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Desde hace ya 30 años, la Bienal de Arte Joven de la UNL se ha constituido en uno de los eventos más importantes de la cultura emergente santafesina y de la región. En la XV edición, y sobre la base de experiencias anteriores, se continuaron profundizando acciones para afianzarse como evento sostenible.

A través de distintas acciones impulsadas desde la Secretaría de Extensión y Cultura, la FUL y la Dirección de Sostenibilidad y Gestión Ambiental de la UNL, se buscó promover un mayor compromiso ambiental de las personas y jóvenes que participaron y transitaron en el Foro Cultural del 16 al 21 de septiembre.

“Nos propusimos darle continuidad a la propuesta que ya realizamos en la edición anterior y seguir trabajando para sensibilizar e involucrar a la comunidad universitaria y público en general en la construcción de hábitos y prácticas culturales sustentables” remarcó Rocío Giménez, directora de Cultura. “La Bienal es una excelente oportunidad para pensar en el vínculo entre la comunidad y el ambiente, despertando la sensibilidad y la capacidad de percibir, observar e interpretar lo que pasa a nuestro alrededor”, destacó.
 
Las acciones fueron orientadas a reducir al mínimo la cantidad de materiales descartables utilizados a lo largo de todo el evento; impulsar la reutilización y recuperación de los materiales reciclables generados en forma previa, durante y posterior al evento; sensibilizar e involucrar al público en la reducción, reutilización y reciclado de residuos; promover una mayor concientización sobre las problemáticas ambientales, los valores de sostenibilidad, inclusión y equidad social, generando contenidos en diferentes formatos y plataformas; como también sistematizar información que permita el desarrollo de futuras acciones de mejora para próximas ediciones de la Bienal.

Construir un evento sostenible

El plan de acción fue acordado e impulsado en marco del trabajo que viene realizando la UNL en materia de sostenibilidad  “Mediante el programa UNL Verde venimos desarrollando una guía de eventos sostenibles para marcar el compromiso de la universidad en reducir nuestros impactos. Para la Bienal, se trazaron objetivos y un plan de acción con estrategias priorizadas para que esta reducción de impacto sea significativa y se generen valiosos aprendizajes de la organización”, destacó Ignacio Schneider, Director de Sostenibilidad y Gestión Ambiental. 
Para ello, se establecieron cinco ejes de trabajo vinculados con la capacitación del personal; con la reducción y clasificación en origen de residuos, para facilitar su reciclaje; con el uso racional de la energía; con la promoción del transporte sostenible y aspectos de salud; y con la comunicación y la sensibilización de la comunidad.

Reducir, reciclar y reutilizar  

Las acciones previas al evento incluyeron instancias de sensibilización destinada al personal del Foro Cultural para abordar el tema como prioritario en el espacio de trabajo cotidiano y la importancia de su rol en cuanto a la sustentabilidad.  “Estos espacios de diálogo sirvieron para realizar aportes sobre aspectos vinculados a la separación en origen de residuos, uso de la energía y circuitos y procedimientos cotidianos, entre otros temas, considerando el proyecto de Bienal en particular, y el funcionamiento del Foro Cultural en general” remarcó Giménez.

En cuanto a la gestión integral de los residuos, el foco principal estuvo puesto en la reducción y la reutilización, como así también al reciclado y la disposición final de los desechos que se generen. Se trabajó fuertemente en la clasificación en origen de los desechos “secos” y “húmedos”, con equipamiento y cartelería informativa que permitieron recuperar más de 214 Kg de residuos reciclables, que fueron destinados a la Planta de Reciclaje local, que opera la Asociación Dignidad y Vida Sana. Se reutilizaron los embalajes de las obras visuales destinados a su traslado y preservación, así como de materiales disponibles para la ambientación general del evento. Se promovió el uso de vasos reutilizables propios del evento y packaging biodegradable en los bares. Para la programación impresa se utilizó  recursos propios existentes como el periódico El Paraninfo y el uso de impresos ecológicos en tamaño y tirada reducida para la promoción general del evento.

Energía, transporte y salud

Para avanzar en una gestión energética eficiente se avanzó en la migración gradual a dispositivos de menor consumo de energía, principalmente a través de tecnología de iluminación led, en las salas de exposiciones, de artes escénicas y en el auditorio. Asimismo, se realizaron mediciones del consumo eléctrico a los fines de contar con información necesaria para la evaluación y toma de decisiones.
A lo largo de los días de la Bienal, se promovió el uso de transporte público y de bicicletas poniendo a disposición los bicicleteros ubicados a 100 metros en la Municipalidad de la ciudad. Se instalaron dispenser de agua potable gratuita en todos los pisos y se garantizó la presencia de personal de salud durante todo el evento. 

Sensibilización y comunicación

Cabe destacar que en las bases del concurso el cuidado del medio ambiente era uno de los temas prioritarios, junto a otros como transformación social, equidad de género, derechos humanos, poniendo el eje en la producción artística sobre estas temáticas. Además, a lo largo de todo el evento se contó con diferentes contenidos tanto en el espacio físico como en las redes sociales para sensibilizar e interpelar al público a reducir, reciclar, separar y recuperar.
En la jornada del cierre, emprendedores, artistas y diseñadores locales propusieron crear objetos y contenidos en defensa de la cultura y la educación pública. Para la selección de las propuestas se priorizaron emprendimientos que ofrezcan producciones originales, con insumos, materiales o referencias autóctonas y regionales y que utilicen materiales reciclados para su producción.