneas de investigación vinculadas a la temática y gran parte de la currícula universitaria se vio atravesada por esta situación. Toda la tecnología desarrollada a partir de las inundaciones tuvo impacto directo y a partir del 2007 con la creación e implementación de políticas públicas estatales centradas en la gestión de riesgos y resiliencia.
Hubo un gran aprendizaje académico y social durante esos escenarios.
Aislamiento y el riesgo del contacto con el otro
Hoy nos encontramos en emergencia una vez más, pero con características muy diferentes al horizonte de previsibilidad sobre lo que podíamos actuar. Hoy el riesgo no es el río ni la lluvia. El riesgo pasó a ser el contacto con el otro. Se trata de algo invisible y desconocido a la vez, que carece de la agencia de lo local (como pueden ser las subidas de los ríos, la leptospirosis o el dengue). Aquí no se pueden disponer de conocimientos científicos rápidamente ni saberes comunitarios que den indicios de efectividad; no sabemos cómo transitar ni las consecuencias. Ahora tenemos estadísticas, números y curvas que solo dan cuenta de lo que pasó hace minutos, pero no es capaz de proporcionar tendencias ni descansos. Vamos aprendiendo en tiempo real, vamos aprendiendo on line.
Las medidas sobre la cuarentena tomadas por el gobierno nacional fueron oportunas, prudentes y necesarias. Es lo que se podía y se debía hacer ante la incertidumbre del comportamiento global de la circulación y mutación del virus, incluso a costa del agravamiento de la crisis económica reinante. Esta nueva situación nos convoca, una vez más, a encontrar respuestas inteligentes y creativas para “continuar” con nuestra tarea: aportar conocimientos, formar a nuestros estudiantes y profesionales y mantener las tareas de extensión universitaria, tan importantes para la comunidad.
El desafío de seguir conectados
El gran reto para la extensión universitaria es encontrar modos de trabajar en el territorio, es decir con las organizaciones y la comunidad, sin afectar la cuarentena. Este desafío se contextualiza en un paisaje conocido para nosotros pero que agudiza sus peores aristas. Son momentos en donde se desnuda, con mayor crudeza, la fragilidad del sistema de salud, las inequidades sociales; las brechas tecnológicas y culturales; la debilidad de la política para liderar estos momentos y, muy especialmente, la intemperie física, económica, jurídica y simbólica a la que están sometidos cientos de miles de argentinos. Con la misma fuerza de las contradicciones, son momentos en que se expresa lo mejor y lo peor que tenemos como comunidad: solidaridad, esfuerzo, autogestión, creatividad, tolerancia. Pero también se agudizan múltiples formas de violencias, de género, intrafamiliar, física y verbal. Como nunca antes, aparecen como protagonistas centrales todo el personal de salud, los docentes y los líderes comunitarios. Tal vez, el lado benigno de la pandemia sea que pone las cuestiones importantes en su lugar y al papel ineludible del Estado ante estas crisis. Y la universidad pública, gratuita y laica también es parte del Estado.
Sobre esas cuestiones que normalmente trabaja la extensión universitaria a través de sus programas y acciones, nos hace pensar directamente en nuevas estrategias de trabajo en tiempos de pandemia. Nos obliga a replantearnos el concepto de mediación, de comunidad, de vínculos, de conversación, de redes. Nos pone a pensar en el papel de las tecnologías de comunicación, en el qué, el cómo y el cuándo decir. Pero también nos debe sensibilizar a pensar en mecanismos de escucha, de alerta, de prestar atención sobre lo que no se ve y lo que es apenas audible.
Nuevos modos de vincularnos, intervenir y estar presentes
“En este tiempo nos hemos focalizado en adaptar y generar nuevas propuestas que permitan dar continuidad a los propósitos que se plantea la extensión universitaria en la UNL, acompañando las definiciones institucionales en cuanto al cuidado de la salud, el derecho a la educación pública y el compromiso social universitario” señaló Lucila Reyna, secretaria de Extensión Social y Cultural.
Ante el inicio del ciclo electivo virtual, trabajamos en adaptar las asignaturas electivas vinculadas a la extensión universitaria, al patrimonio histórico y a distintas expresiones culturales y una propuesta de cursos de extensión a distancia gratuitos para la comunidad sobre lo más diversos temas.
En cuanto al trabajo territorial, Mariana Boffelli Directora de Extensión Social, remarcò que “se continúa trabajando con las instituciones, redes territoriales, organizaciones sociales, gubernamentales y culturales para identificar necesidades, atender demandas vinculadas con la pandemia, y generar propuestas para acompañar desde los programas, proyectos de extensión y desde las áreas de gestión cultural”.
En este sentido, destacó el trabajo para la organización y la coordinación de las acciones del voluntariado según las necesidades que los frentes de la emergencia demandan y el aporte de diversos equipos de extensión junto con las unidades académicas para brindar información para minimizar los efectos no deseados del teletrabajo y del encierro en temas como cuidados para los adultos mayores, salud mental y pautas de alimentación saludable. Se destaca además la continuidad del funcionamiento de los consultorios jurídicos gratuitos, tan importantes para la comunidad, a través de consultas on line y las acciones de acompañamiento a las comunidades indígenas produciendo materiales con recomendaciones en idioma mocoví y toba, rescatando sus saberes y costumbres respecto a la salud. Vinculado al fortalecimiento de las políticas públicas se está trabajando en la readecuación de la guía para casos de violencia de género en instituciones para el contexto específico del covid19 y junto a organizaciones sociales en propuestas posibles para ser implementadas ante la grave situación de riesgo que vive la población carcelaria.
Por su parte, Rocío Giménez, directora de Extensión Cultural remarcaba las acciones de acompañamiento y de trabajo junto con instituciones, organizaciones culturales y artistas locales así como acciones para contribuir a los circuitos culturales digitales “estamos poniendo a disposición de la comunidad recitales, películas, publicaciones y eventos artísticos y culturales organizados desde la Universidad, junto con la propuesta del Museo Histórico UNL virtual a través del sitio web donde la comunidad pueda acceder al patrimonio universitario, recorrer las colecciones y exposiciones”. Asimismo destacó que las áreas de gestión se encuentran trabajando para ofrecer actividades lúdico creativas para niños, niñas y adolescentes que apoyen las tareas de cuidado de las familias. La actividad del Coro UNL y Coro de Niños continúan desarrollándose con propuestas de ensayos y actividades de formación de manera virtual así como se continúa trabajando junto al proyecto seleccionado para la Comedia Universitaria 2020.
Desde esta manera, entendemos que “colaborar con propuestas y fortalecer las políticas públicas es la misión social y política que tenemos las universidades públicas como parte de la herencia reformista de 1918. Sabemos que queda mucho por hacer, evaluar y reflexionar y estamos realizando un intenso trabajo de sistematización sobre nuestro propio accionar” señaló Lucila Reyna.
Como dijimos al inicio, de las experiencias con las inundaciones no volvimos a ser los mismos. Queda en nosotros proponer que emergerá de esta cuarentena.