Desde la Medicina
La ciencia analiza la tragedia aérea de Germanwings
Viernes 27 de marzo de 2015 / Actualizado el lunes 30 de marzo de 2015
En diálogo con FM La X, el Dr. Pascual Pimpinella, se refirió a las herramientas que puede aportar la Medicina para esclarecer lo ocurrido en la tragedia aérea que se cobró 150 vidas.
Los medios de comunicación de todo el mundo actualizan a cada minuto la información y las hipótesis en torno a la tragedia del avión Airbus 320 de Germanwings, que se estrelló en los Alpes franceses el martes pasado, provocando la muerte de 144 pasajeros y seis integrantes de la tripulación. Con el correr de las horas y el avance de la investigación, cobró fuerza la hipótesis de que Andreas Lubitz -copiloto del vuelo- provocó deliberadamente el choque del avión contra el pico del Estrop (2981 m), en el macizo Trois-Evêchés, después de haberse encerrado en la cabina de mando aprovechando la ausencia del comandante.
En diálogo con el programa Estación UNL (FM La X 103.5), el jefe del Cuerpo Médico Forense en el Poder Judicial de Santa Fe; titular de la cátedra de Medicina Legal, Social y Laboral, y coordinador de posgrado de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNL, Pascual Pimpinella, se refirió al hecho y a las herramientas que puede aportar la ciencia para esclarecer lo ocurrido.
Premisas
Aclarando en primer lugar que su análisis se desprende de la información que llega de la tragedia a través de los medios de comunicación, Pimpinella señala que “el hecho de que alguien habría tomado la decisión de estrellar un avión, generando la muerte de tantas personas, hace pensar en su estado mental. Siempre a partir de lo que conocemos por las noticias, sabemos que este trabajador tenía antecedentes de orden psiquiátrico, cuadros depresivos y que había estado apartado de sus funciones, más allá de las aclaraciones que hace la empresa respecto a exámenes rigurosos que se hacen a los pilotos de avión”.
En este punto, el especialista plantea que desde la legislación laboral “se supone que todo trabajador debe hacerse el examen periódico. En particular en casos como el de un copiloto que tiene responsabilidad sobre la vida de muchos seres humanos, esos controles deben ser mucho más estrictos y complejos. La pregunta entonces es cómo puede ser que una persona supere esos controles y después le ocurra un estado mental que haya producido un hecho como el que estamos lamentando”. Desde la teoría, agregó Pimpinella, “esto remite a la enfermedad denominada burnout o síndrome del quemado, que se produce entre los trabajadores”, un padecimiento sobre el que aún se debate en las ciencias médicas si reúne características suficientes para distinguirlo del stress asociado a la actividad laboral. Más adelante en la entrevista, el profesional afirmó que “una persona que padezca este síndrome podría llegar a cometer un hecho como el que éste que analizamos”. Por lo que insistió en que “desde el punto de vista científico, médico y en particular desde las Facultades de Medicina, tenemos que reflexionar sobre la importancia de la prevención y los exámenes periódicos, que si no se hacen pueden llegar a producir estos hechos”.
“Lo que sí hay que tener en claro -precisó- es que lo que se supone que ocurrió no puede entenderse como un suicidio. Desde el campo de la medicina legal, por lo general un suicida no toma una decisión en la que ponga en juego la vida de otros. Para descartar esa mirada tenemos que pensar en el perfil de los que se inmolan, es decir, de aquellos que toman la determinación de inmolarse y acabar con la vida de otros, pero que emprenden esa acción con un fin determinado. En este caso estaríamos más ante un perfil de este tipo”, sostuvo.
Autopsia psicológica
En esta línea, Pimpinella remarcó además la importancia de esclarecer lo sucedido para resolver un debate científico: “desde la perspectiva médica se plantea el problema de cómo no se detectó que una persona tenía este estado psíquico, si como se afirma se realizaron los exámenes periódicos que deben hacerse en rigor y con la frecuencia que corresponde para evaluar a un piloto”. La cuestión se vuelve entonces central en este debate: “si como afirma la empresa el criterio es que su personal no vuela si no ha pasado por los controles rigurosos, ¿cómo pudo pasar este hecho? Y por otro lado, si el copiloto no había hecho el examen, ¿porqué voló?”
Finalmente, consultado acerca de qué herramientas puede aportar la ciencia para analizar estos casos, Pimpinella explicó que esos recursos deben permitir “llegar a una conclusión sobre este caso para poder prevenir hechos similares en el futuro. Es decir, llegar a una veracidad científica sobre lo que pasó”. Y precisó que en primer lugar “habrá que determinar si se hicieron o no los exámenes rigurosos, si en esos estudios se detectó algo porque muchas veces en los test psicológicos comienzan a aparecer algunos rasgos”. Lo que sigue entonces será “una autopsia psicológica para esclarecer lo que ocurrió con el copiloto, que implica una reconstrucción de los últimos meses de vida de esa persona a través de familiares, amigos y relaciones que ha tenido, para saber si ahí aparecen rasgos de una cierta personalidad o trastorno mental y cotejarlo con los exámenes médicos”.